Illusion? (Parte 2)

80 16 8
                                    

El vaso de papel que anteriormente había estado lleno con café caliente, ahora sólo resguardaba un asiento de aquella bebida ligeramente fría, ¿por cuánto tiempo había estado esperando?
La lenta música de la radio le había estado acompañando durante todo este tiempo, era como si últimamente esto era lo único que pudiera escuchar, canciones lentas de letras tristes que parecían ser las únicas que lograran entender sus sentimientos.

YunHo había mantenido su mirada fija en los espejos de su auto así como su mirada no se alejaba de la ventana, revisando cada centímetro de la zona o al menos lo que sus ojos podían alcanzar a captar en busca de una señal que le diera esperanza de que aun no caía en la locura, pero la señal no parecía llegar y no podía perder más tiempo esperando en su vehículo. Aunque Changmin estaba capacitado para suplantarle, el dejarle a cargo por tanto tiempo sería un abuso por lo que se coloco el cinturón de seguridad, echando un ultimo vistazo a la calle en donde solamente podían verse a las personas a cargo de la obra transitar; ya fuera con materiales de construcción o con la simple prisa acompañándoles pues por lo que había estado escuchando la cafetería volvería a abrir sus puertas a partir de la siguiente semana.

El sonido del motor no tardo en hacerse presente y en cuanto piso el acelerador dejo atrás todas esas ideas absurdas.

El clima había tenido un cambio drástico, por la mañana las nubes blancas y esponjosas habían estado cubriendo parte del cielo cualquiera hubiera pensado que para esa hora estaría cayendo una tormenta, pero contrario al pensamiento de los habitantes, el cielo ahora se encontraba despejado con ese color azul intenso en donde lo único que podía distinguirse en el cielo eran los resplandecientes rayos solares que ahora se reflejaban sobre el rostro de YunHo mientras este aparcaba frente a una cafetería. Necesitaba volver los niveles de cafeína a su cuerpo, despertar y sentir esa clase de estimulación, así como ese sabor amargo recorriendo sus papilas. Era un adicto a la cafeína y lo reconocía sin tartamudear.

Había tres personas delante de YunHo por lo que no tardaría mucho en esperar a que fuera su turno, pero mientras tanto decidió llamar a Changmin y avisarle de que iba en camino. Evidentemente no le había comentado nada acerca de donde estaría pues no deseaba que su amigo sintiera pena por su persona, o peor aún, que le recomendara otra larga lista de psicólogos que le podían ayudar a supera su trauma

Un 'ice americano'... Ah y uno de esos... ¡ah, no! espera...─. La persona delante de él se encontraba haciendo su pedido, se veía algo indeciso, pero YunHo no decidió apresurarle pues no quería ser descortés; a demás que no tenía mucha prisa. Honestamente no deseaba ir a la oficina pues aunque fuera lo único que le mantuviera distraído ese día solo deseaba meterse en sus sabanas y pasar el día mirando la televisión en busca de alguna película que le sacara de su realidad.

Gracias─. Al final el hombre delante suyo termino saldando la cuenta y con una caja en su mano, la cual seguramente contenía el postre que tanto estuvo buscando.
Se marcho, caminando al lado de YunHo, haciendo que este último fuera victima de ese escalofrió que le sacudió inesperadamente...

Esa fue la segunda vez, y esta vez estoy seguro de que era él

¿Cómo lo sabes?

Paso al lado mío, pude ver su sonrisa, pude ver su rostro, sus ojos brillaban justamente como los de él, y aunque su cabello era más largo y oscuro, estoy seguro de que era él.

Muchas veces, por el estrés o la depresión, tendemos a hacernos ideas en nues...

¡Le estoy diciendo que era él!─. Sí, estaba comenzando a alterarse, pero estaba cansado de escuchar siempre las mismas palabras, el mismo sermón adornado con esa palabrería que a fin de cuentas le ponía en la lista con las personas que debían ir a un instituto mental.

Escuche señor Jung, yo solamente busco ayudarle, pero si usted sigue aferrado a esa idea no hay mucho que pueda hacer ─. YunHo se acomodo en ese asiento horrible e incomodo que hacia doler su coxis. ─ Sé que es difícil decir adiós a alguien, jamás es fácil afrontar la muerte de aquellos a quienes amamos pero debemos aprender a lidera con ello para mantenernos en pie ─.

