Capitulo 2

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― ¿Te ha dolido mucho? ―el pelinegro de sonrisa rectangular, tan bonita y segura, pregunta a un anonado KyungSoo, quien no halla la voz para responder después de ver como su contrario soplo de su cálido oxigeno hacia las palmas de sus manos una vez que estas fuesen desinfectadas―. ¿Estás bien, Pequeña Caja? ―KyungSoo de verdad agradece estar resguardando su feo rostro bajo la caja. No quiere espantar tan rápido a alguien tan lindo y amable como lo es Baekhyun, con sus enormes ojos que están más grandes de lo normal y con sus gordos omoplatos rosados.

Baekhyun levanta y agita la extremidad libre que no está tomando la mano de su contrario, frente a la Pequeña Caja, para captar su atención.

―Pequeña Caja ¿estás bien? Tu mano parece está temblando y sudando mucho ―comenta y KyungSoo parece salir de su shock con eso. Rápidamente inclina su cabeza y mira como la mano contraria acaricia con el pulgar su planta de la mano mientras es abrazada.

―E―Estoy bi―bien ―logra formular después de un par de segundos.

― ¿Segurop? ―Baekhyun pregunta con duda, achicando los ojos y acercándose a su caja logrando invadir el espacio personal de KyungSoo, quien de inmediato parece comenzar a hiperventilar por tal cercanía.

―S―Si ―tartamudea y quiere golpearse por ello.

―No te creo ―acusa con un mohín infantil en sus labios, el mayor ―. Pero lo dejare pasar por esta ocasión porque creo que debemos ir a escondernos a otro lado. Aquí estamos expuestos a los prefectos y no quiero ser reprendido por ello para que mi hermana me lo eche en cara cuando trate de fastidiarla, así que ven, te llevare tras de las canchas. Sirve y nos conocemos más ―sin esperar respuesta, Baekhyun se cuelga su mochila al hombro y después toma la muñeca de la Pequeña Caja para encaminarlo hasta su bicicleta―. Oh, por cierto, ella es Serafina, transporte desde los 16 años ―presenta y KyungSoo no sabe como responder a ello―. ¿Esto es raro, cierto? Lo siento, pero hasta mi ropa interior tiene nombre. Hoy he traído a Taylor, es un bóxer azul marino muy cómodo ―dice más de lo necesario y nuevamente los bombones de KyungSoo se tiñen de rosa―. ¡Oh santo Dios, ayúdame a callar esta bocaza de cotorro que me cargo! ―de los belfos de KyungSoo, una tenue y muy bajita risa se escapa provocando que su mayor se detenga de sus peticiones al Todopoderoso―. Oh ¿Eso ha sido tu primer risita conmigo? ―inquiere con sorpresa y diversión, logrando que KyungSoo palidezca―. ¡Ah sido muy mona, Pequeña Caja! ―halaga.

Baekhyun le sonríe una vez más antes de recoger a Serafina y llevarla hasta el aparcamiento de Bicis. KyungSoo le sigue por detrás con timidez. Parece un pollito tras de su mamá gallina. Baekhyun se detiene al ver que la Pequeña Caja no lo empareja. KyungSoo va absorto en sus pensamientos, cabizbajo y cuando se da cuenta, su caja ha golpeado contra algo duro.

― ¡Lo siento! ―chilla con preocupación.

―No te preocupes, Pequeña Caja. Este pecho es fuerte. No he sentido nadita ―juguetea el mayor logrando poner ―otra vez― nervioso al menor.

―Lo siento, suelo ser muy torpe casi todo el tiempo ―explica.

―Las personas torpes suelen ser muy lindas ―el corazón de KyungSoo parece querer salir volando de su pecho y entregarse por completo al bonito chico de sonrisa encantadora ―no como la suya, fea y sin chiste―. Ven, camina a mi lado. No me gusta tener a nadie tras de mí. Es incómodo. Prefiero tenerlo al costado para platicar y verle de reojo ―apunta.

―B―Bien ―acepta, poniéndose a su costado.

Y así ambos chicos, caminan hasta las canchas que a primera hora de clases, suelen estar más vacías que la cafetería en día de "Tarta de espinacas". Cuando llegan, se esconden tras las gradas. Se sientan en el césped, uno junto al otro, en silencio. KyungSoo, como siempre, baja su cabeza y juguetea con sus dedos mientras Baekhyun no deja de contemplarlo con curiosidad y anhelo.

El Chico de la Caja de Cartón [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora