No Puedo Evitarlo... Simplemente Me Gustas ~ (Claude x Lectora)[PAUSADA]

Lα αмαвιℓι∂α∂ ∂є Rιcк

NOTA: Antes de empezar con este capítulo quiero aclarar que lo que se relate, ya sea lugares, tiempos, o alguna otra cosa que se dé entorno con el país (España) solo es invento mio; aprovecho también para darles las gracias a todos aquellos que leen este Fanfic, por favor déjenme sus comentarios al respecto de el mismo, así me ayudarán a mejorar algunos aspectos. Por tomarse el tiempo de leer esta nota y por leer esta historia, GRACIAS¡¡¡ 

- Buen día Leopoldo - la joven le regaló una sincera sonrisa - y buen día para ustedes dos también- se sentó frente a sus dos hermanos, los cuales, por tener la boca llena de comida, solo asintieron con la cabeza.

- Buen día a todos- mi amo entró con aires de amabilidad, eso sí que es impresionante.

Los tres jóvenes al ver a mi amo, hicieron un gesto un tanto incómodo, pero después la cambiaron a una más amable.

- Buen día tío Rick - los tres hermanos dijeron al uníson.

- ¿Pasó bien la noche? - preguntaron Leopoldo y el joven Santiago al mismo tiempo.

- Si, dormí como no lo había hecho desde hace año y medio - se recargó sobre la pared e hizo un gesto parecido a la de un niño juguetón.

- supongo que has de tener mucho trabajo - habló la joven, para después darse vuelta a la vez que cruzaba las piernas y tomaba un poco de jugo.

- (Quisiera probar esa alma tan deliciosa en estos momentos).

- Así es querida _____, ¿puedo? - antes de seguir hablando mi amo se dirigió a un lado de la joven, para después preguntar si se podía sentar; al menos me alegra saber que conserva aún sus modales.

- Claro.

- Claude, ayuda a Leopoldo con el desayuno.

- Yes Your Highness - me acerqué al hombre.

- De verdad se lo agradezco mucho señor Claude.

- No se preocupe, ¿Hay algo más en lo que le pueda ayudar?.

- Solo por favor, pase este plato a la señorita.

- Claro-  aproveché para poder oler una vez más el exquisito aroma de esa alma.

- Ha .... Muchas gracias señor Claude - tras una muy pequeña platica entres los tres jóvenes  y mi amo, llegó el momento de que los tres hermanos se fueran de inmediato a la escuela.

-  ¿A qué hora regresarán?, no quisiera estar todo el día aburriéndome con este hombre- si, como lo esperaba, mi amo me señaló a mi.

- A las 2:30, más tardar a las 3:30; si el problema es el aburrimiento, para eso existe la tecnología. Si no, pueden  dar un paseo por los alrededores- la joven se levantó de su asiento, para dirigirse a la entrada de la mansión.

Mi amo y yo salimos a despedirlos cordialmente, justo en ese momento, la joven dirigió su mirada al interior de la mansión, al parecer buscaba de nuevo su abrigo, hacía algo de frío; yo pensaba que el abrigo era como complemento o algo así.

- ¿Esto es lo que está buscando, señorita? - le mostré el abrigo que había tomado de la mesa de la cocina, ya que ella lo había dejado allí. 

- Si ...- ella iba a tomarlo, pero la interrumpí.

- Permítame - acomodé el abrigo de forma que pudiera ponérselo, ella solo asintió con la cabeza; acomodé su abrigo de manera que quedará perfecta, en ese pequeño momento, pude sentir, aunque fuese por encima de mis guantes,  esa fina piel como la porcelana.