La vida en el colegio era buena, a Alec le encantaba, bueno, le encantaba la mayor parte del tiempo. Era un estudiante ingles de primer año en la Universidad de Idris, una de las universidades más prestigiosas de la ciudad de Nueva York. La gente prefería llamarle la nueva Yale, y Alec no podía estar más orgulloso por ser uno de sus estudiantes privilegiados. Era la mejor cosa que le había pasado en mucho tiempo y estaba agradecido de la oportunidad recibida.
Era como un sueño hecho realidad, pero como en todo sueño, había un pequeño detalle que amenazaba en convertirlo en pesadilla; y ese detalle era el compañero de cuarto de Alec: Magnus Bane, estudiante de diseño de moda, excéntricamente extraordinario y la versión humana de un dolor de cabeza.
Alec odiaba al chico con toda su alma. Era engreído, egocéntrico, y escandaloso, muy, muy escandaloso. Había veces en las que Alec quería lanzarlo por la ventana o golpearle en la cara, cualquier cosa para callarle.
No siempre fue así, de hecho. Al principio, a Alec le había agradado Magnus, mucho, le agrado muchísimo. Su primera impresión del chico fue que era... bueno... muy llamativo, pero una buena persona. Magnus era extraño y peculiar, con sus ropas coloridas y su maquillaje, pero Alec no podía negar que a pesar de todo ella, realmente le gustaba.
Durante su primer semana habían hablado de todo y de nada. Se habían preguntado de todo, algunas preguntas personales, otras triviales, pero todo parecía ir bastante bien entre ellos. Bueno, tan bien como podía ir entre dos personas que se acababan de conocer y estaban unidas para vivir bajo el mismo techo. Pero entonces, después de una semana de conocerse, Magnus comenzó a coquetear con Alec. Alec no tenía nada de experiencia en el tema; acababa de salir con su familia como hace un año, y era seguro decir que no había tenido muchas citas durante la secundaria. De hecho, no había tenido ninguna. Así que naturalmente, cuando Magnus comenzó a mostrar cierto interés del tipo "más que amigos", Alec no sabía que hacer y se encontraba tratando de seguirle la corriente y reír de los bobos intentos de Magnus por ligar con él.
Al principio a Alec le gustó la atención que Magnus parecía tener con él. Siempre le estaba haciendo preguntas, algunas en plan tonto, algunas personales. Magnus podía ir desde "¿Cómo está en clima" hasta "¿Cuál es tu más grande ambición?" en un parpadeo. Alec contestaba algunas, algunas otras, solo se quedaba en silencio. Alec sabía que él era raro. Siempre lo había sido, eso no era algo nuevo. Amaba leer y perderse en los libros. No era muy hablador, se consideraba una persona solitaria, pero a Magnus parecía no importarle nada de eso, al contrario, parecía que realmente le gustaba todo eso de Alec. Magnus parecía entenderlo en un nivel que Alec ni siquiera creía posible. Le daba su espacio, no le interrumpía y más importante aun, hacía a Alec sentirse especial.
Por algunos días Alec se sintió caminando en las nubes. Por primera vez en su vida había un chico sexy interesado en el, y a Alec le gustaba. Le gustaba mucho, demasiado. Hasta que, bueno, se dio cuenta de quien era Magnus Bane realmente, y todo cambió.
Alec nunca se sintió incomodo con el juego de coqueteo de Magnus. Le gustaba. El problema era que su compañero de cuarto hacia eso, literalmente, con todos en el campus, chicos y chicas por igual. Magnus Bane era la más grande y coqueta persona en el planeta, y Alec le odió por ello. Le odió por hacerle sentir especial incluso por algunos días. Le odió por ser tan abierto, libre y extravagante. Y le odió aun más porque ya no le miraba más.
Habían pasado dos meses. Dos meses, y lo que al principio parecía el comienzo de una buena amistad, ahora era, bueno Alec no sabía que era, pero de una cosa estaba seguro: no se soportaban mutuamente. Literalmente peleaban todo el tiempo. Día y noche, siempre estaban peleando. Magnus amaba burlarse de la falta de vida social de Alec, y Alec encontraba bastante divertido burlarse de Magnus en general. Criticaba su apariencia, su ropa extravagante, su voz, incluso su personalidad. No podían quedarse callados más de cinco minutos. Los insultos iban y venían entre ellos de forma natural, casi como respirar.
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Todo Lo Que Siempre Quise (Malec)
FanficLa vida en el colegio es buena, y Alec le encanta. Es como un sueño hecho realidad, pero como en todo sueño, hay un pequeño detalle que amenaza con convertir ese sueño en una pesadilla: Magnus Bane. El compañero de cuarto de Alec la versión humana d...