20. Alianza

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—¿Para que me citaste?—

—Necesito tu ayuda... Doffy— el nombrado sonrió

—¿Y en que puede ayudarte alguien como yo?— esta vez fue el turno de sonreír de Law

—Necesito recuperar lo que es mio y de paso, averiguar quien fue el que intento quitarmelo— su sonrisa se borro, dejando paso a una mirada sombría —No puede ser que en un maldito año nadie ha sabido nada de el...— soltó un fuerte golpe sobre el escritorio —¿Puedo contar contigo?—

—Siempre contaras conmigo Law, pero dime ¿Que obtengo yo a cambio?, tu recuperaras a tu esposo ¿Y yo?— Con o sin ganancia el rubio siempre ayudaría a Law. El ultimo se puso a pensar sobre que podría satisfacer a Doflamingo —Si no mal recuerdo— el oji-gris volteo a verlo —Habia una muchacha de servicio la ultima vez que vine— el menor ya sabia para donde iba la cosa —Una pelirroja bastante simpática—

—¿Harumi?— los lentes del mayor hicieron contraste de luz con la lámpara del cuarto —No lose Doffy, ella también desapareció junto con Luffy.— el ceño de Doflamingo se fruncio haciendo visibles algunas venas en su frente; estaba molesto —Claro que si aun esta viva y la encuentras... Puedes quedartela— todo signo de molestia desapareció.

Ambos hombres estrecharon manos en símbolo de que ahora trabajarían juntos para beneficio de los dos.

—¿Que pasa Kannami?— preguntaba el acompañante de la chica —¿Te sientes bien? ¿Tienes frío?—

La chica negó —No pasa nada Bartolomeo, solo fueron escalofríos— sonrió. Alzo la vista y diviso un puesto de helados ambulante —¡Vamos!— se levanto con rapidez de la barda donde se encontraban sentados, tomo la mano del peliverde y corrió.

El mayor sonrió y acompaño a la chica. Después de comprar helados para ambos, camino a casa de Bartolomeo se cruzaron con un hombre que vendía “Galletas de la suerte”, les ofreció a la pareja a lo que aceptaron a comprar.

—¿Que dice el tuyo?— preguntó ansiosa Kannami —El mio dice que por fin me casare por amor y no por compromiso—

—Hmm bueno— nervioso se rasco la cabeza, le mostró el papel a la pelimorada

—“Enhorabuena el amor toco a tu puerta”— la menor se sonrojo —Gracias— agradeció al vendedor después de pagarle. Tomo la mano del peliverde y continuaron su camino. Mientras la pareja iba feliz, el vendedor los observo irse mientras susurraba unas palabras al aire

—Si dos personas se aman, no puede haber un final feliz— suspiro con tristeza y continuó su camino.... Para desgracia de muchos... Esas palabras tenían toda la razón.

El Chico De Los Ojos Vacíos (ZoLu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora