Capítulo 6

1.7K 324 123
                                    

Kai tiene encerrado contra la pared a Pequeña Caja, sus brazos cada uno al costado de esa cajilla desgastada, percibiendo esos ojillos grandes, algo tenues por la escasa luz que la caja deja pasar, queriendo  verlos temerosos  pero sólo nota un atisbo de fierilla consumiéndolos y no le gusta. Odia que haya alguien capaz de llevarle la contraria o le ponga las cosas difíciles. Lo odia. Es antijurídico en su sistema de régimen.

Pequeña Cajita tiene que obtener una lección para aprender quien manda.

-¿Qué tan mediocre crees que mis ojos te ven con esa caja de cuarta en tu pequeña cabeza, niño? – La voz venenosa del bravucón le golpea, pero si antes temblaba de miedo por la intimidación que estaba sufriendo, ahora sólo lo hace de coraje.

-¿Y t-tú como crees que te ves a los míos intentando de intimidar a aquellos que crees que son más débiles que tú? -Contraataca y piensa ver una señal de sorpresa en esos ojos oscuros e intensos que devoran almas, pero no lo confirma porque fue un susurro entre gritos, fue algo totalmente efímero.

Kai gruñe y KyungSoo cierra los ojos por  ese sonido tan intimidante y furioso.

-Te diré mis reglas y espero que las acates, porque parece que alguien no te las informó  – Kai dice entre dientes,  denotando que la pérdida de control está cada vez más cerca-. 1) Nadie me lleva la jodida contraria; 2) Cuando yo hablo, tú callas; 3) Cuando estoy ajustando cuentas, nadie interviene; 4) Tú caminas, pero yo digo hasta donde; 5) Si tengo un juguete, espero que nadie intente quitármelo o tendré que tomar uno nuevo. En conclusión, aquí mando yo – KyungSoo contiene el aliento al escuchar pausar a su contrario, no quiere dejarse intimidar, pero éste grandulón lo está logrando muy bien-. ¿Y adivina qué, cajita?

KyungSoo no responde hasta que el bravucón golpea su puño contra la pared tras suyo, esperando una respuesta, logrando su cometido: ¿Q-Qué?

-Tú las has roto todas.

Y sí, Santa Madre, KyungSoo quiere echarse a llorar ahí mismo, hacerse un ovillo y hacer como que no existe para nadie.

》Y como las has roto todas, debes tener en cuanta la 5°, tu mocoso la quebró primero, pero ¡Oh vaya! Tú has venido para ocupar su lugar ahora mismo,  niño -Pequeña Caja está temblando y Kai sonríe malevolamente, porque ¡Oh sí, maldita sea! Tiene a Cajita de cuarta donde quería: temiendo ante él-. Y no te resistas, que juro que tú mocoso la pagará muy mal. No por nada me he hecho de mi maldito nombre en esta escuela y alrededores. Soy Kai y voy a acabar contigo – el nombrado le mira y KyungSoo se siente desfallecer, sus piernas le fallan, pero no es hasta que el bravucón se da la vuelta y sale azotando la puerta, que se deja caer contra el piso, importándole muy poco lo sucio que está. 

Baekhyun esta impaciente. Su Cajita ya se tardó, no llega la hora en que entre por la puerta de la cafetería y sus pies torpes tropiecen y empiece a balbucear una tímida disculpa y él como todo caballero, iría a por él con una sonrisa gigante en sus labios.

Sino fuera por TaeYeon, que le manda miradas en advertencia diciéndole que no sea un paranoico, ya se hubiese echado a correr en su búsqueda. Y es que no puede evitarlo, su Pequeña Caja se ve un ser tan frágil y divino, que aunque ya demostró ser todo una fiera en voluntad y con personalidad fuerte en aquel enfrentamiento con el idiota de Kim, Baekhyun no puede con ese instinto de proteger y cuidar que ha despertado en él.

Y le cuesta admitirlo, pero tiene miedo que esos sentimientos tan espontáneos se conviertan en algo más.

-Ya fue demasiado. Y no digas ninguna palabra, Byun TaeYeon. Así que, si me permiten, ahora vengo – SeHun asiente con sus mejillas gordas de arroz blanco, con un poquito aquí y allá del contenido en su rostro. Pobre niño, sigue en crecimiento y le encanta la comida que no se ha dado cuenta del largo tiempo sin su hermano en la mesa.

El Chico de la Caja de Cartón [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora