Can I have a coffe, please?

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Había pasado ya un poco más de un mes tras la muerte de JaeJoong, YunHo aún estaba en proceso de recuperarse y aunque ya podía dormir mejor aún no era capaz de botar las cosas de Jae, que ahora había guardado en cajas con ayuda de changmin, dejando solo lo esencial a su vista, tal como fotos o alguna que otra prenda que se había aferrado a conservar.

La ingesta de fármacos había disminuido y ahora solo tomaba una pastilla antes de dormir, de igual manera las alucinaciones se habían detenido, la última vez que había visto a JaeJoong, o quien creía era él, fue aquel día al salir del consultorio cuando un golpe por parte de un desconocido pareció sacudir su realidad.

Aunque YunHo aún no podía sacudirse por completo la melancolía y aún se tomaba el tiempo de mirar las fotos, de leer aquella nota que tanto le había suplicado a Changmin para poder conservar sobre la mesa de noche, incluso aún se tomaba el tiempo para transitar por las calles que antes recorría en compañía de su ser amado, esas que guardaban miles de recuerdos, miles de sonrisas y historias; y que hoy parecían una melodia triste.

Y en aquel recorrido el hombre de piel bronceada se percató que era el día de la apertura de la cafetería que en meses pasados había sido testigo de sus miles de citas, de esos encuentros románticos que ambos solían compartir al final de cada día. Hoy aquel lugar se ponía de pie y lucía tan diferente, incluso el nombre era otro “Paradis coffe”.
Para Yunho resultaba intrigante conocer como había cambiado aquel lugar por lo que decidió estacionarse y luego de contemplarlo unos segundos más finalmente bajó de su auto y así entró a la cafetería.

El interior del lugar reflejaba una estructura simple, la decoración resultaba moderna y lograba hacer que el lugar luciera más espacioso y limpio, los pisos eran de un material similar al mármol blanco, haciendo que el lugar luciera impecable y radiante, las paredes eran blancas y los techos altos como si realmente dieran la impresión de estar dentro de un paraíso. Incluso habían cambiado las mesas y sillas por un estilo más simple, sillas acolchonadas y bajas de color gris que hacían resaltar el lugar; realmente se notaba el cambio de dueño y el masculino se cuestionó sobre el sabor del café por lo que decidió acercarse a la barra, mirando el menú mientras esperaba a que la fila avanzará, sonriendo al ver que habían conservado las bebidas, incluso ahí estaba la favorita de JaeJoong, kiss of an angle,  Para Yunho era una bebida muy dulce, ni siquiera sabía a café, pero su chico amaba el sabor dulce de esa adictiva crema de café batida con caramelo y leche.

Su turno toco cuando la joven delante suyo se había marchado luego de pedir su bebida y entonces YunHo decidió ordenar aquella bebida de preferencia de su amado, sonriendo al pensar que tal vez al menos los recuerdos de cuando ambos jugaban con la espuma y cuando Yunho robaba besos  de los labios ajenos impregnados a ese sabor, podían revivir en su mente. Luego de pagar YunHo se busco un lugar bastante cercano a la barra pues deseaba estar cerca para cuando su pedido estuviera listo así no se demoraba tanto en ir por el.

Los minutos pasaron y el olor a café invadía más y más sus sentidos, la gente entraba y salía de aquel lugar mientras el degustaba de ese sabor dulce, realmente podía recordar con exactitud como ese sabor se impregnaba a los rojizos labios de su chico, como Yunho le molestaba y solía manchar su mejilla con la espuma hasta terminar ambos llenos de café como si fueran dos adolescentes. Sumido en los recuerdos se encontraba cuando nuevamente la imagen apareció frente a él.

Está vez Yunho logró ver a aquel ser pasar por el reflejo de la ventana, haciendo que cada vello en su cuerpo se erizará y que una sensación de frío recorriera su cuerpo mientras el miedo de girarse le cautivaba hasta que finalmente lo hizo. En esta ocasión el joven, quien correspondía a la descripción de su novio, vestía ropas más elegantes y pulcras, una camisa blanca ligeramente ceñida que acompañaba con un pantalón de corte recto y de color negro, la vestimenta formal y clásica.

Yunho parpadeo, ¿será que estaba consumiendo mucha azúcar? Pero ahí seguía él, con aquella sonrisa encantadora mientras saludaba a las personas que ingresaban y se dirigía a la barra, ¿acaso era el dueño del lugar? Para Yunho todo resultaba tan extraño y tan desconocido que por unos minutos solo fue espectador, ¿realmente solo él miraba el parecido? Se maldigo tanto por olvidar su teléfono móvil, si pudiera tener una foto del chico tal vez podría mostrárselo a Changmin y hacerle notar que no estaba loco, que realmente aquel era JaeJoong y Yunho no se iba a quedar con la curiosidad al brote de piel, por lo que con confianza se levantó de la mesa, dejando aquella bebida a medio tomar y se acerco a la barra cruzando al instante miradas con ese ser místico.

—¿¡Tú!? —. Fue lo primero que escucho, su voz era idéntica. —¿Qué haces aquí? —. El chico de piel blanca como la nieve se acerco a la barra, ¿estaba volviéndose loco o es que acaso ya tenía un acosador?. —Realmente debes ser un maldito pervertido, vete de mi cafetería —. Con esas palabras Yunho confirmo que era el dueño.

No soy un acosador, solía ser un cliente frecuente antes de que vendieran este lugar... —. Yunho se dio cuenta que estaba dando pie a una explicación más larga por lo que se guardo sus palabras. —Quería felicitarte por...—. Yunho guardo silencio, mirando a su alrededor, buscando algo con que excusarse, ¿por qué diablos había comenzado aquella frase de esa manera? —Por comprar este lugar—. Su sonrisa torpe demostró que aquella excusa se la había sacado por debajo de la manga, ni siquiera él encontraba sentido en esas palabras y cuando vio la expresión del chico se dio cuenta que él seguramente no era el dueño.

Para tu información —. Comenzó a explicar el hombre de mechones castaños, en su tono de voz se podía presenciar un tono de molestia, estaba cansado de toparse con ese chico, recién se había mudado a Seúl y ya tenía esos problemas. —No soy el dueño—. Expresó, no había necesidad de dar explicaciones al chico de ojos pequeños, pero aún así sintió la necesidad, pensando torpemente que con eso podría dejarle tranquilo. —Soy un empleado más, así que si no tienes nada que ordenar dejame hacer mi trabajo tranquilo —. Mientras decía esto el joven vestido con el uniforme de la cafetería, un pantalón de vestir negro y una camisa blanca arremangada a la altura de los codos, se movía de la barra para salir hacia una de las mesas, estaba a cargo de limpiar pues aun estaba en entrenamiento y le habían asignado las tareas más fáciles, pese a que era bueno trabajando en la barra.

Yunho, como si fuera un cachorro encariñado, camino tras el chico, no quería causar problemas pero tenia mucha curiosidad, ¿por qué era tan parecido? ¿Era una ilusión más? ¿Acaso había caído en un coma y era un sueño?

Espera—. Dijo el moreno mientras le tomaba por el hombro, podía sentirlo, así que no era una ilusión. —¿Cuál es tu nombre? —. Cuestionó con la esperanza de recibir una respuesta más amable de las que había tenido antes.

Un silencio se formó entre ambos, el castaño miro al de ojos pequeños con su ceja alzada.
¿Me vas a dejar en paz si te lo digo? —. En ese punto solo se quería librar del moreno, quería seguir con su trabajo, no estaba en sus planes ser despido a costa de un acosador.

Yunho solo atino a asentir, moviendo su cabeza torpemente, aunque su cuerpo reaccionaba así él sabía que no iba a dejar tranquilo a ese chico hasta averiguar más de su origen.

El castaño soltó un suspiro, miro a un costado y de su bolsillo sacó un gafete, había olvidado colocarse este por la mañana. Lo clavo en su camisa, mostrando su foto y aquel nombre.
¿Sabes leer o quieres que lo haga por ti? —.

En ese momento Yunho sintió que la sangre se iba de su cuerpo, se sintió mareado, tal vez incluso se puso pálido pues logró escuchar la preocupación del hombre de labios rojizos quién preguntaba si se encontraba bien.

—¿Es... Realmente tu nombre? —. Su voz temblorosa se proyecto mientras se trataba de calmar.

—Sí, ¿por qué?

Yunho miro a los ojos del chico, no podía creer eso, ¿era una broma? ¿Qué clase de juego era ese?

El castaño relajo su expresión, ¿qué era lo que le pasaba a ese hombre y porque actuaba de esa manera? Solo era un nombre, no era tan común, pero era solo eso.

Mi nombre es JeJung

In heavenWhere stories live. Discover now