CAPÍTULO 10

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Se lo había currado.
La habitación olía a azahar, tenía pétalos de rosa por todo el suelo y, en el edredón blanco de la cama, un corazón hecho con pétalos de color rojo.
En la cómoda había fresas, bombones y un cuenquecito con chocolate derretido.

Era todo perfecto, todo tan bonito que no podía creermelo.

A: Ainhoa

Yo: Dime

A: Hay jacuzzy, ¿nos metemos?

Me atacaron los complejos. Volvía a verme gorda y al recordar que no había traido bañador supuse que nos tendríamos que bañar en ropa interior.

No me hacía gracia que ese chico tan perfecto me viera casi sin ropa.
No quería que viera eso tan feo que ocultaba mi camiseta: eso michelines, las estrías, pequeñas espinillas en los brazos y piernas, vello corporal... etc

No quería asustarlo, por así decirlo.

Yo: esque no me apetece. No tengo bañador

A: ¿Y? ¿Tienes ropa interior no?

Yo: ya pero Alex, esque con la ropa interior se ve la barriga y eso y... pues no quiero

A: dime una razón coherente para no meterte conmigo en el agua y pasarnoslo súper bien

Yo: pues esa razón. Que no se me tapa la barriga ni las piernas ni nada

A: Esa razón no me sirve. ¿Sabes que? A ninguna chica le he hecho todo esto, solo a ti, y te lo hago porque me gustas Ainhoa

Él nunca me había dicho eso. Nunca me había confesado que yo le atraía. No podía ser posible...

Seguía sin creérmelo...

A: Te quiero tal y como eres, ¿vale? No voy a arrepentirme de haberte dado mi número aquel día en el autobús y no me importa tu físico. Para mi eres perfecta tal y como eres

Se me escapó una risa tonta

Yo: Bueno... a lo mejor me meto pero solo un ratito

A: vengaaaaa porfiiiiii

Yo: bueeeeno vaaaale

Me quité la ropa. Él me miró y me sonrió.
No estoy muy segura pero parecía que mi físico no le desagradaba y eso me dejaba muy segura de mi misma.

Ambos nos metimos en el agua.

Él me rodeó la cintura con los brazos y me abrazó como si no quisiera soltarme jamás.

Al rato activamos las burbujas y varios besos en el cuello y en los labios se nos escaparon en aquel momento.

Después de varios achuchones y besitos nos salimos del jacuzzy, nos pusimos una sola toalla para los dos, abrazandonos para que nos cubriera bien y, cuando estabamos secos Álex me echó en la cama poniendose él encima.
A ese acto le siguieron besos en el cuello, en la mejilla y varios "te quieros" susurrados a mi oído.

Todo era perfecto... demasiado perfecto diría yo

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