No estoy loco ─.El moreno clavo su vista en el piso, no quería cruzar la mirada con ese hombre, ¿y si era verdad? ¿Si realmente había perdido la cabeza?

No he dicho que lo esté, pero supongamos que era JaeJoong─, El hombre se pronunció en un tono serio, tranquilo, buscando razonar con el de ojos pequeños. ─ ¿Por qué usted no le habló? ─.YunHo elevó su mirada hacia el profesional.

Yo no pude hacerlo... ¿Alguna vez ha sentido como si sus pies fueran clavados al piso? Yo me quede de pie, mirando como se alejaba por la puerta entre la multitud mientras se giraba a mi, en ese momento tuve una sensación extraña, pero cuando me sonrió fue como si todo dentro de mi se calmara. Sentía paz ─. Las palabras que el moreno mencionaba parecían describir una de las despedidas más tristes, una imagen fría en blanco y negro que toma color ante la imagen de JaeJoong sonriendo, dando el ultimo adiós.

Para el psicólogo era una de las imágenes que le solían describir sus pacientes cuando estos soñaba, "vino a despedirse de mí", solían decir algunos; y en casos más trágicos esas imágenes solían mezclarse con la realidad.

El silencio se hizo presente por unos largos segundos, en ese momento el doctor Park pudo entender parte del sufrimiento que estaría viviendo, y tal vez el uso de los narcóticos le habían jugado como un arma de doble filo.

Vamos a retirar los tranquilizantes por dos meses, veamos como reaccionas─. Agregaba un par de notas más en la hoja medica mientras le explicaba el rumbo que tomarían las cosa aparir de ahora. ─ Puede que al principio te sientas mal por lo que ve disminuyendo la dosis, toma dos al día por una semana, después solo una antes de dormir hasta suspenderlo y apartir de ese día comienzas a contar los dos meses ─. De cualquier manera el doctor anoto las indicaciones en la receta medica y se la entrego a YunHo. El tiempo de la sesión había terminado por lo que prácticamente esa era su manera de despedirse.

Te veré la siguiente semana ─.Expreso entregándole la nota al hombre que ahora se encontraba de pie junto a la puerta, dispuesto a salir en cuanto antes de aquel lugar.

De nueva cuenta fue capaz de sentir el cambio de temperaturas inundar su cuerpo. Dentro del consultorio el aire acondicionado estaba prendido por lo que había podido sentir esa frescura su cuerpo que se presento más que ausente al momento en que atravesó por esa puerta, sintiendo el aire vaporizado.
No había traído su auto, dado a la medicación le habían aconsejado que debía dejar de manejar por un tiempo, al menos hasta que su cuerpo se acostumbrara a las dosis, aunque al parecer ahora podría volver a conducir. No era como si le molestara tomar un taxi, pero sin duda alguna prefería ser él quien fuera tras el volante.

Mientras caminaba por las calles poco transitadas​ su mente no dejaba de darle vuelta a las palabras de su psicólogo sin saber ahora qué era lo que debía creer, ya incluso su mente llegaba a dudar de si realmente estaba en ese lugar.
Tal vez como todos decían estaba loco, estaba pasando por una gran crisis y sin duda alguna necesitaba ayuda urgente.

Su mente divagaba en esas cuestiones, sin prestar la atención suficiente a sus pasos o al camino delante suyo hasta que ese golpe en seco sobre su hombro le detuvo.

Lo siento, ha sido mi error ─. La persona aparentemente culpable había bajado su rostro con completa pena, elevando este tras dejar en claro que se sentía culpable por haber sido tan descuidado como para caminar mientras miraba su celular.

Tranqui...─. YunHo freno sus palabras cuando finalmente se topo con el rostro de esa persona a quien tuvo que tomar por los hombros para comprobar que era real.
Su rostro era el mismo, sus ojos eran tan parecidos que era aterrador, incluso sus labios compartían la misma forma con los de la persona a quien más a amado. Yunho podía jurar que ese hombre compartía incluso la misma cantidad de pestañas que su novio.

¿JaeJoong? ─. YunHo mantuvo su mirada fija a la de ese ser, ¿acaso era un ángel? ¿Un recuerdo que volvía a él tan intensamente como el invierno o realmente su novio estaba vivo?

In heavenWhere stories live. Discover now