Pasaron casi tres semanas, mi mente tenía una lucha, trataba de convencerme que no era un pez y sin embargo no lograba comprender que hacia allí...
Me preguntaba rotundamente, ¿qué ha ocurrido durante este tiempo en mi compañía, como estarán mis hijos, mis padres y mis hermanos?
Creo que después de todo me dí cuenta que en verdad me hacen falta.
Me decía: Si tuviera la oportunidad de estar con ellos una vez mas, les dijera cuanto los amo.
Ese amanecer, al igual que todos los anteriores; me acerque a la costa para ver a esas familias felices, jugando, divirtiéndose y he logrado recordar que en mi infancia no todo fue malo, habían momentos en que mi padre y madre hacían lo posible por estar bien; solo para tener un bonito recuerdo de ellos, pero yo lo sepulté, todo lo bueno lo sepulté...
He tenido la esperanza de verlos, pero eso se a diluido.
Esa tarde nadaba hacia una grieta donde me ocultaba de criaturas más grandes y devastadoras, ya que el mar oculta seres diferentes a lo habitual y en lo mas profundo lo único que se ve es oscuridad. De camino vi algo que bloqueaba el paso hacia la grieta, creo que era un pez pargo, no le tome importancia por su tamaño pero al ver que dio la vuelta y rápidamente se dirigía hacia donde estaba yo, por impulso comencé a nadar y luchar por mi vida, nadaba con todas mis fuerzas sin dirección alguna, lograba escapar momentáneamente gracias al pequeño cuerpo escurridizo que tenía, hasta que llegue a un área profunda, de unos 330 pies (100 metros) donde muy claramente se veía un objeto amarrado con sogas a un yunque, habían tantos cangrejos, camarones y langostinos; quede junto a una pequeña cueva donde no dude en esconderme. El pez no era minucioso, por lo cual cambio de presa esfumándose por completo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
