Estefen

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Oh, Estefen que desdichado es tu destino, pero para tu suerte, no es eso lo que vengo hoy a relatar, no es tu futuro, si no tu pasado y tu presente.

Mejor amigo, que frase tan bella, tanto al oído como a la vista.

Seira sabía eso, que tener un mejor amigo era tan bello como lo era la frase e inclusive mas bella aún que esta.
Sabía que un mejor amigo era algo inigualable, insuperable, era un sentimiento inquebrantable.
Tal y como Estefen, su mejor amigo.

Estefen nació como cualquier otro niño en este mundo, bueno, quizás no como cualquiera, mas bien como Seira.

El nació con una luz, sonriendo, con la luna iluminando su surgimiento al mundo. Y con la luna, la primera y ultima en mucho tiempo, siendo testigo de como se iba quebrando su destino.
A los pocos minutos de nacer, su madre Sarlet muere, rendida por el cansancio de dar a luz y derrumbada por la enfermedad que la había ido persiguiendo desde ya hace varios años, el cáncer.

Sin siquiera llegar a conocer a su madre, a tocarla o a oír el latido de su corazón afirmado en su pecho, Estefen crece bajo la supervisión de su padre Junk Sttok, famoso cirujano de origen italiano, que al enterarse de que su esposa muere y que le deja a su hijo que ríe a pesar de que su progenitora acababa de fallecer, se envuelve en las manos de la desesperación y sucumbe al pánico.
Lo que lo llevaría, sin él quererlo, a su enorme adicción al alcohol.

Así es, Estefen creció con un padre alcohólico, él cual solo se hizo cargo de él hasta que cumplió 1 año de edad, para luego, impulsado por la ira, la tristeza y el trago, dejar a su único hijo en el basurero de la casa de su vecino Veink Hof.



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