Te has imaginado dentro de los X-Men
Una chica alumna la escuela para jóvenes mutantes tras lo sucedido con Apocalipsis se enfrenta a algo nuevo ademas de seguir aprendiendo a controlar sus poderes, ahora tendrás que lidiar con un nuevo inquili...
Un suspiro cansino salió tus labios, al cerrar de una vez por todos aquel el libro, del que llevabas más de veinte minutos leyendo el mismo párrafo, no lograbas concentrarte, no podías, aun pese a la hermosa vista que tenías en aquel salón incluyendo La música de George Michael sonando de fondo.
🔊 One More Try
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Dejaste de lado aquel libro y diste un sorbo a la taza de café caliente a un lado tuyo, con la esperanza que te diese un poco de tranquilidad, sin ningún resultado, no podías estar en paz sabiendo distante a Erik, aunque tenias una ligera idea de a qué se debía, temías que el se hubiese enfadado por lo que había sucedió aquella mañana.
🕙 8 hrs antes 🕙
El sol comenzaba a asomarse por el ventanal de la habitación, te alegrabas por primera vez, el sol llegase, llevabas un tiempo despierta intentando contener el llanto ahogado en tu garganta, tu mandíbula comenzaba, templar peligrado dejar escapar tu llanto, no querías despertar a Erik aunque tampoco parecía tener buenos sueños, su seño se encontraba fruncido y algunas lagrimas caían sobre sus mejillas, el sufría, verlo así solo te hacia aun mas difícil contener tu llanto, intentaste no pensar en aquello que habías visto entre sus sueños, aunque sabias, todo había sido producto de tu mutación, de nuevo habías entrado en su mente, te debatiste entre despertarle, o dejarle hasta que el despertase por si mismo... después de observarle unos segundos y sin poder contenerte mas, todo lo que querías era consolarle, decidiste despertarle, meciéndole un poco, susurrando su nombre.
—Erik...Erik, despierta cariño...Erik— insististe hasta que sus cristalinos orbes te observaron, parpadeando de vez en vez un tanto confundido. — ¿Todo esta bien? — preguntaste una vez el nudo en tu garganta lo permitió, pensaste en abrazarle, pero para cuando tus brazos se acercaron a su regazo, el termino por salir de la cama presurosamente, renegando de cualquier tipo de contacto físico, le viste vestirse rápidamente y salir de la habitación, en completo silencio.
Quisiste seguirle sin embargo, terminaste por recostarte en cama completamente derrotada, bufando en señal de alivio, al saberte completamente sola en la habitación dejaste tu llanto salir junto con aquella marea de emociones que recorría tu ser, abrasaste fuertemente la almohada impregnada con aquella loción a él, en un intento de consolarte a ti misma.
No pudiste evitar pensar de nuevo en aquello que habías viste de entre tus sueños.
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