capitulo 2:

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Cada día que recorría los mismos pasillos de la escuela sentía que cada vez había más gente y el espacio a mí alrededor se achicaba, haciendo sentir que me asfixiaba. Por suerte estaba siempre Lucy a mi lado para hacerme sentir que todo estaba bien, claro en algunos casos era mejor no tenerla, como ente momento en el que no cerraba la boca y seguía tirándome ideas de que hacer para el día de mi cumpleaños, para cual faltaba un día. El problema es que los gustos de Lucy son algo distintos a los míos. Mientras que Lucy prefería hacer una gran fiesta con bebida, música, luces, todo lo necesario para tirar la casa por la ventana, yo prefería una simple juntada con mis amigos, ver una película y comer pizza. Lo difícil es tratar de convencer a Lucy que no quiero ninguna de sus ideas alocada. Bueno no sé si eran alocadas, pero definitivamente no eran de mi estilo.

Como ella seguía insistiendo en hacer una gran fiesta trata de ignorar, pero estaba más que claro que no la convencería de lo contrario. Ya me estaba cansando un poco de llevarle la contraria y tratar de convencerla de que no quería nada de fiesta. Por suerte Bill se nos unió en el camino y evito que yo matara a Lucy. Claro que no me sirvió de mucho ya que Bill tenía la misma opinión que Lucy.

Será mejor que me valla de aquí antes que termine matándolos a estos dos.

Cuando estaba por entrar a la clase de historia me encontré con Jordan, quien me dirigió una sonrisa que me dejo congelada en mi lugar. Definitivamente tenía que controlar un poco más mis emociones, no puede ser que con una simple sonrisa mi corazón deje de latir y mi mente se pierda pensando en lo hermoso que es. Cuando conseguí salir de mis pensamientos me adentre en el salón y me coloque en uno de los bancos que daba a la ventana, desde donde podía ver todo el patio de la escuela. El señor Rosenberg entro desvié mi vista hacia él para poder prestar un poco de atención y así conseguir llevar esta materia tan pesada.

Íbamos por la segundo hora y ya sentía que caída dormida, tampoco se complicaba tanto dormir ya que el día estaba lluvioso. Veía como caían las gotas de agua por el vidrio de la ventana, mientras el señor Rosenberg nos daba una explicación sobre como eran las luchas en la antigua Roma. En ese momento no podía concentrarme. Miraba por la ventana pensando en Jordan, en cómo me había mirado, el rose de su mano con la mía, en la forma en que se curvaba su boca cuando sonreía, en sus brazos fuertes y musculosos, que me hacían desear estar entre ellos y sentirme protegida, en todo su cuerpo trabajado. Esa mirada tierna y al mismo tiempo peligrosa, llena de misterio y curiosidad, como si escondiera algún secreto que temiera ser revelado.

Creo que cada vez me enamoraba más de él. Parecía una de esas chicas de las películas donde el chico que siempre han amado nunca les correspondió y piensan que sin él no podría seguir viviendo. Claro que yo nunca llegaría hasta ese punto. Está bien que me guste y sueñe con él, pero tengo muy claro que no podía dejarme quedar en su recuerdo. Además siempre seria eso, un simple sueño.

- Señorita Hurt.- me llama el señor Rosenberg. Cuando escuche que me llama puse mi atención en el quien me miro con un gesto como si estuviera esperando alguna respuesta.- ¿y?

- Disculpe, ¿me podría repetir la pregunta?- se escucho un pequeño murmullo de risas entre los alumnos. El señor Rosenberg revoleo sus enormes ojos marrones y repitió.

- ¿Cuál era el nombre del rey que gobernó Roma en el año 31 A.c.?

Me puse a pensar tratando recordar algo de lo que había leído la noche anterior, pero nada se me venía a la cabeza. El señor Rosenberg al ver que no respondía dirigió su mirada hacia unos bancos más atrás. Me di vuelta para ver a quien miraba y me lleve una gran sorpresa al encontrarme a Jordan levantando la mano bien en alto.

Nefislets  La era oscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora