Lucy dormía profundamente en la enfermería de los Grandes Juegos Mágicos. Su cuerpo aún conservaba las huellas de su lucha contra Minerva a pesar de la atención que recibió. La joven maga apretó sus llaves contra su pecho. Una sombra se encontraba en la esquina de la esquina observando atentamente sus movimientos, pero ella no pudo evitar quedarse dormida sin darse cuenta de aquello.
Cuando está se despertó lo primero que encontró fueron unos grandes ojos color rojos como la sangre. La maga estelar saltó y se enderezó rápidamente, pero sus lesiones le hicieron gemir de dolor. Así que se entregó en la almohada bajo la mirada de la persona.
— No te muevas. Vas a empeorar tu lesión —el pelinegro lo dijo en un tono tranquilo, casi sin expresión. Sin cólera, simplemente palabras suaves. Era una sensación agradable.
— Tú... —su voz sonaba ronca por no haber hablado durante mucho tiempo—. Eres Rogue, ¿verdad? ¿qué haces aquí?
El dragon slayer dirigió su mirada a la ventana para extraer valor para hablar directamente con la maga.
— Lo siento. Lo que Minerva hizo fue horrible. Sé que probablemente nunca la vas a disculpar por eso, como yo no me puedo perdonar por no haberla detenido cuando pude.
Lucy se quedó mirando fijamente a Rogue. Él pensaba encontrarla herida, pero no cubierta de magulladuras y golpes. El pelinegro no sabía cómo reaccionar ante el estado de la maga.
Lucy extendió su mano y tomó la del contrario. Le estrechó como si estuviera diciendo que ella lo perdonaba. La rubia sintió una especie de fascinación por Rogue. El hecho de que él ocultará algo a todo el mundo le daba ganas de averiguarlo.
— Perdono a Sabertooth. Así que gracias por venir, Rogue —el chico no esperaba esto. Él pensó que iba a gritarle.
— ¿Por qué? —al parecer él no es de formular frases largas.
— Si Minerva busca de hacer daño es porque sufre, ¿verdad? Sabertooth no se ve un gremio que aloja el corazón de los niños. Ustedes parecen estar siempre en guardia. Debe ser difícil. Así que no tengo razón para culparte. En especial porque quiero ayudarte —terminó con una sonrisa tonta en la cara, para una persona como Rogue que esconde sus emociones es desconcertante ver una persona tan honesta, pero tenía algo fascinante.
La sonrisa de Lucy se amplió más si eso era posible. El ambiente logró que a Rogue le dieran ganas de protegerla como a una amiga... o algo más. Ella se arrodilló en el colchón y antes de que el pelinegro pudiera reaccionar lo suficiente la maga de Fairy Tail se lanzó a sus brazos, siendo correspondida levemente para evitar más lesiones.
Luego de estar un rato abrazados él se separó lentamente de ella y en silencio salió de la enfermería, no sin antes escuchar las palabras de la chica.
— Gracias...
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One-shots Lucy Heartfilia
FanfictionHistorias variadas sobre nuestra maga celestial favorita. Portada temporal.