Aprendiendo A Ser Un Nerd ©

Capítulo 7

La cita perfecta

Conduzcí por varias calles de ricos hasta llegar al gran y famosísimo restaurante "Luna Horizon", me encanta por la historia que tiene; inicialmente era una empresa construida únicamente durante las noches, muchos dicen que por esa razón te ayudaba a conseguir "el verdadero amor" pero fue directo a la quiebra (pese a que quienes lo contrataron sí encontraron el amor) y algún sujeto rico de "Olsen's company" lo compró debido a que no sabía qué hacer con un poco de su dinero sobrante, invirtió en todo lo necesario, pero al final no le alcanzó para cambiarle el nombre y muchas de las citas que se daban en este lugar terminaban con un "Juntos por siempre"... O eso es lo que contaban y yo quería un "Por siempre" junto a Iris.

Todo el camino estuvimos callados, pero yo podía verla de reojo, lograba ver como sus facciones bien definidas eran iluminadas por los faroles de la calle conforme avanzabamos, podía observar la mirada que tenía al ver a través de la ventana, y saben algo... Me encantó verla así: natural, sin fingir, pérdida en su mundo centrada en sus pensamientos, la observé así por varios segundos hasta que recordé que debía conducir y volví a centrar mi vista al frente, noté un letrero anunciando el nombre del lugar y nos adentramos al estacionamiento.

Bajé de mi auto para abrirle la puerta a mi cita pero ella la abrió de golpe y bajó del mismo de una forma bastante rápida y brusca, creí que estaba molesta... ¡Y NO SABIA EL PORQUÉ! Apresurado le di mis llaves al encargado del estacionamiento y en cuanto se llevaron el preciado auto, hice  una pequeña carrera para alcanzar a mi cita y antes de que entrara por la puerta principal del restaurante, la tome de los hombros, la obligué a mirarme y sin rodeos le pregunté:

-Iris, quiero que me contestes dos cosas.

-Bien.

-Y que por favor me las contestes con sinceridad.

-Como sea.- Su respuesta no me agradó tanto, pero me dispuse a soltar la bomba:

-¿Por qué aceptaste tener una cita conmigo?

-Porque me la debías idiota, si no hubieras chocado conmigo...

-No me refiero a eso y lo sabes.-Se soltó bruscamente de mi agarre y desvió la mirada, la enfocó a todos lados menos en mí. Esperé pacientemente su respuesta por lo menos dos minutos, hasta que me exasperó y rendido le dije:

-Sube al auto, te dejaré en tu casa.-Di la vuelta dispuesto a pedirle mi auto a los encargados del estacionamiento cuando de pronto su voz irrumpió en el lugar:

-¡Porque me gustas!

Esas tres palabras hicieron eco en todo el lugar... O al menos en todo lugar dentro de mi mente, ¿¡EN SERIO LO DIJO O ERA OTRA DE MIS ABSURDAS DIVAGACIONES!? Realmente lo dijo, no podía creerlo, estaba tan eufórico que mis piernas no reaccionaron y no pude voltear para ver sus perfectas facciones alteradas por lo que me acababa de decir, sólo me pude resignar a quedarme inerte y esperar a que ella dijera algo más porque esas palabras me dejaron completamente vulnerable.

Escuché unos tacones acercarse a mí y segundos después logré reaccionar, volteé para ver ese rostro que me fascinó desde el primer día, para ver esos hipnóticos ojos avellana, para ver esa respingada nariz que le daba un aspecto infantil a sus perfectos rasgos y una boca proporcionada de la mejor manera posible la cual estaba articulando palabras que yo no alcance a oír debido al gran distractor que es su rostro... Esperen, ¡¿me volvió a hablar y ni siquiera lo noté?! Dios, tenía que trabajar en eso, le contesté con mi ya clásico: