Capitulo 1

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La radio del autobús no era suficiente para apagar el ruido que se hacía notar en la parte trasera de este.

Jenny estaba segura que en cuanto tuviera el dinero suficiente se compraría un automóvil para tener que evitar los tediosos 15 minutos de su casa a la escuela.
No se compraría algo como el auto viejo de su joven y solitario vecino de enfrente, no. Sería algo así como más reciente y pequeño, el tipo de auto que las chicas del colegio evitarían mirar con horror en cuanto se dieran cuenta que conducía una lancha, sería algo con el espacio perfecto para ella sola y sus cosas de la universidad. Pero aquello no se vería hasta después de graduarse, así que por un par de años más tendría que aguantar la ruidosa rutina.

El autobús estaba la mitad de vacío cuando éste llegó al destino de Jenny, se echó el bolso que su madre le había confiado para el uso de sus cosas de la escuela al hombro y se halló de pie antes de que el autobús parara.

—Eh, Jenny ¿crees que pueda ir a tu casa un rato?

Al dirigir la mirada hacia abajo vio a su amiga Daniel, con el cabello liso y castaño reposando en su hombro. El brillo de sus ojos no presagiaba nada bueno.

—¿Tengo opción? —le dijo al ver que no podía negarse ante un poco de compañía.

—Mejorare tu día —susurro Daniel.

Jenny sonrió asintiendo con la cabeza. Daniel era su mejor amiga desde que comenzó la universidad, a pesar de que las dos eran muy diferentes. Nadie podía entender muy bien cómo habían llegado a ser tan amigas. Ni siquiera ellas llegaban a comprenderlo, aunque seguramente fuera por algo que sí tenían en común: las dos eran nuevas en la universidad, donde habían llegado después de pasarse la vida de un lado a otro.
Por todo lo demás Jenny y Daniel no se parecían en nada. Incluso su apariencia era de lo más dispar: Jenny era una de las más pequeñas del colegio, puesto a que su madre era de nacionalidad asiática, así que su estatura se debía a sus genes. Su piel era palida y sus ojos eran rasgados pero inexplicablemente grandes, tal vez se debía a que su padre era americano.
Daniel no sólo tenía un año más, si no que era bastante alta. Siempre se veía ruda e imponente, con sus caderas anchas y su ropa de tonos oscuros.
El resultado era que las dos juntas resultaban inconfundibles.

—Vamos, antes de que el conductor venga a sacarnos a golpes. —Dijo Jenny, al ver que los pocos alumnos que quedaban en el autobús las miraban de forma desesperante.

Tras bajar las escaleras traseras del autobús por fin salieron al exterior, donde atravesaron un par de columnas que se alzaban tres metros sobre ellas.

—Bienvenidos al suburbio de los raros. —Comenzó a decir Daniel mientras hacía un exagerado movimiento con las manos. Su amiga rodó los ojos— Vamos no podrás negar que hay un montón de raros en tu calle, solo ve a tu vecino de enfrente.

—Si mal no recuerdo creí que él te parecía lo bastante bueno para tirartelo.

Daniel la miro entrecerrando los ojos y sonrío despreocupada.

—Si, bueno, eso no le quita lo raro.

Aunque sí Jenny se ponía a pensarlo, el vecino de enfrente si era un poco raro. Tenía un automóvil de 1940, no servía por supuesto pero todo el día se le veía trabajando en el, sudoroso y con grasa en las manos. No tenía contacto con ninguno de sus vecinos y la única vez que Jenny escucho su voz fue para detener las muy acostumbradas burlas su hermano mayor.

—"Hey —decía, bajando el cigarrillo que tenía cerca de sus labios— déjala antes de que haga lo mismo contigo."

Y cada noche era igual, a la misma hora Jenny lo veía salir y su regreso era desconocido ya que al día siguiente al regresar de la escuela se le veía trabajando nuevamente en su tan acostumbrado auto viejo, subido en unos maderos como recordatorio de quién en era el amo de aquella calle. La mayoría de las veces su vestimenta era en tonalidades oscuras y tenía el cabello medio corto cayendo sobre su frente, siempre desordenado. Y ella no podía negar que era atractivo.

—Otra vez salió anoche a la misma hora —se apresuró a decir Jenny a su amiga— y no regreso hasta el otro día.

—Deberíamos entrar a su hogar para ver que se trae entre manos. O tal vez puedas llevarte bien con él y averiguar algo.

—Prefiero llevarme bien con él a distancia.

—Jenny —le reprendió Daniel— vamos ¿no te da curiosidad?

—No es para tanto.

—Como quieras —respondió— ¿tienes mi dibujo listo?

Jenny asintió, al llegar a la puerta de su hogar se giró y se detuvo un momento para admirar a su atractivo vecino de enfrente que (gracias a dios) la ignoro cómo siempre.

Jenny asintió, al llegar a la puerta de su hogar se giró y se detuvo un momento para admirar a su atractivo vecino de enfrente que (gracias a dios) la ignoro cómo siempre

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El día más caluroso en lo que iba de ese mes llegaba a su fin y un silencio se extendía sobre las grandes y cuadradas casas de aquel suburbio. Aquella noche después de cenar Skyler se encerró en su habitación, quería tener un momento consigo misma para pensar en todo lo que había ocurrido estos últimos meses con su vida.

Abriendo las ventanas de par en par a la espera de una inexistente brisa la llevo a quedarse sentada frente a aquellas ventanas admirando como su vecino de enfrente salía de su hogar una vez más hacia un lugar desconocido.

Y por un momento creyó que la idea de Daniel de invadir el hogar de su vecino no era tan mala.

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Esto es lo primero que publicó, llevo un rato unida a Wattpad y me dije... ¿por qué no?

Free As A Bird (Paul McCartney)Where stories live. Discover now