▶Lamentos Tardios◀ SUSPENDIDA

8

"Maribel corria al lado de su esposo a toda velocidad, una parte de su vida se estaba por ir, y no lo permitiría.
Sus jeans se resbalaban de sus caderas a causa de que no tenia cinturón,  no habia momento para ponerselo.
Dos dias despues de lo ocurrido con Lizzy,  nunca habia imagino que seria capaz de ser algo asi.
No lo creía y no lo iba a hacer, no iba a imaginar un vida sin su hija a su lado.
Corría por todo el edificio abandonado, su respiración ya no le daba, ya no estaban absorbiendo suficiente aire sus pulmones, pero trataba de ser fuerte, lo iba a ser, no importa si iba a ser la ultima vez que la vea, no importa si se iba a morir en ese momento, pero no se iba a ir de esta vida sin ver a su pequeña hija, apesar que tenia diecisiete años,  era una pequeña.
Ya estaba cerca de la puerta que daba hacia la terraza, un esfuerzo más,  solo un poco más.
Tiro casi todo su peso en el metal ya oxidado y la empujó con el poquito esfuerzo que le quedaba, pero al ver a a su hija en la esquina de la terraza,  cabizbaja, con los pies ya aproximadamente por caerse, Maribel recobró fuerzas de nuevos. mientras corría hacia ella, su vista se nublo de las lágrimas que estaba derramando.
-lizzy, hija, por favor no lo hagas-su voz quebrada y susurrante, le provocó su hija,darse vuelta mirando como su madre se arrodillaba con las manos juntas, al frente de su rostro, suplicando que no se suicidara.
Lizzy, no queria vivir asi, se sentia sucia, aquerosa. Estaba sufriendo,  esta sufriendo.
-no se que haria sin ti mi pequeña,  eres mi todo y no quiero que mi todo se vaya, por favor, no lo hagas-el padre de la joven, casi sin voz, emitio una frase que le llego al corazon; haciendole recordar cuando tenia 5 años y raspo la rodilla montando una bicicleta de su amiga,  que al caerse, el provocó el accidente en su pequeña rodilla. Su padre, cuando la vio, la curo mientras las palabra "siempre te cuidare, eres mi todo" reconfortaban a la pequeña.
-por favor hija, no lo hagas, nosotros te ayudaremos, vas a estar bien-maribel se acercaba lentamente hacia su hija, que tenia la vista perdida en quien sabe en que.
La madre de Lizzy respiro profundamente al tocar el brazo de su hija y la abrazo con todas la fuerzas, sentia como sus pulmones respiraban el aire que las golpeaban a las dos.
Llevo a Lizzy hacia la puerta y la familia se unio en un abrazo en donde todos los sentimientos corrian por sus venas, pero lo que importaba es que su pequeña estaba entre sus brazos*
Maribel se desperto toda sudorosa, era como la tercera vez que soñaba lo mismo, siempre le agradecia a dios en los pies de su cama,  por llegar a tiempo.
Decidio ignorar nuevamente el sueño y volvio a apoyar su cabeza sobre la suave almohada.