Zumban, punzan, mis oídos querían romperse, pero no se comparaba con el horror que sintieron mis ojos, y mi corazón que parecía haberse encogido, lo sentí todo al toparme de frente con el origen de mis pesadillas.
Me miraba fijamente con sus enormes ojos, tirada en el suelo, se retorcía, no se donde comenzaba una extremidad y terminaba otra, una piel lampiña y rosada, parecía que acomodaba sus huesos y padecía de un intenso dolor en ellos. De su boca brotaba un espeso líquido color verde, espumoso, al parecer no lo podía controlar, pero lo que me paralizó totalmente fue mirar sus dientes, exactamente iguales a los míos pero mucho mas grandes y con una veta amarillenta.
Estando a tres metros de ella, (o el, la verdad lo último que me preguntaba era en su género aunque en el fondo algo me decía que era una mujer) dejó de gritar, su martirizado rostro se transformó en uno de alivio y alegría al mirarme. Ahí mis sentimientos cambiaron, al mirar sus ojos, el terror se esfumó y se transformó en compasión (y debo admitirlo, un poco de aversión y asco).
Me acerqué para ayudarla, ahora si estuve dispuesta a tender mi mano para lo que necesitase, pero al preguntarle que le había sucedido solo me respondió gimiendo, no expresó ni una sola palabra, fue entonces que la intenté levantar, pero al acomodarla sobre lo que parecía una parodia de lo que deberían ser sus piernas (torcidas, delgadas, una mas grande que la otra y sin fuerza, solo colgaban) no se sostuvo y cayó sobre mi, no supe reaccionar, quería salir de esto ya, sobre todo al sentirme empapada de ese extraño fluído, no pesaba nada, pero el roce de su piel me hacía sentir muy incómoda, seguía retorciéndose. Traté de llevarla hacía el pavimento pero era cada vez mas difícil, iba tomando mas peso e iba perdiendo vitalidad, cada vez se movía menos, fue cuando finalmente pudo decir una palabra "Suéltame", no insistí e hice caso y pensé ¿como se supone que voy a resolver esto ahora?, pero al hacerlo volvió a mirarme, vi en su rostro un sentimiento de profunda tristeza, en sus hundidos ojos, parecía delirante, incluso sentí ternura, me transmitió una melancolía inexplicable.
Parecía que podía leer mis pensamientos, y llegué a la conclusión de que estaba a la expectativa de que me interesara en ayudarla, tal vez nadie, jamás en su vida había sido amable con ella, seguro ha venido cargando una vida de eterna desgracia y sufrimiento y nadie ha, si quiera pasado una caricia por su espalda o unas palabras de aliento o de consuelo.
Al mirar sus ojos, me vi de nuevo en tinieblas, recordé que hacían falta solo dos días para que regresara mi padrastro, solo dos días para volver a la pesadilla de siempre, y lo mucho que quisiera que, como yo en ese momento lo estaba haciendo, alguien se arrodillara a mi lado y me brindara su ayuda, y mientras pensaba en todo esto, me miraba con tanta atención, en definitiva, leía mis pensamientos.
Pensé que ella quería que yo la encontrara, que me eligió a mi de entre tantas personas que ignoran al prójimo caído para evitar ensuciarse las manos, sabía que yo, aunque cobarde, la entendería, seguro escuchaba mis pensamientos todos los días al caminar cerca de ella por este sendero y supo que necesitaba de mi, o yo de ella.
No supe en que momento pasaron dos horas, estaba oscureciendo, y ella había desaparecido, di un par de vueltas por el sitio pero ni rastro, así que seguí con mi camino, sin darle mas vueltas, no mas ese día, necesito descansar.
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Hamor
HorrorCuando el "hamor" está incipiente en espera del roce de tu pierna para hacerte caer frente a el, ni el peor de los pecados te hará desmerecedor de su implacable calidez.