—Nick ¿Puedes dejar de hacerte el cerdo?
Quejé.
Realmente era estúpido ver a mi amigo de cabellos chinos que no para de eructar y lo que eran mi amiga Sia y mi apreciado amigo Gustav se reían de las estupideces de Nick. Aún no entendía como una malhumorada como yo, podía encajar con chicos tan geniales al nivel de diferencia con los demás.
Trataba de componer una canción para la persona más especial de mi vida... ¿A quién engaño? Sólo componía una canción como lo hacía en mis tiempos libres. Quería seguir el ejemplo de uno de mis personajes favoritos del libro de ''Estrellas Fugaces'', llamado Charlie quien al igual que sus amigos estaba enfermo pero él era totalmente diferente, él se la pasaba mayormente componiendo música.
Significa para él dejar algo legado de su parte y lo cual fue así.
''El Arte es dolor''
Y estaba en lo correcto.
Todos los días nos la pasábamos en el garage viejo de Nick, en el cual consistía en nuestra zona de confort para los cuatro. Era como nuestro pequeño mundo de los cuatro y eso nos hacía sentir realmente especiales.
Miré la hora del reloj, las 10:30 pm. Me paré del viejo sillón de Nick, tomé de mi mochila que solo consistía en dos libros, una libreta y dos bolígrafos. Aguardé la guitarra en su respectivo estuche y me la pusé en la espalda.
—Me tengo que ir chicos, tengo todavía que llegar a hacer tarea y leer un poco.
Antes de que saliera de aquél lugar que olía a dulces por todo el garage, Nick se paró como rayo al notar que me iba, tomando de una chaqueta y regalándome una sonrisa.
—Vamos, te acompaño.
—Agradezco tu cabellerosida, pero prefiero ir sola, no lo tomes a mal pero necesito un poco mí espacio.
Nick asintió.
—De acuerdo, entonces nos vemos mañana a la misma hora.
Alcé las cejas y salí de aquél lugar sin más decir, caminé rápidamente a la puerta principal y me retiré sin problemas. Tapé de mi boca, ya que el frío de diciembre era terriblemente espantoso aquí en Inglaterra y peor si no te tapabas. Empecé a caminar directo a casa, no quedaba tan lejos lo que era una gran ventaja para Nick y para mí.
Así los dos nos visitábamos por más tiempo e inclusive en ocasiones nos quedábamos a dormir en casa de cada uno. Una noche él se quedaba conmigo y otra yo me quedaba en su casa.
Por alguna extraña razón, no era de aquéllas chicas que amaba la noche por símbolo de amor o porque era hermoso. Acepto que es impresionante ver las estrellas, ver como brillan pero a la vez provoca miedo, porque sí el mundo estará al revés, nosotros caeríamos en esa oscuridad y jamás volveríamos a tener los pies en la tierra o por lo menos, no tendríamos la oportunidad de buscar a una persona.
Solté un bufido y al momento de hacerlo fue cuando lo vi.
A aquél chico llamado Finn con apellido Wolfhard, que se encontraba aún ahí, parado debajo del farol, con una rosa negra en manos y aún con aquél traje. Me levantó la mano en forma de saludo y yo simplemente me limité a darle el mismo gesto.
Sin tomar importancia, mientras él sacaba algo de su bolso, decidí seguir mi camino.
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❅Fillie || At The Eleven
FanficDe como un chico con apellido Wolfhard espera todas las noches a las once a una chica llamada Millie. Queda estrictamente prohibido la copia parcial y/o adaptación de está obra sin mi consentimiento.