El Ataque Hacia La Diosa

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— ¿Qué vamos a hacer...?— pronunciaba el mayordomo de aquel lugar el que siempre le era fiel a Mitsumasa—. ¡No puede ser, no puede ser!—  pronunció nuevamente para después comenzar su dichosa caminata nerviosa mientras provocaba movimientos nerviosos con ayuda sus dedos—.  ¿Por qué nos pasa esto? ¡Quisiera saber que hacer!

  Después de aquel incidente en la dichosa carretera, los chicos (y chica) habían decidido que estarían mejor en su distintivo hogar ya que allí tendrían mucho de que hablar.

  El chico de cabellera larga, Shiryū se encontraba leyendo una revista que había encontrado en la residencia, a pesar de estar en la residencia el mantenía su guardia activa, no solo porque lo habían encontrado aun con su armadura de "Dragón". El de cabellos rubios se encontraba en la barra de la cocina de aquella residencia, técnicamente tomando un refresco de una manera desinteresada ya que solo observaba hacia la nada mientras que segundos después sorbía un poco de su bebida. El único de cabellos verdosos se encontraba ocupando el sofá completamente o en otro significado tomando una siesta, cuando escucho las repetidas palabras de "Tatsumi" había tomado otro ángulo de el sofá. La única chica en ese lugar se encontraba sentada en un sofá individual mientras colocaba una manzana entre sus dedos así pasándolo a su boca, alado de ella el pelicastaño imitando la misma acción de la muchacha, solo que en vez de una manzana había tomado un emparedado de fresa mientras se lo colocaba en su boca de la misma manera.

— Tatsumi— intentaba tomar la atención el pelicastaño mientras, nadie le prestaba atención a excepción de los chicos en los sofás.

— ¿¡Qué vamos a hacer!?— pronunciaba el mayordomo mientras se adentraba a caminar sus pasos memorizados—. No puede ser... — con la poca fuerza que tenia se había dedicados a golpear la pequeña barra que se encontraba en donde estaba el chico rubio.

— Tatsumi— menciona ahora la chica de cabellos rubios pálidos mientras también intentaba tomar su atención.

— Quisiera saber que hacer...— pronuncia en un tono preocupado de esa manera acabando la paciencia de uno de los chicos que se encontraba intentando tomar su atención.

— ¡Ya! ¿Por qué no dejas de lloriquear?— cuestiona en un tono burlón el caballero de pegaso, mientras se encontraba con la mordida de un panecillo.

— Esto es una consecuencia— pronuncia para después dirigir una mirada cómplice a todos los que se encontraban en aquel lugar—. Ustedes llegaron provocando muchos destrozos, por ello, la señorita Saori se encuentra aterrada y no quiere salir de su habitación— pronuncia para después observar a los caballeros nuevamente.

— Llorando no arreglas nada, deja que se le pase y saldra— menciona el castaño mientras se levanta de su asiento para dirigirse en la dirección de él mayordomo.

— Y yo digo que deberíamos, ayudarla— pronuncia entre dientes mientras que con su dedo índice golpeaba en el pecho a el castaño.

— Tatsumi...— pronuncia la chica en un tono pacífico para después obtener su atención—. Es normal que ella se encuentre en total confución, no es como si de un día a otro te den la noticia de que eres la reencarnación de Athena. — pronuncia con un cierto toque a obviedad.

— Oíste eso ¿Te tomaste la molestia de explicarle la situación?— cuestiona el chico mientras se acercaba mas a el mayordomo, este se encontraba retrocediendo.

— ¡Claro que...!— Tatsumi se estaba por contestarle pero se había dado cuenta de que el tenia razón, cuando se había tomado la decencia de explicarle—. Y-yo ¿e-eh?.— se cuestiona así mismo asimilándolo.

AMAZONA ━━ los caballeros del zodíacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora