"Pareces terriblemente risueña esta mañana," comentó Angie, mirando como su compañera de piso entraba en la cocina llevando una extraña y rara sonrisa en la cara. "¿El chat con tu padre fue bien?"
Dulce hizo una pausa, entonces sonrió. "Oh, sí. Mi chat con papá fue magníficamente." Se inclinó para besar la mejilla de angie. "¿Me dejaste café?"
"Bueno, sí," contestó, "pero no creo que la cafeína sea realmente lo adecuado para ti esta mañana."
Dulce se rió y sirvió una taza. "Bueno, hoy estoy de buen humor."
"Claramente," concordó angie, medio girada en su silla. "¿Alguna razón en particular?"
Dulce consideró la pregunta mientras pulsaba números en el microondas. "En realidad, no estoy segura," contestó. "Supongo que me gusta estar soltera."
"Brindaré por eso." angie alzó su propia taza de café antes de tomar un sorbo. "Bueno, ¿que haces hoy?"
Dulce bostezó antes de contestar. "Estudiar," explicó sentidamente. Pero sonrió al instante cuando la campanilla del microondas anunció que su chute de cafeína estaba listo. "Ah, divino." Sacó una silla y se sentó, sintiéndose refrescada y feliz.
"Bueno, ¿que tenía que decir tu querido papá?" preguntó angie, estudiando intensamente a su compañera de piso. Mantuvo su mirada fija en dulce, aunque su vista fue eclipsada momentáneamente por la taza en sus labios.
Dulce se encogió de hombros. "Me dijo que de veras me añoraba. Y que espera que pueda ir a verle antes que acabe el verano. Y que tiene a alguien que quiere que conozca. Una nueva amiga, asumiría." Hizo una pausa para beber su café. "Eso es todo."
"Pero estuviste online toda la noche. Podía oírte teclear."
Dulce obviamente no esperaba ese comentario porque se paralizó momentáneamente, la taza de café a medio camino de sus labios. Entonces se relajó y se sentó atrás. "Estuve chateando con Ana," admitió.
Le era obvio a angie que dulce no era consciente de la ridícula sonrisa en su cara. "Ana," repitió. "¿La ciber lesbiana?"
"La única y verdadera," dulce confirmó.
"Y dime, ¿qué tenía que decir la ciber lesbiana Ana?" angie inquirió curiosamente, inclinándose adelante con sus codos sobre la mesa.
Dulce se encogió de hombros. "Sólo hablamos de cosas sueltas," contestó casualmente. "Y deja de llamarla así." Sus cejas claras se estrecharon ligeramente. "¿Qué? ¿Qué es esa mirada que estás dándome?"
Angie se echó atrás en su silla y negó con la cabeza. "Sé lo que es esto," explicó. "Di psicología en el instituto."
Fue el turno de dulce de parecer interesada. "¿No compartirá, por favor, su análisis conmigo, Dr. Angelique?"
"Estás haciendo esa cosa," dijo angie apuntando un acusador dedo a dulce. "Ya sabes, donde como... decides cambiar de equipo durante un tiempo."
Dulce miró al cielo y se puso de pie, llevando su taza de café con ella. "Cuan perceptiva," contestó con fingida sorpresa. "¡Y elocuente!"
Angie también estaba de pie, no realmente preparada para abandonar el tema. "¡Poncho te hirió así que estás renunciando a los hombres! Eso es lo que estás haciendo. ¡Vas a romperle el corazón a esa pobre lesbiana!"
"Sobreactuando de nuevo," canturreó dulce de camino a su cuarto. Hizo una pausa y se volvió. "Oh, ¿mencioné que es actriz? Igual que tú." Sonrió y entró en su dormitorio, cerrando la puerta.
"¡Voy a decirle a tu madre que plantaste a Poncho por una ciber lesbiana!" amenazó angie en broma desde el otro lado de la puerta.
Dulce se rió disimuladamente. ¿No sería bárbaro? Agitando la cabeza y aún de estupendo humor, se puso a estudiar para su último examen del semestre.
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dulce disfrutó el calmante sonido de cepillarse los dientes. Era consolador. Le daba un sentido de limpieza... y... consuelo. Frunció el ceño. Necesito dormir más. Agitando la cabeza, consideró su reflejo. Que sexy. Nada como un cepillo de dientes púrpura colgando de una boca llena de espuma para hacer exclamar a los hombres, "Ooo lala".
Todavía cepillándose, salió del baño. Su compañera de piso estaba en su usual sitio delante de la TV, zapeando sin pensar a través de la plétora de cadenas. "Es así, pagamos el cable y sigue sin haber nada."
Dulce miró al cielo. Cada noche, la misma discusión. "Eh, déjame preguntarte algo," dijo, aunque el estado de su boca le impidió realmente formar las palabras. Salió algo sonando a, "E eame euante aoo."
Angie se dio la vuelta con una mirada confundida en la cara. "¿Te enjuagarías, por favor, la boca antes de intentar tener una conversación conmigo? O, al menos, aprende lenguaje de signos."
Dulce levantó su dedo corazón. ¿Que tal eso como lenguaje de signos? Bruja. Volvió al baño y un momento volvió después a la sala. Su boca era ahora menta fresca. La vida era buena. Se sentó y miró a su compañera de piso un momento. "¿Normalmente das nuestro número a desconocidos?"
"Sólo a los que lo piden," contestó angie con media sonrisa. "Como sea, no es como si no estuviera de todas formas en tu tarjeta."
Dulce asintió. "¿Así que le diste mi tarjeta a ese chico?"
"¿Qué chico?"
A veces, dulce tenía la enervante sensación de que angie disfrutaba chinchándola. Pero se negó a rendirse. "El chico con Ana..."
"¿Quién es Ana?"
Dulce levantó las manos en un movimiento de ahogar y estranguló el aire donde debiera haber estado el cuello de angie. "¿Estás intentando volverme loca?" exigió.
"Estoy aburrida, no hay nada," angie contestó. "Eres todo lo tengo para entretenerme." Sonrió brillantemente. "En cualquier caso, le di la tarjeta, pero escribí el número en la parte de atrás."
Dulce parpadeó un par de veces, como si el movimiento de sus ojos abriendo y cerrándose vertiera luz de, algún modo, en la pura falta de lógica de su compañera de piso. Pero no hizo. "El número ya estaba en la tarjeta," dijo, inútilmente.
"Buu," dijo angie "Pero no podía ser como, 'Eh, semental, aquí está la tarjeta de mi mejor amiga. Llámame algún día'." Agitó la cabeza. "Sentí que la acción de escribir el número realmente se añadía al poder del momento."
"Eres. Un. Bicho. Raro."
"Ya. Lo. Sabía." angie dejó de pasar cadenas. "Me rindo. No me importa que cadena esa o lo que haya, voy a verlo."
Dulce notó los anuncios y agitó la cabeza. Hora de escribirle a Ana Agarró el portátil de la mesa de café y apoyó las piernas en su lugar.
"¿Escribiendo a tu nooooovia?" le chinchó angie
"¿Que edad dijiste que tenías?" preguntó dulce
angie alzó un dedo y lo agitó de un lado a otro. "Na-a-a. Una verdadera actriz nunca revela su auténtica edad. Es un destino peor que la muerte. Hay una maldición en Hollywood. Así es cómo toda esa gente famosa terminan en infomerciales a las tres de la mañana."
Dulce alzó su propio dedo burlonamente e hizo movimientos circulares junto a su oreja. "Loca." Devolvió su atención al portátil. "Además, sé tu edad, payasa."
"Entonces debo matarte," dijo impasible angie
"Oooh, estoy temblando," contestó dulce
angie miró las sandalias en los pies de dulce. "Zapatos lesbianos," notó, agitando la cabeza. "La transformación ha empezado."
*****************************Querida Ana
Tras un fallido esfuerzo por encontrar algo fructífero que ver, mi compañera de piso decidió dejarlo a la suerte. Y el destino decretó que debiéramos sufrir a manos de repeticiones de Happy Days. Le supliqué que cambiara de cadena, pero es terca (y demente). Si esta noche tengo pesadillas que involucren el Fonze en cualquier forma, manera o lugar, voy a matarla. Pues pasé el día estudiando para un examen de Historia del Arte. Mañana acabaré con las clases. ¡No puedo esperar! Tres meses de libertad; tres meses de arte. Al fin tendré tiempo para empezar esa colección, si aún estás interesada, aunque a estas alturas no me parece correcto vendértela. Considéralo un regalo.
Poncho aún no ha hecho aparición, lo que es bastante raro y me preocupa un poco. Quiero decir, se marcha a Harvard la próxima semana... lo menos que podía hacer es despedirse. ¿Verdad? No puede estar tan enfadado conmigo. Bueno... quizá sí.
Consiguió esto de la pasantía, así que tiene que irse antes. Es extraño. Mis padres le adoran porque va a tener tanto éxito. Pero es que no veo el éxito como requisito para el amor. Ni siquiera me importa. En tanto una persona sea feliz, ¿verdad? Quizá sólo estoy intentando convencerme de no ser una completa perdedora. No, eso no es verdad. Creo que sólo envidio el hecho que cuando mis padres le miran, veo orgullo y respeto en sus ojos. Cuando me miran, sólo veo desilusión y vergüenza. Oh, a propósito, me divertí mucho chateando anoche contigo. ¿Quizá podamos volverlo a hacer algún día?
Tras mañana tendré todo el tiempo del mundo, así que hazme saber cuando te va bien.
Tú amiga,
Dulce
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EL LADO CIEGO DEL AMOR !! PORTIÑON!! ♥
FanfictionCuando crees estar seguro de algo la vida te manda cosas inesperadas. A veces no hace falta hacer planes, hay planes que ya están hechos!!