10. Right now.

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Suga.

Mi cabeza daba vueltas y ya había llegado al límite con mi paciencia. El grupito de chicas se agrandaba cada vez más en aquel pub. Deseaba un respiro de todas las preguntas que realizaban completamente todas las chicas, una tras otra, y al final todas juntas. Llegué al punto de que sentí que debía gritar con todas mis fuerzas, pero sentí el bolsillo delantero de mi pantalón vibrar justo en el momento indicado. El celular, mentes sucias. El celular vibró avisándome de un nuevo texto en kkt. Sonó a tiempo la campana que lograría calmar más mi mente, y caminando hacia donde estaba un barman limpiando una copa, ignorando olímpicamente a todas las muchachas reunidas en mi presencia, ordené un trago tranquilamente. Y para que no me siguieran rompiendo las pelotas, pulse en la pantalla del celular para realizar una llamada. Inconscientemente lo hice, ni siquiera pensé. Solamente lo hice.

Llamaba a Jimin. Ni me fije la hora, ni le preste importancia al ruido alrededor. Lo llamé. Deseaba escucharlo y calmarme de pies a cabeza. Miraba hacia todos lados, hacia los chicos que ya en ese momento controlaban a las chicas distrayendolas con sus conversaciones. Ellos ya habían tomado mi lugar y me alegré desde ese momento de nuevo, pero me congelé en ese mismo instante. Jimin contestó desde el otro lado utilizando una voz un poco.. Bastante baja. Corrí hacia el baño, de verdad no quería perder esta conversación. Y tuve que responder un tanto torpe ante todo.

-Jimin, espera. No te escucho. Espera.. No me vayas a cortar! -Dije serio ya que el baño estaba ocupado. Mi nuevo rumbo era el exterior. Me encamine apurado a la salida y me costó trabajo salir, mucha gente entrando y saliendo del lugar. Me desesperé tanto que mi celular cayó al piso y gracias a la multitud lo perdí.
En ese momento perdí el control. Me enojé. Tanto al punto de empujar al que tenía en frente ya que veía que lo había pisado, a propósito ya que yo desde atrás intentaba moverlo a un lado. Lo rompió el hijo de su puto mono. Me incliné rápidamente para agarrar lo que quedó de el y fulminé con la mirada al que ahora se había enojado conmigo por haberlo empujado.

No tengo idea cuando fue que las piñas empezaron a surgir de ambos, pero si sentí que me estaba ganando en número de golpes. Yo era un fideo comparado con el hijo de Zeus, el cual me golpeaba. Perdí el conocimiento por unos segundos, tiempo en que afortunadamente aparecieron Hoseok y Namjoon separando a la multitud que observaba, que nós había encerrado en un círculo y por último empujando al tipo musculoso lejos de mi.

Recobre el conocimiento al momento en que mis amigos me levantaron, sentí frío, el frío del exterior. Sentí rabia, tristeza, ansiedad. Sentí el sabor a hierro en mi boca. Temblaba incrédulo ante todo lo que había pasado. Me sentía el tipo más estúpido de la tierra. Comenzar algo así por una pavada. No podía más, no tomé tanto pero la desesperación me ganó y lloré en silencio con la cabeza gacha. Había metido la pata, pero ya todo me daba igual. Cambiaba en silencio y con ayuda de Hoseok, el cual insultaba arduamente al tipo que me golpeó. Todos estábamos enojados mientras volvíamos a casa. Y yo me aplaudía interiormente por arruinar la noche.

Finalmente luego de una muy silenciosa caminata, Namjoon abrió la puerta, introduciendose el primero en la oscuridad del lugar, activando la señal de peligro de Hoseok. Era riesgoso para alguien tan, tan descuidado como Namjoon entrar de esa manera a casa, debido a que un tornado de destrucción se generaba al tocar cualquier cosa que se encontrará a su alcance. No, no exagero. Y Hoseok compartía mi idea.

Sabiendo esto, ambos caminaron en frente de mi, encendiendo las luces y dirigiéndose cada uno a su cuarto. Me había quedado solo en el living. Cerré la puerta detrás de mi sintiendo un inmenso vacío. Mis lágrimas habían cesado y pensaba continuamente en la voz de Jimin.

¿Qué puedo hacer ahora..? Mi único medio para comunicarme con él era el celular, había mandado a arreglar mi computadora apenas el día de ayer.
Creo que solo podré esperar. Nunca me había aferrado tanto a una red social, a un celular, lo hice solamente por él. Mis días, mis humores, mis noches, mis ganas de creer en el amor, todo estaba basado en esa pulga, ese 'mochi' ... Lo único que podré hacer es esperar. Esperar un milagro. De que Jimin entienda el día en que le explique lo sucedido y me perdone por mi ausencia. Y por supuesto, esperar a que suceda un milagro para poder conseguirme otro celular.
Justamente ahora tenía que pasar todo esto, en el momento que tenía deseos de desvelarme toda la noche hablando de pavadas, cursiladas, sus risas que llenarán mi ser. Justo ahora, hoy mismo, odio al mundo y a cada uno en este miserable lugar.

No me odies pequeño. No podre hablarte esta semana.

Thank U WiFi [ Yoonmin ]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora