three

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Narrador Omnisciente.

Por sorpresa, los padres de Jimin contrataron a un tutor informal para su hijo. Y como el mundo es tan pequeño, ese tutor era Yoongi.

Yoongi se quería cortar los testículos cuando le dijeron que tendría que ser el tutor informal de Jimin.

—Por fin tengo un tutor, ya se estaban tardando.

—No sé si vas a durar conmigo, Park. —avisó Yoongi— Si no aprendes las cosas, te las hago aprender a las trompadas, así de una te digo.

—¿Y por qué no me haces aprender de otra manera? —sonrió.

El contrario lo miró confundido, no había entendido el doble sentido.

—¿De qué manera?

—Si yo aprendo las cosas, me das un beso, y así hasta llegar a todo.

—Ni si quiera lo pienses, vaquero. Eso no sucederá ni en tus sueños. —negó mientras abría el libro de química.

—En mis sueños haces muchas cosas sucias, Yoonie.

—Vuelve a decirlo y tragarás tierra.

—¿Por qué tan cruel?

—¿Por qué tan pelotudo?

—Bueno.

× × ×

Jimin miraba con mucha atención aquel cuerpo traspirado que corría picando un balón de baloncesto hacia la canasta y encestarlo con fuerza, haciendo un ruido del rebote del balón. Este se sorprendió de la vehemencia con que el contrario jugaba al baloncesto, perfecto.

—Juegas como un experto, Yoongi. —habló Jimin desde la tribuna mirando al contrario.

—¿Qué haces aquí, Jimin? —respondió mientras agarraba el balón de nuevo y lo picaba constantemente.

—Estaba mirándote practicar baloncesto, ¿acaso no puedo hacerlo? —apoyó su codo sobre la barandilla de la tribuna.

—Eres una molestia... —limpió su transpiración de su mejilla con el dorso de su mano— ¿Te irás?

—Yo nunca me iré. Aunque lo desees, Yoongi. Ahora jódete y sigue practicando mientras te observo.

—¿No tienes otra cosa que hacer?

—¿Acaso mirarte a ti no es algo majestuoso de hacer, Yoongi?

Jimin ni drogado iba a dejar de ver a Yoongi.

—Déjame en paz, Park.

—Deja de provocar, Yoongi. No quiero tener la carpa armada cuando salga del instituto.

—sonrió— Quiero que pases vergüenza. Sería muy divertido... 

—Y yo quiero que me pases tu número, bebé. —guiñó un ojo.

—Dilo de nuevo y te meto el balón de baloncesto por el traste y te lo inflo cuando esté dentro.

—Sabes cuántas pajas salió de las fotos que están en tu Instagram, no terminaba nunca. —fue directo.

—Son detalles que jamás te he preguntado. —hizo un mohín.

—¿No me darás tu número?

—Ni loco.

—Está bien. —Jimin bajó de la tribuna y agarró la mochila de Yoongi, que estaba arrojada en una esquina.

—No, ¿¡qué haces!? —vio como Jimin agarraba su mochila.

—Si no me das tu número por las buenas, entonces por acá.

Yoongi tomó su mochila, intentó, porque Jimin hizo fuerza y aprovechó para tomar al contrario de su mano.

—Deja mi mochila en dónde estaba, Jimin. —habló muy cerca de su rostro, mirándolo.

—¿Qué cosas tienes en tu mochila que no puedo saber, Yoonie? —se acercó más a su rostro— ¿Dildos, condones, lubricante, cosplay?

—Bien quisieras, pervertido.

—Quiero saber.

—¿Qué demonios quieres saber?

—Como sabe tus labios, cariño.

Park lo agarró, aplicando un poco de fuerza para que no escapara, y se desasió del pequeño espacio que había entre ambos labios. Tenía tantas ganas de besarlo que arrojó entes la mochila sobre el suelo para no tener algo que lo molestara. Ganas de probar los labios de Yoongi le sobraban.

Yoongi se inquietó sobre el comportamiento brusco que tenía el opuesto hacia a él, pero en realidad le gustó. Sin hacer un juicio de valor, correspondió para sentir aquella saliva que cubría los carnosos labios del contrario.

Pero tarde o temprano, la aparición de la moral se hizo presente automáticamente en los pensamientos de Yoongi al sentir que la lengua de Jimin invadía cavidad bucal. Se alejó de él abruptamente y se enojó.

—¿¡Qué dominios acabas de hacer, idiota!?

—sonrió— Una estrategia, a parte ya conseguí tu numero hace tiempo. Luego te hablaré, tengo que cumplir una sanción. Bye, bye, Yoonie. —decía Jimin mientras salía de ahí y dejaba solo a Yoongi con su enojo.

—Lo odio.

—¿Qué onda, perro?

El amigo de Yoongi, Hoseok, apareció detrás de él, con el mismo uniforme de baloncesto, preparado para practicar para otro campeonato.

—Creí que no llegarías, Hoseok. —agarró el balón y lo arrojó hacia Hoseok— Atrápala.

—¿El que estaba junto a ti no era Jimin? —pregunto mientras atrapaba aquel balón.

—Eemmm —dudó—, sí.

—¿Te sigue acosando? —rió.

Yoongi le había contado hace mucho lo que sucedía con Jimin, y lo molesto que era a Hoseok mientras reían.

—Sí, acosando....

—Admítelo, Yoongi, empieza a gustarte, te gusta, aunque sea rebelde y problemático. Así eres, te gusta lo complicado y el polo opuesto.

—Cierra la boca, Hoseok. Vamos a practicar, que se acerca el campeonato de básquet.

—Sí, eso te interesa a ti. Que llegue el campeonato, poder ver como Jimin te alienta como una porrista y que luego como regalo te haga un pete. ¿Crees que soy estúpido, Yoongi? Te conozco desde que tenías el cordón umbilical aun colgando de tu ombligo.

A veces era increíble como Hoseok poseía esa capacidad de leer la mente de su amigo.

—Basta, Hoseok.

—Basta tú, deja de hacerte el cotizado.

—Tú eres el menos indicado para decirlo, Hoseok. Taehyung estuvo dos meses intentando conquistarte y tú para decirle un maldito ''Sí'', porque claro la inseguridad primero.

—¿Quieres sacar todos los trapitos al sol, Sr. Moral? —enfatizó la última palabra— No puedes hacer nada sin que tú estúpida moral intervenga .

—¿Qué tiene de malo usar la moral?

—La moral, la vocecita dentro de ti que tiene la función de decirte lo que está bien y lo que está mal, está fallando. No digo que esté mal hacer uso de la moral, pero es tedioso ser tan moral; tienes que dejar que las cosas fluyan.

—Me voy a las piñas entonces. —dijo bromeando.

—Mandale mecha.

perfect student ; jimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora