[III] Como el sol

34.8K 5.8K 1.4K
                                    

[Canción en multimedia:
Like that sun, Day6]

Taehyung repite una vez más el entrenamiento que su profesor de música le ha dejado. Cuando se unió al club de instrumentos musicales con la intención de aprender a tocar la guitarra, se había enfrascado completamente en el objetivo de aprender rápidamente lo básico para poder ser capaz de tocar una canción por completo tras sus conocimientos adquiridos. No obstante, ahí estaba ahora, sus dedos presionando flojamente sobre las cuerdas, ocasionando que las notas no sean exactamente lo que se espera. Pero el rubio no es capaz de percibir sus errores, porque hace tiempo su mirada se ha perdido en el chico que se encuentra tocando la batería, completamente fundido en su acción. Le encanta la velocidad que adquieren sus manos cuando toca y la manera agraciada en que su cabello se mueve cuando agita su cabeza.

Jeon Jungkook es un chico apasionado, brillante. Taehyung siente que verlo a él se compara a ver el mismísimo sol.

La interpretación del menor termina y sólo ahí el rubio nota que ha dejado de tocar por estar demasiado absorto en su compañero, sintiéndose avergonzado de sí mismo por no poder avanzar mientras aquel chico parece dominar con facilidad el instrumento seleccionado aun cuando había dicho el primer día de clases que jamás había tocado la batería antes. Lo envidia, mucho, pero sobre todo lo admira. Se cuestiona si algún día podría ser como Jungkook.

El castaño alza la mirada para ver cómo trabajan sus demás compañeros y prontamente se encuentra con los ojos de su hyung. Kim está seguro de que sus mejillas se tiñen de rojo cuando el menor le sonríe dulcemente, como si no le importara el hecho de ser observado por él. Y vuelve a tocar su guitarra, esta vez con más ímpetu, porque quiere demostrarle que él también ha mejorado y desea algún día estar a su nivel, tocar junto a él. El sonrojo en su rostro no disminuye al ser consciente de que su joven compañero no ha dejado de mirarle y, por increíble que parezca, Taehyung es más capaz de escuchar sus propios latidos que las notas que con fervor salen de su guitarra.

Lo está mirando, Dios, ¡lo está mirando! Y estar bajo su mirada se siente tan bien. Porque Taehyung se está derritiendo bajo el sol de sus ojos.

Y las semanas pasan, demasiado rápido, mientras Taehyung ansía cada noche al acostarse que el sol brille pronto en lo alto del cielo, porque eso significaba que faltaba menos para poder encontrarse con Jungkook en aquel salón de música. Siempre ahí. Con Jungkook sonriendo de manera radiante, sus ojos arrugándose de una manera demasiado dulce que hace que Taehyung olvide como se respira. Y el rubio no tiene ni la más mínima idea de que para Jungkook, él también es algo semejante al sol, porque el mayor no ha dejado de brillar más que cualquier persona en el mundo desde que lo conoció.

Finalmente llegó el momento en que Taehyung ya era capaz de tocar canciones fluidamente, sin equivocarse en las notas, sin que sus dedos torpemente fallaran en presionar las cuerdas. Por fin se sentía orgulloso de sí mismo y deseaba que Jungkook también lo estuviera. Tristemente, el día que pretendía mostrarle su gran avance, el menor no apareció en el club; por primera vez no lo hizo. Kim no supo hasta ese momento qué tanto se había acostumbrado a su presencia hasta que le hizo falta.

Lo estaba extrañando, demasiado.
Quería verlo, como si la vida se le escapara entre las manos.
Le gustaba, más de lo que había imaginado.

Fue por eso que tras finalizar la hora del club sonrió lleno de dicha al encontrarse en la salida a Jungkook, quien aparentemente estaba esperando algo. Y se sorprendió gratamente cuando el castaño se acercó a él. Porque sí, Jungkook estaba esperando a alguien, y ese alguien era él.

―¿Por qué faltaste hoy? ―Preguntó, caminando hacia una banca del patio para poder conversar tranquilamente.

―Tenía que hacer un trabajo, mis compañeros han insistido en hacerlo después de clases, no me ha quedado otra que faltar al club ―Suspiró con pesar, sintiéndose culpable. No obstante, una sonrisa apareció en sus labios al encontrarse con los ojos atentos del mayor. ―Pero... bueno... sentí extraño no verte hoy, por eso fui a esperarte ―Confesó, sus mejillas tiñéndose de un suave rosa.

La mirada de Taehyung brilló ante aquella imagen y palabras, porque Jungkook se sentía como él, de aquello no había duda. Su sol estaba brillando intensamente brindándole una exquisita calidez y Taehyung también quería transmitirle todo lo que sentía.

Sacó su guitarra de la funda, sin decir nada. Acomodando el instrumento en su regazo ante la mirada curiosa del más joven, sonrió antes de decir: ―Escucha esto, por favor ―Y tocó para él, con más pasión y amor que todas las veces que había tocado antes. Perfectamente, sin errores. Los ojos de Jungkook miraron con emoción el gran avance del mayor, el fruto de su constante trabajo.

Cuando terminó la interpretación, ambos quedaron en silencio. Jungkook estaba demasiado impresionado como para ser capaz de decir algo. Taehyung, en tanto, sentía que su corazón latía desbocado por ser capaz de enseñarle eso a él. Como si fuera poco, el castaño tomó su mano y él estaba seguro de que en cualquier momento terminaría por desmayarse.

―Has trabajado duro ―Dijo en voz baja, observando con ternura los callos en sus dedos debido a las arduas prácticas. Jungkook llevó la mano del contrario a sus labios, besándola con cariño. Taehyung juró que si moría en ese momento, moriría completamente feliz.

―Jungkook-ah... ―Susurró, avergonzado ante la mirada intensa del menor, quien aún no alejaba su mano de su boca.

Y cuando Jungkook por fin deslizó la mano lejos de sus labios, fue otra cosa la que buscó. Inclinándose para acabar con la distancia entre ambos, esta vez no fue su piel la que tocó, sino que sus labios; Taehyung estaba seguro de estar viviendo el mejor momento de su vida.

Las manos cálidas del menor tomaron su rostro cuidadosamente mientras su boca descubría dulcemente la suya, llevándolo al mismísimo cielo. Y ahí, en el cielo, Taehyung sintió una vez más que se derretiría. Porque su sol, aquel hermoso sol, lo estaba tocando con sus manos, con sus labios, y era demasiado cálido como para permanecer imperturbable.

―Me gustas ―Susurró tímidamente el castaño sobre sus labios aquel día.

―Me gustas ―Había respondido de la misma forma, siendo él quien se animaba a besarlo una vez más.

En ese entonces, el corazón de Taehyung estaba rogando que aquel momento durara toda la vida, mientras que el corazón de Jungkook se decía que definitivamente aquel amor perduraría en el tiempo.

Quizás eran demasiado jóvenes para entender que los sentimientos eran capaces de cambiar incluso si aquello no estaba en sus planes.

¿Sabes que ya todo acabó? [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora