Capitulo 8

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CAPITULO 8

Caminé sola hasta mi salón y llegué y en la puerta estaba él. Estaba apoyado muy relajado. Me vio y se acercó. –Hola!- me dijo con esa sonrisa única y esos ojos verdes mirando fijo los míos. –Hola! Que haces acá? –Vine a buscarte, averigüe tu salón y acá estoy. –Como hiciste eso?- estaba realmente sorprendida. –Tengo contactos.- podía haber apostado que ese contacto era Lali. –Te lo dijo Lali no? ...–No revelo a mis informantes.- me dijo riéndose. –Bueno, yo tengo que entrar a clases.- dije mientras empezaba a caminar hacia mi salón. –No, tenemos que hablar.- dijo girándose rápido y agarrando mi mano. Me sorprendía como lograba ponerme al solo sostener mi mano. –Hablaremos luego, tengo que entrar. –No, hablaremos ahora. –Gastón! Jamás falto a clases, tengo que entrar. –Bueno está será la primera vez. Si no quieres que te cargue y te lleve a fuerzas llamando la atención de todos, caminarás por ti sola. –Eres un idiota, no harías eso.- dije dándome la vuelta y empezando a caminar. Sentí como unas manos me rodeaban y se colocaban en mi cintura. –Soy capaz de hacerlo, no te hagas de rogar y ven conmigo. Será divertido.- dijo hablándome al oído mientras sujetaba mi cintura sin delicadeza. –Eres insoportable, vamos.- dije soltándome y caminando hacia afueras del pabellón. –Que quieres?- dije plantándome afuera del pabellón. –Quiero hablar contigo, pero no acá. Vámonos.- dijo mientras caminaba. –En donde quieres hablar? –Ya lo sabrás. Vamos al estacionamiento. –No quieres hablar acá pero si en el estacionamiento? –No, vamos a irnos a otro lado. –Qué? Tenemos otra clase después! –Y? es solo una clase, no se acaba el mundo. Apúrate y vámonos.- estaba loco, yo jamás faltaba a clases. Pero tenía tantas ganas de estar con él, así que decidí no pensar porque mi cordura me haría quedarme. Subimos a su jeep sin decir alguna palabra. Se puso sus lentes de sol y arrancó. –A donde vamos a ir?- pregunté para romper el silencio. –Te mostraré mi lugar favorito de la ciudad. –Y ese es? –Prefiero que lo veas por ti misma.- dijo con una gran sonrisa mirando fijo la autopista. –Puedo poner música?- le pregunté. –Si claro, mi reproductor está conectado elige la música que quieras.- Me puse a ver sus listas y tenía música de todo tipo, desde metal hasta baladas. Elegí rock en español. –Te gusta el rock en español?- me preguntó –Por supuesto! A quien no le puede gustar? –Que bandas o cantantes te gustan más? –Escucho de todos, pero me encanta. Fito Paez, Calamaro, Soda Estereo y Mana.- él comenzó a reírse. –De que te ríes? –Si te pones a ver las canciones de rock en español que tengo todas son de ellos. –En serio? –Si míralas!- no me aguante y tenía razón. Solo tenía canciones de ellos. Puse en aleatorio y nos pusimos a tararear las letras de todas las canciones. Estábamos bastante lejos de la ciudad. –Falta mucho para llegar? Ya vas conduciendo como 2 horas. –Ya estamos muy cerca.- seguimos escuchando y él se salió de la carretera y se metió en un camino muy angosto. Estando en ese camino fui consciente que estaba entrando a un lugar desconocido donde no habían personas, con alguien que a las justas conocía. –No me estarás secuestrando no?- él se rió. –No, no te preocupes. Ya falta poco.- si íbamos con cualquier auto fácil nos quedábamos a mitad de camino pero con su jeep parecía que flotábamos. –Listo ya llegamos. Tendremos que caminar un poco. –Qué? Estoy con sandalias! –Te traje unas zapatillas- dijo mientras se sacaba el cinturón y se agachaba para sacarlas de debajo de su asiento. –Como tienes mis zapatillas?- dije realmente sorprendida ya que eran mis zapatillas favoritas. –Ya dije que no revelaré a mis informantes y socios.- Estaba segura que todo esto era plan de Lali. Cande no sería capaz y aparte ella no sabía nada de lo que había pasado. –Bueno, igual estoy segura que fue Lali.- dije mientras me ponía las zapatillas. Él se reía mientras caminaba hacia su maletera y sacaba un canasta. –Y eso? –Es una sorpresa, vamos.- camino por un pequeño sendero y yo lo seguí. Paró porque un árbol dividía el camino en dos senderos. –Vamos por este. –Estás seguro? –Sí- dijo girando para sonreírme. –Estoy seguro.- Lo seguí y cuando me di cuenta que ya no había más camino alce mi mirada y vi un prado hermosísimo entre las montañas y una pequeña cascada. –Esto es hermoso!- dije sorprendida y admirada por el grado de belleza de la cascada y el verde intenso del prado. –Sabía que te iba a gustar. –A quien no le gustaría? Es perfecto! –Sí que lo es. –Como conoces este lugar? Esta bastante metido. –Acá me traía mi abuelo cuando era niño para escalar. Siempre que estaba molesto o nervioso por algo me traía para acá y me obligaba a escalar.- dijo mientras señalaba una de las montañas. –Qué lindo! Yo siempre que estoy molesta o tengo que tomar decisiones me voy a surfear. A veces el mar me jugaba en contra y me daba un par de vueltas y me daba cuenta que ya era hora de regresar. –Esta bueno siempre tener nuestro espacio. Cuando tuve que decidir si tomar la herencia o no vine para acá. No venía desde que mi abuelo había fallecido. Nadie conoce este lugar. Bueno ahora lo conoces tú.- me dijo con una sonrisa mientras se quitaba los lentes de sol. Oh por Dios! Los rayos del sol hacían que sus ojos brillen. Él lo hacía apropósito, ayer le confesé que todo era por sus ojos verdes y hoy se quito los lentes aun habiendo sol. –Tienes hambre? Ya es la hora del almuerzo. –Un poco. –Traje algo de comida.- dijo alzando el canasto. Se agacho y sacó un mantel y lo estiro en el pasto. –Traje frutas! Nose cuales te gustan así que traje todas las que encontré.- en realidad trajo muchísimas frutas. –Gracias, como cualquier fruta. -Ah bueno, entonces tienes para escoger.- dijo riéndose. Tenía muchas ganas de preguntarle de por qué me había traído. –Porque me trajiste acá? –Porque es mi lugar favorito, y quería compartirlo contigo. No te gusta? –Me encanta, pero podíamos haber hablado en muchos lugares. –Es que acá me siento como en casa. Yo no tengo familia Rochi, cuando acepté la herencia decidí alejarme de mi padre y no tenía ni tías, ni primos ni nada. Empecé solo y fue bastante difícil, al lugar que venía para pensar y no sentirme solo era acá. Siento que mi abuelo y mi madre están. Que están conmigo. –Ellos siempre van a estar contigo.- su mirada cambiaba cada vez que hablaba de ellos, pero no de tristeza sino de paz. Yo sentía que a él le hacía bien hablar sobre ellos y según por lo que me había dicho yo era la única que sabía todo esto, por lo tanto la única con la que él los recordaba. –Me hace bien hablar de esto. Jamás lo dije, pero los extraño tanto. –Es imposible no extrañarlos, fueron y ellos serán siempre tú familia. Siempre están a tu lado. –En este lugar los siento a mi lado.- se acostó mirando el cielo. Yo me acosté a su lado sintiendo su respiración. –Cuando escalaba con mi abuelo siempre giraba para ver a mi mamá echada justo en este lugar. Se veía tan fresca.- suspiró. –Te debo esta aburriendo contándote esto. –Para nada, me gusta escucharte hablar sobre tu familia. –Gracias, no sé porqué pero se me hace tan fácil hablar contigo. –Yo tengo que confesar que no me aburre escucharte hablar. –Que orgulloso me siento!- dijo riéndose. –Ahora cuéntame tú sobre tú mamá y tu abuelo. –Parece que no tuvimos suerte con los padres. –Yo no tuve suerte con el mío, él es un desastre. Pero tú no sabes nada del tuyo. –Sí, pero si quisiera ser mi padre hubiese aparecido en algún momento. –Eso no lo sabes, quizás jamás se enteró. –Somos 3 Gastón! Es muy difícil ocultar 3 hijas. –Bueno si tienes razón. Cuéntame alguna anécdota. –Mi abuelo me enseñó a surfear, él cuando era joven surfeaba. Siempre quiso que alguna de las 3 surfeáramos. A Cande no le gusta mucho el mar y Lali amó el futbol desde que tengo conciencia, yo siempre fui un pez. Él me enseño cuando apenas tenía 6 años. Y siempre me llevaba y me acompañaba a practicar y después a competencias. Tengo que admitir que yo soy su favorita, siempre fui la más apegada a él. –Y Cande y Lali? –Es que mi mamá siempre quiso que nosotras estemos muy pegadas al arte y al deporte. Cada una práctica un deporte en especial, yo elegí el deporte que amaba mi abuelo entonces prácticamente él se encargo de que yo me perfeccione. Mi mama estaba más pendiente de Can y La. –Como es eso del arte? –Hace unos años lleve un curso de fotografía. Me encanta. –Wow, que genial! Y que bien que te lleves tan bien con tu abuelo. –Sí, yo soy su consentida. Ahora está de viaje. Pero siempre que está acá, está muy pendiente de mí. –Que bien, y Cande y Lali no tienen celos? –No, para nada. Las 3 nos llevamos increíble, ellas son felices por mí al igual que yo por ellas. –Me encanta como se llevan. Yo jamás tuve hermanos. Recién hace 4 años supe lo que es llevarte tan bien con alguien. –Lo dices por Vico? –Si claro! Él es como mi hermano. Desde que lo conozco siempre estuvo a mi lado, quiero mucho a su familia. –Vico parece ser un buen chico, me cae bien. –Es un GRAN chico. Yo lo admiro mucho, tiene un corazón enorme.- Se quedo mirándome a los ojos. –Sabes, me encantan tus ojos. Son mieles no?- me limite a responderle sacudiendo mi cabeza ya que me había quedado sin palabras al tenerlo así de cerca. Sonó mi celular y era un mensaje. Era de Lali: “Donde quiera que estés acuérdate que hoy es la cena con Peter en casa”. La cena! Me había olvidado por completo, vi la hora y ya eran casi las 5 y estábamos bastante lejos. Él noto mi expresión al leer el mensaje. -¿Quién es? –Es Lali, me había olvidado que hoy era la cena con Peter. Mi mamá lo invitó a cenar. –Qué rápido avanza Peter.- dijo riéndose. –Supongo que ya tenemos que irnos. –Supongo que sí.- dije a mí pesar ya que la estaba pasando muy bien. –Vámonos.- Se puso de pie, me ayudo a pararme y recogió todo. Me sostuvo de la mano y caminamos por el sendero para llegar al auto. Él me contaba de manera muy natural sobre el equipo de futbol, yo sentía como mi sangre corría desde la mano sujeta a él hasta mis piernas. Me abrió la puerta del auto y me deslice en el asiento. Él se sentó sacó sus llaves y antes de arrancar giró a verme. –Ahora a volver a la realidad. Gracias por venir. –Gracias por traerme. –La pasaste bien? –La pase increíble.- sonrió y arrancó. Empezamos la vuelta a casa. –Y cuando voy a ir a ver a Matías en acción? –Cuando quieras. –Que días vas a practicar? –Voy los fines de semana y los martes. Ya a partir de la próxima semana empezaré a ir casi todos los días. –Porqué? –Porque ya empieza el campeonato de dúos y tenemos que entrenar. –Tenemos? Con Nico? –Sí claro. –Entonces iré contigo este domingo. Está bien? –Perfecto.- Nos quedamos en silencio cuando ya estábamos llegando a casa. Lo mismo había pasado la vez pasada, era como si ninguno de los dos quería llegar. –Veo que Peter ya llegó.- dijo mientras se estacionaba. –Muy puntual, quiere quedar bien.- dije riéndome. –Entonces nos vemos el domingo. –Sí, te espero temprano. –A qué hora vengo? –A las 5! –Tan temprano? –Es que a esa hora la playa esta vacía y hay buenas olas. –Como digas! A las 5 estaré acá. –Perfecto, nos vemos.- le dije mientras me acercaba para despedirme. Le di un beso en la mejilla y me baje del carro. Escuche una puerta cerrar y giré él también se había bajado. –Crees que me olvide de la situación de ayer. –Ya tenías que arruinar todo. –O mejorarlo.- dijo mientras se acercaba y me rodeaba la cintura con sus manos apretándome hacia él. –Ayer me interrumpieron cuando estaba a punto de hacer algo.- Colocó su mano muy despacio sobre mi mentón y sus dedos rozaron mis labios. Me sorprendió la sensación de ardor, sentia como se quemaban todos mis nervios desde mi boca hasta mis pies. –Malditos sean tus ojos.- le dije. –Te gustan.- Y plantó un suave, delicado y delicioso beso en mis labios. Se retiro muy despacio sin pretender nada más y acomodo su frente sobre la mía. –Sabes, siempre le tuve un poco de miedo a los primeros besos.- me causó un poco de gracia su comentario. Él tenía los ojos bien cerrados. Y en ese momento me di cuenta que no eran solo sus ojos, era todo él lo que me gustaba. –Suelen ser muy incómodos, pero sin duda este fue la excepción.- los abrió muy despacio. –Tú eres mi excepción.- me dijo. Era la primera vez que realmente disfrutaba el romanticismo de un hombre. No sabía que decir, no tenía palabras. Amé ese beso fue perfecto, delicado y real. Porque fue real, porque era la primera vez que sentía un beso. –Te tienes que ir, te deben estar esperando. –Sí, será lo mejor.- fue lo único que pude decir. –Te veo el domingo.- dijo y me beso la frente soltando mi cintura. –Nos vemos Gastón.- Me sonrió y camino hasta su jeep, subiendo de un salto. –Te extrañaré.- gritó antes de arrancar y perderse en la autopista. Jamás me sentí tan cómoda en los brazos de alguien en mi vida, cuando sentí que ya no estaba cerca mi corazón volvió a latir normalmente ya que no se a cuanta velocidad latía con él cerca. Caminé hacia la puerta y entré. –Hola amor, te estábamos esperando para cenar. Dónde estabas?- me preguntó mi mamá que estaba sentada en el mismo sofá que Nico y Cande. –Hola mamá! Disculpen por la demora.- dije mirando a Peter y a Lali. Ella asintió con una gran sonrisa. –Salí un rato con un amigo. –Con quién? –Con un chico de la universidad.- dije. Ella se dio cuenta que no quería hablar más del tema así que se paró. –Bueno chicos ya estamos completos. Vamos a cenar. Que nuestro invitado ya debe tener hambre. –No señora, no se preocupe yo estoy perfecto. –Que amable Peter. Igual ya vamos a la mesa.- caminamos y me senté entre Nico y Cande. –Disculpen otra vez por la tardanza. Se me pasó el tiempo volando.- dije. Lali se rió y todos voltearon a verla. –Nada, no se preocupen me acordé de algo gracioso.- Comenzamos a cenar y hablábamos de todo un poco. Nico, Cande y mamá conversaban de manera muy agradable con Peter, al parecer este ya se los había ganado a todos. Acabamos la cena y mamá se levantó. Peter se puso de pie al instante. –Bueno Peter, fue un placer conocerte. Ya es tarde y me iré a descansar, puedes quedarte el rato que desees y está demás decirte que eres bienvenido en esta casa. –Muchas gracias señora, para mí fue un placer haberla conocido. Ya entiendo porque Lali es tan encantadora.- se acercó y se despidió con un beso en la mejilla. –Hasta mañana chicos. Y Peter, estás invitado al almuerzo familiar de la familia. Es dentro de un mes todavía, pero sé que los chicos de ahora tienen la agenda muy ocupada así que te invito con anticipación. –Ahí estaré señora. Gracias por la invitación. –Gracias mamá.- dijo Lali poniéndose de pie y envolviendo a Peter con sus brazos. Este le devolvió el abrazo. –Bueno tortolos, yo me voy a dormir. Y Peter, me caíste bien pero igual te estoy vigilando.- le dijo Cande. –Gracias Can. –Chau a todos.- se retiro de la mesa. –Yo también ya me voy. Mañana te vengo a recoger para ir por diversión no Ro?- me preguntó Nico. –Claro loco, te espero. –Perfecto. Ya estamos quedando para ir a jugar futbol un día de estos Peter. –Listo Nico, llamaré a mi gente y te aviso. –Listo esperaré tu llamada. Nos vemos chicas. –Chau Nico.- dijo Lali. Nico se fue y me quede yo con ellos. –Listo Rochi estamos solos, cuéntame todo con lujo de detalles.- dijo sentándose y mirándome fijo. –Sabía que tú tenías algo que ver con todo esto. –Soy genial, losé. Cuéntame!- Peter se sentó y con su brazo la acomodó sobre él. –No te pienso contar nada, tú actuaste y planeaste sola, ahora yo me guardo todo para mi sola.- dije riéndome y poniéndome de pie. –Chau Peter, y disculpa por la tardanza. Le echo la culpa a tu novia. –Si quisieras hubieses venido antes, por lo que veo te entretuviste mucho.- dijo Lali riéndose. –Chau Rochi, y todo bien. –Espera! En serio no me vas a contar? –No! Chau.- dije riéndome y dirigiéndome a las escaleras. Antes de subir giré para verlos y se estaban besando muy tiernamente. –Peter te estoy vigilando. No me iré a dormir hasta sentir tu motor rugir.- Peter se rió. –Que linda que eres Rochi.- dijo. –Ya sabes! Te estoy vigilando.- dije subiendo las escaleras.

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Ya pasó el primer beso!

¿Que se esperan para el siguiente encuentro?

Peter se gano a todos. Y esta invitado al almuerzo familiar! Ese almuerzo se hará esperar.

#Ma-Mf

Locura PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora