97 Años de espera

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Aquel lugar era una farsa. Eso fue lo primero que pensó Isska al llegar allí por primera vez. Eso es lo que piensa Isska 8 años después de estar sobreviviendo en aquel lugar.
A Isska le gustaba vestir botas bajas y pantalones de camuflaje. Solía tener siempre tres armas al menos distribuidas por su cuerpo. Era la clase de chica que todos volteaban a ver cuando ella pasaba. Porque, a pesar de todo, ella era una chica, y lo agradecía. Le gustaba ser diferente. Le gustaba realmente tener un buen motivo para estar ahí.
Hacia cuatro años que habían sacado casi toda la seguridad de su celda. Tenia más libertad y lo sentía bien. Durante seis años estuvo compadeciendo a su padre por haber sufrido tanto en aquel ático, sin embargo seguía arrepintiéndose por haberlo salvado.
Miro de nuevo a su psiquiatra con un aire de malicia en su sonrisa torcida. Sabía que detrás de la pared izquierda en el fondo de la habitación donde tenía sesiones "terapéuticas"" había personas psicoanalistas escuchando y observando a través de cámaras, esperando que ella dijera algo interesante, algo que sirviera, esperando que simplemente dijera algo.
Isska se dió cuenta de que el personal de siempre había cambiado, que ahora la trataban con paciencia que antes, así que decidió que era hora de cambiar su actitud callada.

-Isska -Charlie, el psiquiatra, decidió que era hora de llamar su atención, de nuevo.- Hemos estado intentando dialogar estas últimas dos semanas y lo único que has hecho es analizar me con tu mirada.- la miro expectante, a la espera de una respuesta que no sea ofensiva.

La voz grave y seductora de Isska lleno la habitación como si se burlara de todos allí, como si ella fuera todo lo que el mundo debería tener: " TU has intentado dialogar conmigo estas ultimas dos semanas, YO solo te he observado hacerlo."

Charlie le indico con una mano la puerta, exasperado se frotó la cara mientras la observaba marcharse con la elegancia de una reina.

***

Hoy era día de baño. Isska tenía muchas restricciones con cosas filosas, espejos, bañeras y cualquier otra cosa le aportara un suicidio o una depresión.
Al pasar por el pasillo junto a Theodore se dio cuenta por décima vez lo muy cambiado que estaba aquel lugar. Reconoció que ya no era una prisión ni un manicomio, pero tampoco supo identificar que era. Se miro en el espejo apenar llegar, volvió a reconocer su rostro luego de una semana, aparentaba unos dieciséis años, pero pensaba que las cosas allí no podrían haber cambiado tanto en solo 8 años.

"¿En que año estamos?" su voz angelical hablo a Theodore (su guarda), por primera vez luego de haber abandonado ñ aislada celda.
El la observo desvestirse un tanto incómodo pero para ella eso era normal. Theodore aparto la mirada sin saber si debía o no contestar, pero un impulso de buena voluntad lo llevo a ser sincero.
"2015"contestó tratando no mirar sus senos que ella tuvo la delicadeza de cubrir con su cabello enrulado.
Isska lo observo con detenimiento como si se acordara de algo. Y sin preámbulos se encogió de hombros y abrió el grifo para ducharse cerrando la cortina de plástico, llena de hongos y olor a orina, detrás de ella.

-Supuse que te instruían aquí. Por lo que me dijeron entraste siendo una niña y es imposible que seas así de inteligente sin ser educada al menos.- Theodore había tardado unos segundos en contemplar su respuesta. Podría adivinar la sonrisa satisfactoria de Isska mientras está lavaba su cabello.

-Leí, eso fue todo lo que me dejaron hacer. ¿Cuantos años tienes? Dieciséis, diecisiete tal vez. Eres demasiado joven para cuidar de mi de todas formas.- No sonaba molesta, ni egocéntrica, sonaba curiosa.

- Tengo 15 años...- Theodore hizo una pausa reflexiva sin saber si debía o no decirlo; termino haciendo lo que ella intentaba que haga. -Tengo 15 años desde el año 1897.

Isska salio envuelta en una toalla con el cabello, largo hasta los talones, chorreando agua. -117, supongo que tienes la edad necesaria para guiarme.

Él no respondió, simplemente la llevo a su celda luego de que ella se cambiara.
Apenas despojarse de su obligación se dirigió a recorrer el ahora instituto buscando a Matt, regocijándose en si mismo de poder haber conseguido respuestas e indicaciones a la investigación.

***

-Dime algo que te guste.-Charlie la observó, ya sin esperanzas de que siquiera suspirara, pero Isska sentía curiosidad de todo lo que pasaba y si no colaboraba no lo harían ellos tampoco.

-¿Algo como qué? -La estaban evaluando y se moría de curiosidad por saber su diagnóstico o que pensaban de ella.

-No lo se, un libro, una frase, una persona, lo que primero se te venga a la mente. -completo satisfecho el psiquiatra.

-"La creación mata al creador" -Isska podría haber dicho montones de cosas, de hecho personas era lo primero que se le venia a la mente. El, el era lo primero que intento atravesar sus labios. Pero ella sabia que la única opción de que funcione sin que se delate era inventando cosas.

Charlie la miro perplejo y anoto la frase en cuestión de segundos. -¿De donde sacaste eso?

-La vida te enseña muchas cosas.-contesto Isska con aire de superior y una seriedad intachable. -Pero eso lo acabo de inventar.- Agrego soltando una risa un tanto maniaca. -¿Me quedo genial no? Lo anotare luego en la pared de la celda.

La Tortura del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora