Comienza La Cacería...

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Siguiendo a su objetivo, los Kindred, saltando entre los árboles y hojas del bosque, seguían el rastro de su próxima marca.

"Oveja, es mio?" -Pregunta el lobo, esperando la respuesta de la Oveja.

"Nuestro, Querido Lobo" -Responde la oveja, riendo al ver la expresión del lobo.

En el transcurso, se ve a la lejanía la sombra de una batalla, era reciente y la sangre aún estaba fresca en la nieve... Siguiendo su transcurso, se nota un rastro de sangre proveniente del objetivo marcado.

"Toda vida..." -Dice la oveja entre risas al ver al Lobo queriendo correr hacia el objetivo.

"Termina en nosotros!" -Grita el lobo y sale corriendo, persiguiendo el rastro de sangre.

El Lobo, encontrando a su objetivo, lo acecha en las sombras, observando sus movimientos.

"Oveja, puedo cazarlo?" -Pregunta el Lobo al sentir que la Oveja está detrás de el

"No lo sé... El es quien decide su final" -Responde la Oveja con voz calmada, mientras observa al hombre intentando curar sus heridas.

El hombre que se curaba en la lejanía, era un muchacho de piel morena, que ya había escapado antes de la muerte... Y los Kindred, se enojaban al saber que estaba evadiendo su final.

"Todos los que huyen de la muerte, vivieron su vida inmoviles" -Dice la Oveja, mientras acaricia el pelaje del Lobo.

"Esta vez, no escapara, no puede vivir tanto tiempo!!" -Gruñe el lobo y salta sobre el muchacho, intentando cazarlo.

"Otra vez Tu..." -Dice el muchacho entre risas al ver al lobo encima de el.

"Esta vez no escaparas" -Dice la Oveja al ver al muchacho sobre el suelo.

"Me has dicho eso tantas veces y siempre logro escapar" -Rie el muchacho, activando un artefacto que tenía en su bolsillo

"Cronorruptura!!" -Dice el muchacho y en un parpadeo de luces celestes y blancas, desaparece sin dejar rastro alguno.

"Maldición!" -Grita el Lobo al ver que su objetivo se había ido.

"Tranquilo, querido Lobo... El pobre nos verá de nuevo si sigue haciendo sus locuras en la guerra" -Dice la Oveja en un intento de calmar al Lobo.

El Lobo, luego de oír las palabras de la Oveja se relaja y se acuesta sobre sus piernas.

"Oveja, cuéntame una historia" -Susurra el lobo, mirando tiernamente a la Oveja.

La Oveja sonríe y mira al Lobo.

"Había una vez un hombre pálido y solo que vivía en la cima de una colina" -Dice la oveja, acariciando las orejas del Lobo.

"Porque estaba solo?" -Pregunta el lobo, mirando un río cerca del lugar donde están.

"El era el destino de todas las cosas, y por eso todos huían de él" -Responde la Oveja y mira al lobo con una sonrisa.

"Y el los cazaba?" -Pregunta el Lobo de nuevo, alzando su mirada al cielo.

"El tomo un hacha y se partió en dos... Justo a la mitad" -Susurra la Oveja, mirando al cielo igual que el Lobo.

"Para así siempre tener un amigo..." -Dice el lobo mirando a la Oveja.

"Para así siempre, tener un amigo" -Dice la Oveja, riendo al ver al lobo tan feliz.

Al llegar la noche, la tormenta de nieve se detenía, y los Kindred, siguiendo su estadía junto al río, deciden comenzar a buscar de nuevo.

"Oveja, Ese muchacho... Cual era su nombre?" -Pregunta el Lobo, mientras se lame el pelaje.

"Se llama Ekko, unos de los pocos que han evadido el frio abrazo de la muerte" -Susurra la Oveja mirando al Lobo.

"Ekko..." -Piensa el Lobo mirando al horizonte.

"Vámonos Lobo, hay más personas que necesitan mi flecha" -Dice la Oveja, levantándose del suelo y tomando su arco

"Tus flechas, o mis garras..." -Rie el Lobo, siguiendo a la Oveja.

Juntos, caminan los Kindred, pensando en lo sucedido con Ekko...

"Ekko, estés donde estés... Las mascaras gemelas te persiguen!!" -Dicen la Oveja y el Lobo al unísono, corriendo en la dirección que les indica la marca.

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