Así se fue el resto de la noche, aunque ahora pude descansar mejor, no dejaba de darme vueltas lo sucedido, sin embargo al amanecer me percaté que los recuerdos que ayer me atormentaban estaban desapareciendo, la imagen de su mirada penetrante pero mas cálida que cualquiera, se estaba volviendo difusa, creí que me estaba volviendo loca y todo fue una alucinación, pero fue algo tan real, tan palpable.
Para descartar cualquier cosa, me puse a buscar evidencias, pero como si la vida conspirara en contra de mi cordura, la blusa manchada de el espeso fluído que salía de su boca, justo hace un par de horas que una de las sirvientas se la llevó para lavar, el recuerdo de su rostro cada vez era mas difuso, como un sueño que con el transcurso del día va desapareciendo, pensé que si volvía a buscar por el sitio encontraría alguna pista o evidencia, pero fue inutil.
Sin embargo confío en mi, por ahora.
El sueño acumulado no me dejó levantarme temprano, eran las 2 de la tarde cuando pude levantarme, y aún cargaba con una pesadez tremenda, pero no podía seguir acostada, había que ordenar la casa, en unas horas llegaban mis padres de un viaje al pueblo de nosedonde, y lo último que quiero ahora es verlos enfadados.
Las muchachas tenían todo en orden, pero faltaba una cosa, mi tarea personal, debía aprovechar la ausencia de mi madre para cambiar sus suplementos para ayudarle a dormir, por un somnífero super potente, fue el encargo que mi padrastro me hizo antes de irse, ya que su llegada coincidía con nuestro incómodo aniversario, dos años de su amada y esperada (triste, incómoda, martirizante y tétrica, para mi) fantasía.
Esta vez tenía que cumplirle de una forma distinta, especial, quería que fuese en su cama, al lado de mi madre, su otra mujer, había que conmemorar, y restregar en su cara lo tonta que es, presumiendo sus talentos como "amante y conquistador", en fin, sus fantasías morbosas que nunca termino de entender.
Todo el horror que pasé el día anterior, es un chiste, comparándose con lo que sentí cuando escuché el auto de mis padres llegar a casa, saber lo que me espera, y... creer... que no tengo salida.
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Hamor
HorrorCuando el "hamor" está incipiente en espera del roce de tu pierna para hacerte caer frente a el, ni el peor de los pecados te hará desmerecedor de su implacable calidez.