Fin. Ya está.
Ya paso de todo.
De ser la simpática
cuidando mi tono.
Fin. Ya está.
Hasta aquí llego.
De lo que me cuentan
ya nada me creo.
¿Muy drástico?
Ehm. Los cojones.
Estoy ya cansada
de pan y sermones.
¿Que no es para tanto?
Tócate los huevos.
Te miento, te humillo
"¡pero son todo juegos!"
Mira, ¿este cuento? A otra princesa.
Total, yo no soy de la puta realeza.
Ey, pero no te rayes. Que no es personal.
Sí, has sido una cerda, pero que es lo normal.
¿Qué te crees? ¿Que esto es nuevo?
¿Que eres la primera?
Vamos, estoy aprendida.
Ya son muchos años
luchando esta guerra.
¿Conclusión? Sencillo. No te fíes de nada.
¿No te gusta mi rollo?
Pues venga, ¡apaga! ;).
"Escucha, tranquila.
Estás enfadada.
Espera otro día
a estar relajada."
¿Sabes? Mañana
quizás me he calmado.
Pero tú seguirás
sin estar a mi lado.
Y eso es todo amigos,
¡es mi conclusión!
Para qué ser perfecta
si comerme imperfectos
es mi profesión.