Que llegaran confesiones de amor no era tan raro para el equipo Karasuno. No obstante, existía cierto miembro al cual le molestaba empezar a ser "popular".
¿Quién osaba perturbar la paz de Tsukishima Kei con semejantes notas de amor?
Disclaimer: Los personajes de Haikyu!! no me pertenecen, son propiedad de su creador Haruichi Furudate.
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—Oye, Tsukishima, olvidas algo.
—Ah...
Y en la cara del bloqueador central de Karasuno, se formó una mueca de molestia. Desde hace unas semanas que el club había tomado cierta fama entre la escuela, significando eso, la ganancia de varias admiradoras. Todos habían recibido al menos una carta, pero Tsukishima parecía tener un gran imán sobre las féminas.
—Tsk, sólo déjelas ahí, no es como sí les fuera a responder —contestó, mostrando su claro desinterés.
—¡Oye, mocoso!, ¿quién te crees al dejar a todas estas hermosas señoritas sin respuesta alguna?, ¿¡AH!? —le gritó Tanaka, enérgico sobre las chicas, como siempre.
—No me interesa —dijo, cruzando la puerta del gimnasio.
—Éste idiota...
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—T-s-u-k-k-i.
—Dios... —suspiró.
Perfecto, lo que le faltaba. Era viernes por la tarde, el último día de escuela, y él había olvidado por completo que había accedido —sido obligado— a entrenar bloqueos con el intimidante capitán de Nekoma, el cual estaba quedándose unos días fuera de Tokyo, y, ¿quién mejor en ayudarle que su querido compañero del campamento?
—No te atreverías a dejarme plantado, ¿cierto? —farfulló el pelinegro, invadiendo el espacio personal del bloqueador.
Tsukishima suspiró internamente, maldijo internamente, se frustró internamente, pero como siempre dio su mejor cara.
—Claro que no Kuroo-san, promesas son promesas —contestó, con una de esas sonrisas.
—¡Perfecto!, buen chico —dijo, pasando su brazo sobre los hombros ajenos—. Hay algo que me intriga —habló, llamando la atención del rubio—, normalmente tu rostro es malo, pero hoy parece mucho peor —le observó y con el dedo índice, comenzó a dar toques al ceño fruncido del menor.