EPÍLOGO

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Hoy el gran día, un momento tan esperado, me siento como si fuera una princesa, el cuarto está vacío, todos me esperan abajo, aquí de pie ante el espejo veo el reflejo de una chica valiente, que sufrió por el gran amor de su vida, una chica con cuatro hijos hermosos de un año, dos hijos de sangre y dos adoptivos pero los siento míos, como si hubieran salido de mi.
Mucha gente dice que ser madre a temprana edad es irresponsable, unos dicen que no saben ser madres, que son niñas cuidando a más niños, pero no saben el grado de madurez que te da el ser mamá, tienes que desvelarte para darle tranquilidad a tu pequeño, tienes que trabajar para que a ese ser pequeño tuyo no le falte nada, cambias tus fiestas por horas de compañía con tu bebe, muchos lo ven como un sacrificio yo lo veo como mi recompensa, solo las que son mamas me entenderán que darías lo que fuera por ver ese rostro angelical siempre, por verlo sonreír, por tener la dicha de tener su compañía, y la emoción tan grande cuando te dicen por primera vez mamá, te sientes el ser más grande y poderoso del mundo, te sientes un guardián cuidando un pequeño pero muy valioso tesoro, un hijo es una bendición que nos manda dios para crecer y madurar correctamente, muchas la toman otras solamente no quiere  madurar, pero no hay nada más valioso que ver el rostro de tu pequeño después de trabajar y pensar que todo lo que estas haciendo es por ese ser tan pequeño e indefenso, y que en un futuro te lo agradecera.

Trato de no llorar, porque arruinare mi maquillaje, y aquí estoy con un hermoso vestido blanco, mi peinado recogido y mi ramo, a unos minutos de unir mi vida por legal con el amor de mi vida, el padre de mis hijos.

Salgo del cuarto y lentamente camino hacia las escaleras en donde me espera mi padre con un elegante traje gris, le sonrió tiernamente, mi padre el hombre que me dio la vida, un aparte de mi vida esencial.
Bajamos y subimos al coche, mi familia ya me espera en la iglesia, y yo voy rumbo a mi gran final feliz  pero también a iniciar una gran historia, una historia llena de aventuras, tristezas pero sobre todo amor, amor real.

En la puerta de la iglesia con mi padre esperando a que abran para dar mi gran entrada triunfal, las gran puertas de madera son lentamente abiertas, desde dentro se escucha una hermosa melodía nupcial, al ver el interior las lágrimas son inevitables de detener, toda mi familia esta en las bancas, en frente están mi madre, mi mejor amiga con mis hijos, cada uno con su respectivo traje y mis princesas con su hermoso vestido, en frente esta él, un chico guapo, alto y con una musculatura envidiable por muchos, ahí esta él, el amor de mi vida, mi protagonista de la historia.

Mi nombre es HANNIE NEREA y aquí termino una gran historia de dolor, tristeza y amor, pero empiezo otra de aventuras, cariño y mucho amor.

FIN DEFINITIVO.

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