S e v e n.

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Joel Pimentel.

Me levante, alado de mi no estaba Madison, fui directo al baño, al verme al espejo estaba maquillado.

No podía ser cierto, esto solo sucede en las películas y en los libros de amor, que por cierto, es falso, el amor es una mezcla de mentiras y deseos, todo lo que una persona quisiese tener, pero como sea, cada quien cree lo que quiere.

ㅡ Madison.ㅡ grité, como si fuese a contestarme, sabiendo plenamente que me encontraba solo en la habitación.

Me lavé rápido la cara, me cepille, hice mis necesidades y por último me bañé, todo lo que hacía normalmente, con la simple diferencia que ella estaba en mi cabeza, no, no crean por amor, eso es absurdo, el hecho de que estaba en su cabeza era porque era ágil y tenía que aceptarlo. Jamás se dio cuenta de que alguien tocaba su bello rostro por varios minutos, pero bueno, no se culpaba, tenía el sueño pesado.

Mientras caminaba para ver si no había dejado alguna nota, me topé con sus tenis. Seguro se les había olvidado.

Tomé mi celular y me metí a WhatsApp.
En el grupo que tengo con los chicos me encontré con una foto mía mientras dormía maquillado, leí los demás mensajes.

La subió a Instagram Madison.
-Richard

¿Qué? ¿Cómo que la subió? Debían bromear. Entré rápidamente a Instagram, busqué su usuario por varios minutos, y en su última foto estaba yo, siendo famoso.

@madisonbeer: Pequeña broma.

Le comenté, me había dejado en ridículo, de paso la seguí ya que no lo hacía y leí algunos comentarios. No pasaba de que yo era un ser hermoso y tierno, oh sin duda lo era, y salió de la aplicación cuando comenzó a toparse con comentarios diciendo la bonita relación que tenían.

Iugh. Sigan soñando, ilusos.

Ella no era muy famosa en sus redes sociales, para decir verdad, y sin querer sonar egocéntrico o algo por el estilo, los seguidores comenzaron a seguir por él, pero no la juzga, todos comenzamos así, sin mucha fama y solo con los amigos necesarios.

Tomé sus dos tenis, los cuales ya había dejado en un punto equis y los tire por la ventana. ¿Qué más daba? Era lo menos que podía hacer después de ser su títere de diversión.

Como se atrevió. Tengo que planear una venganza.

Pedí algo de desayunar para que lo subieran a la habitación, ya que hoy no me apetecía bajar, su buen humor se había ido. Gracias Madison, una vez más.

Me metía a todas mis redes sociales y estaba esa foto, era como cuando en la escuela, anda rondando un chisme buenísimo por el cual mueres por saber todo, pero en este caso, yo era el chisme y por supuesto estaba buenísimo.

Y se supone que yo era el que le haría la broma a ella. Mueve su cabeza de un lado a otro, cuando ha llegado a su cabeza el meme de 'los caminos de la vida, no son como yo pensaba'. Jajaja. Le encanta aquel meme, como sea, sigamos.

Tocaron la puerta, y a paso lento, me dirigí a abrir mientras pasaba mi mano por mi cabello; y allí estaba.

ㅡ No.ㅡ Hablé primero, mientras ella se adentraba al cuarto sin invitación, y es que, bueno, estaba reservado para ambos.

Casados por obligación.||Joel Pimentel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora