Capítulo 10: Noticias, accidentes y presentaciones

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Nos dieron dos semanas de vacaciones, y como Antoine seguía trabajando, aproveché para quedar con Luna y ponernos al día.

–¿Qué tal va ese bebé? –pregunté sonriendo

–Cociéndose–ella sonrió–. ¿Qué tal la vuelta de la selección?

–Antoine pretendía esperarme despierto la noche que volví, pero con el viaje de equipo se durmió.

–Pobrecillo. ¿En qué fase estáis?

–No lo sé–suspiré–. Supongo que en la de los te quiero.

–Que monos. Mi fase de te quiero con Saúl fue después de llevar dos semanas juntos.

Reí.

–A nosotros nos ha costado más.

–¡Eh! ¡Porteraza!

El saludo de Ñíguez nos hizo a Luna y a mí girarnos.

Sonreí y me levanté para abrazarlo.

–Hola cariño, ¿qué tal tu día?–dijo Luna con cierto tono irónico y una sonrisa divertida

–Hola, Luna y pequeña Luna–Saúl sonrió y se sentó junto a su novia para besarla

–Te he dicho que no hagas suposiciones sobre si va a ser niña o niño–rodó los ojos mi amiga

–Yo quiero una niña–Saúl sonrió y puso su mano sobre el incipiente vientre de Lu

Luna le dio un tierno beso y yo aparté la mirada.

–¿Ya? Vais a traumarme.

–Uy, sí, ni que tu no besaras a Antoine–rió Saúl

Le lancé una servilleta arrugada y él sonrió inocente.

                                (...)

–¡Isaaaaaaaaa!–Luna gritó para llamar la atención de nuestra amiga, que caminaba de la mano de Koke buscándonos

–Yo no te conozco–negué riendo

Luna se enganchó a mi brazo y movió el suyo efusivamente para que Isa nos localizara.

Koke nos vio antes y tiró de Isa hacia nosotras.

–Hola chicas–sonrió y nos dio dos besos–. Muy buena la Euro, ¿eh Noa? Los Griezmann y los penaltis...

Ambos reímos e Isa nos abrazó mientras Koke seguía riendo.

–¿Vais a ver nuestro entrenamiento?

–Vamos a ver entrenar a chicos guapos, que es distinto–reí

–¿Guapos? ¿Dónde?–rió Luna–Yo quiero conocerlos.

Saúl la miró haciéndose el ofendido.

–Me he enfadado.

Luna se puso de puntillas sobre los pies de Saúl y lo besó, él la rodeó con sus brazos para que no se cayera.

Sonreí enternecida.

–¿Vamos?–pregunté–Vais a llegar tarde.

–Venga, vamos–Saúl pasó su brazo tras la cintura de Luna.

Me despedí de ambas parejas y me subí a mi moto. Conduje hasta las instalaciones de Majadahonda y aparqué cerca de la entrada.

Bajé de la moto y caminé hacia el interior del recinto.

–¡Noa!–Cris me abrazó sobresaltándome

–¡Joder! ¡Me asustaste!–reí

–Yo también te quiero–bufó

Perfect strangers {Griezmann}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora