Ni yo lo sabía. Subían hormigas
del techo, del cielo caían estrellas
y caían piedras del alma mía
después conté tres
y el ruido en mi pecho fue estallido
y luego fue brisa y luego fue hoja
y luego acordeón que la perseguía.
No sonrías ahora
que luego los hechos se me desanidan
espera y verás las estampidas
fue todo bordado, fue todo salida
las paredes fueron las espaldas mías
y sus pechos ébrios: paredes, colinas.
No rías es en serio
lo sabía todo y nada sabía
porque buenas muertes
a las malas vidas
se prefieren siempre como las hormigas
que subían solas y alegres morían.
Setecientas noches por una tenía
me harté de cabellos
chocaron dos vidas
qué choques, qué sueños
qué dientes, que fina la suave partida
la del gesto oculto, de alguna caricia
de un detalle humano
de un truco, una vía
o un pudor bailando
en el salto extraño
que le dio la vida
que le arranco sueños
que soñé hace días.
Deja que termine
y no me preguntes
me darás razones
para perseguirla
un año no es caro
si vale una vida
si no te corrompe el alma vacía
sin prostituirte
sin viciar, sin huidas.
Me convirtió en santo
me endiabló la vida.
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Ritos Obscuros.
شِعر¿Qué son ritos obscuros? Eran poemas sueltos olvidados. Raros, rarísimos porque aún después de reelerlos no consigo descubrir en ellos su destino pretendido, (La lógica razón de por qué o quien fue escrito) Sigo el lánguido trayecto de la musicalida...