15. Resignación

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—¿Te gusta? —. Me preguntó Alice

—¿Y esto?—. Dije un tanto perplejo.

Ahí, junto a mí hermana se encontraba una flamante, nueva y hermosa motocicleta plateada.

—¡Es tuya!—. Exclamó dando un salto. —La he pedido cuando Bella llegó con la suya hace unos días atrás. Se me ocurrió que tal vez te gustaría correr junto a ella—.

—Es... muy generoso se tu parte—. Le respondí.

Entonces ella se rió en mí cara.

—No seas ridículo, yo no he pagado por ella—.

—¿A no?—.

Y todo hubiera sido más fácil de entender si Alice no hubiera evitado recordar o pensar en cualquier cosa relacionada a ello o si yo no hubiera estado tan preocupado con el asunto del extraño vampiro.

—Claro que no—. Prosiguió. —Yo sólo la he ordenado, tú has pagado por ella—.

—Ok—. Le respondí asimilando que era el dueño de un vehículo que no necesitaba. —Jamás se me habría ocurrido comprar una motocicleta...
Pero debo reconocer que es muy hermosa—.

—Claro que sí, yo la he elegido.
Dicen que se siente muy bien cuando el viento te golpea el cuerpo.
Pero para los humanos es un poco incomodo la sensación si no estás equipado como corresponde—. Entonces me mostró otra vez el recuerdo de Bella llegando a casa. —Y es por eso que me he tomé la libertad de comprar para ella algo también.
Espero que no te moleste—.

—No, claro que no, no me molesta en absoluto, pero ya sabes cómo se pone con los regalos—.

—Pero estoy segura que aprobaras esto—.

Se dio la media vuelta y desapareció en dirección a la casa.

—Alice estoy un poco apura...—. Intenté decirle pero ella volvió antes de terminar la frase.

—No seas tan molesto Edward, seguro que Emmett está haciendo un gran trabajo. Además mira que linda se verá Bella con esto—.

En mí mente imaginé por un momento toda la escena.
Bella montada en su motocicleta con el pelo al viento asomándose por debajo del casco que sostenía Alice en una mano y una cazadora de cuero en la otra.
La prenda se ajustaba su figura mientras recorríamos la solitaria carretera.

En mí mente ya había acariciado la idea de compartir aquel pasatiempo que parecía gustarle demasiado.

—Seguro que te ha gustado, a que si—. Dijo mí hermana mientras me devolvía mí reflejo en su mente.

Pestañeé en un intento por borrar la expresión estúpida de mí rostro.
Me había gustado, todo lo que ella había comprado me había gustado y mucho.

También Jasper estaba fascinado por la nueva adquisición.

—Me sorprende enormemente que Emmett no te digiera nada sobre esto.
Le pedí que no te contara y sobre todo que tratara de no pensar en ella.
Pero estaba resignada a que se arruinara la sorpresa—.

—Creo que pensaba en otra cosa en ese momento—. Le dije tratando de desviar el tema.

—Si, tienes razón.
No he querido molestarte pero vi que las cosas se ponían mas peligrosas de lo común y he decidido darte una mano.
Disculpa mí intromisión pero no estoy arrepentida, se que en el futuro lo agradecerás—.

—No lo agradezco en el futuro—. Respondí efusivamente. —Lo estoy ahora.
Muchas gracias, no me percaté de que la situación pudiera ser tan peligrosa—.

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⏰ Última actualización: Mar 26, 2017 ⏰

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