Capítulo III

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Cerca del medio día mi madre llamó para decir que iba a casa de su amiga Kelly para ayudarla en su mudanza y que volvería tarde

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Cerca del medio día mi madre llamó para decir que iba a casa de su amiga Kelly para ayudarla en su mudanza y que volvería tarde. Mi padre ni se molestó en preguntar como estábamos o decirnos donde estaba él, simplemente nos ignoró. Bueno, parece que su plan de adoptar a un chico para que su matrimonio se arregle no está funcionando bien.

            Robert apareció en mi casa con su bolsa de deporte y me pidió que le hablara de todo lo que pudiera de Luke. Estuve casi media hora relatando el día que habíamos pasado. Hubiera tardado menos si no me interrumpiera con preguntas estúpidas sobre como de perfecto era su cara o cuan preciosos eran sus abdominales. Sí, parece que Pam no era la única interesada por el físico.

            Más tarde él me habló de cómo iban los entrenamientos. Me dijo que estaba fijándose en un chico nuevo que le llamaba demasiado la atención y que hoy le había visto sin camiseta y le había costado no raptarlo y violarlo. Le juzgaría y le llamaría loco pero si yo tuviera un chico que esta bueno sin camiseta y sudado delante de mí probablemente haría lo mismo.

            Carter me llamó en mitad de la conversación para preguntarme si Luke estaba cerca y cuando le dije que ni estaba en casa perdió el interés en mí. Creo que estaba en un bar porque escuchaba copas. Parecía como si fuera un perro y llamara a la vecina para ver si seguía viva.

            Creo que la única persona de mi entorno que me valoraba era Robert, algo que apreciaba completamente. En realidad, me sorprendía no haberme enamorado de él por ser el único que me valoraba. Tal vez eso no ha sucedido porque en cuanto supe que era gay lo comencé a ver como una chica –Sí, lo sé, no todos los gays son como chicas con pito pero era la única manera de no ver ese cuerpo atlético y pensar que sexo- y descarté cualquier posibilidad con él.

            -¿Y cuando decías que venía el nuevo bombón de tu hermano? –Preguntaba Robert mientras ojeaba mi libro. Puede que tuviera un pelín de TDA.

            -Debe de estar al venir –Respondí mientras miraba la hora. Era la una de la tarde, por lo que debería faltarle poco.

            -¿Segura que no es gay?

            -¡Robert!

            -¿Qué? –Se quejó-. Tu detector gay tampoco es que sea el mejor de Manhattan.

            -Dice el chico que se intentó ligar a un hetero con su novia delante. –Robert dejó el libro sobre la mesa un tanto indignado y se inclinó hacia delante.

            -¿Cuándo tienes pensado olvidarte de eso?

            -¿Nunca es un tiempo? –Reí y él puso los ojos en blanco.

            -Eres una perra mala.

            -Gracias, me lo dicen mucho. –Le sonreí y  volvió a poner los ojos en blanco.

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