Capítulo 6

30 1 0
                                    


La fiesta se tornaba cada vez mejor, bebía pero disfrutaba mucho bailando, me había olvidado por completo de Jeremy y Sam, los deje excluidos por esta noche de mi vida, solo yo en la última noche de diversión. Baile, baile, bebí y baile, todo en un solo compas. Sentí mucho mareo y unas terribles ganas de vomitar, camine rápidamente pero me tambaleaba mucho; ya estaba borracha y me reí, choque con alguien pero no le vi la cara, seguí caminando hacia el tocador, alguien me cogió del brazo, me jalo hasta que dar frente y ver la cara...Sam, me llevo al baño de hombres.

- ¿Qué coños haces? ... ¡suéltame!- grite pero nadie escuchaba por la música, excepto el por su proximidad.

- No grites, todos aquí no tienen por qué escuchar tus absurdas pataletas - dijo enfadado.

- Aaa... Por favor no te hagas el responsable- siempre estaba a la defensiva.

- En este momento lo soy... ¿por qué haces esto?- pregunto incrédulo.

- ¡Eso no te importa, no tienes por qué meterte en mi vida! – exclame.

- Debo hacerlo... no eres responsable de ti, siempre tengo que sacarte de apuros – dijo Sam.

- Nadie te dijo que lo hicieras, puedo hacerlo yo sola... ¡no lo hagas! – grite

Rio y se volvió hacia el espejo, mojo sus manos y se las paso por su cabello, jamás había notado que era cobrizo, quizás hacia ese instante.

- te da igual lo que haga y lo que haga papa, solo te importas tú, solo tú y tus asuntos estúpidos, crees que no me doy cuenta, te encanta ser el centro de atención...- seguía gritando, estaba furiosa, se volvió hacia mí.

- Crees acaso que soy yo al que le gusta llamar la atención, que me dices de ti Tammar desde que murió mama lo único que haces es hacer lo que te venga en gana, tú y tus pataletas, tú y tus cosas, tú y tus amigas, eres como papa, acaso piensas que el comportarte así te hace olvidar aquello porque déjame decirte que yo también lo siento... me duele que mama haya muerto, me duele sentirme así cada vez que lo recuerdo, tú no eres la única que sufrió, ¿porque no piensas en mí?, porque solo piensas en ti, lo único que hago es cuidar de ti siempre, siempre te cubro con papa para que vayas y te diviertas, siempre estoy de tu lado y lo único que haces es juzgarme, de verdad piensas eso... ¡dime Tammar, dime!, a quien le encanta actuar sin pensar, quien actúa como loca, quien se comporta como una...

Suspire y corrí fuera de allí, busque la salida como pude, jamás pensé que alguien me dijese todo aquello y menos de Sam... mi hermano, mi sangre, tampoco pensé que me doliera, pero todo era verdad, todo lo que me dijo, todo lo que he hecho lo he hecho para mí, sin pensar en él, de verdad me protegía y yo jamás me di cuenta, pero el... lo que dijo de mí, no debía terminar la frase para comprender lo que intentaba decir. Me hallaba fuera en medio de la carretera, no sabía hacia dónde ir, no quería ver a nadie, solo estar sola. Un poco borracha, decepcionada de mi o de todos, era confuso saberlo en este estado, estaba en shock... camine mirando la luna, siempre hacia delante, de repente me encontraba en el cementerio, habían algunas flores y las arranque, busque la tumba de mama y me senté allí, lloraba sin cesar, estaba tan dolida.

- ¿Por qué me dejaste sola?... ¿por qué te fuiste cuando más te necesitaba? – preguntaba sollozando, proseguí – ¡no sé qué hacer!, no sé quién soy desde que te fuiste, me siento sola, sola en medio de..., porque tenías que morir, porque cuando empieza a estar todo bien, te vas.

De pronto el aire se tornó más pesado. Hacía mucho frio, sentía mucho poder en el aire, cosa que me perturbo demasiado. Me disponía a irme y alcance a vislumbrar una sombra, que se acercaba, pero a medida que lo hacía, cogía forma... ¡era una mujer!

Jamás había creído en fantasmas, pero en ese momento paso de todo en mi mente, mí vello se erizo por completo y sentí desfallecer.

Su compleción era de deportista, alta, su pelo era negro, liso y largo, sus ojos eran verdes, pero vi en ellos un brillo y una ternura, que de pronto se me hacía familiar, su tez pálida hacia destacar mucho más su ropa; llevaba unos vaqueros azules un poco holgados, una camiseta amarilla, una americana y unas botas esplendidas, de no a ver sido por el miedo que sentía, incluso hasta le hubiese preguntado en que boutique las había comprado.

¡Venga, ya, incluso hasta en mis peores momentos pienso en Moda, es típico, soy una chica!

Se paró al lado de la tumba de mi madre, detallo su foto; note como si conociera a mi madre, la observe de nuevo y pregunte:

- Qui...quién eres?

- Creo que no estas preparada para recibir esa noticia, quizás la pregunta sea, cual es mi nombre, ¿verdad?- asentí- Bien... mi nombre es Meredith Baltimore.

- Y...y que... que quieres?- tartamudee.

- Te quiero a ti, Tammar –

- Como...yo...por qué yo?

- Veo que james no te lo ha dicho verdad, te subestima demasiado.

- Como es que conoces a mi padre?- pregunte con cautela.

- Por qué conocía a mi hermana – fue lo único que respondió, se agacho y quito algunas hojas de la foto de mi madre, miro la foto y dijo: "realmente era hermosa, creo que su poder era más fuerte que eso...no tenía que morir"

¿Poder?, tenía que estar loca.

- Oye disculpa, me confundes- negué con mi cabeza- aún no sé quién diablos eres y... y hablas de mi madre como si...como si la conocieses de mucho tiempo y yo, dices que...no te entiendo, ¿quién diablos eres?- no pude seguir, mi cabeza estaba a punto de explotar, puse mis manos sobre mi cabeza.

- No hay nada que entender y como te he dicho no estas preparada para saber quién soy, pero tienes que venir conmigo.

Sangre BaltimoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora