Mystery

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Mi nombre es JeJung—. Mencionó el hombre de mechas castañas, ahora se encontraba preocupado por el estado del hombre bronceado, ¿había hecho algo malo? ¿Por qué de repente habia palidecido, incluso tuvo que tomarle del brazo para ayudar a sentarle en uno de los sofás que habia frente a las mesitas de centro.

JeJung se inclino a mirar al desconocido, estaba con su ceño fruncido mirando la inexpresión del moreno, incluso le echo un poco de aire antes de moverle suavemente. —Hey—, Alzó su voz. —¿te sientes mal? ¿Quieres que llame a una ambulancia? —. No habia respuesta alguna por el chico, ¿era un ataque de ansiedad, JeJung estaba seguro de que el tendria uno si aquel hombre no respondía.
Sus padres le habian dicho que la gente de la ciudad ers extraña, pero jamás imagino que algo así le pasaría.
Iré por ayuda—. JeJun hizo el intento por levantarse, pero fue sujetado por la mano del moreno, haciendo que así volviera a sentarse pues este parecia volver en sí.

Tú... —. Yunho hablo, su voz sonaba pesada, cansada, como si esas noches de desvelo ahors volvieran a él. —de casualidad—. Su vista viajo a los ojos del chico, eran identicos a los de Jae. —¿sabes mi nombre? —. Cuestiono con un toque de esperanza en su voz, sin soltar aquel agarre que habia puesto sobre la mano del chico, como si fuera su ultima esperanza de algo que ni él sabía.

No—. Respondió JeJung en un tono frío, serio y distante. —¿por qué debería? —.

—Eso pensé... —. Yunho no dijo nada más, se levantó, se giró a ver al chico e hizo una reverencia. —Siento haberte molestado—. Con ese tono de decepción se despidio como si fuera un robot, como si sus pasos hubieran sido programados, dejando a lo lejos a un Jejung completamente confundido.

Yunho caminaba por las calles solitarias de la ciudad, habia tomado un camino que ni él conocía, vagaba claramente por las calles en busca de perderse en un pensamiento irracional, ¿cómo si quiera pudo pensar que aquel chico iba a ser su JaeJoong? ¿Qué clase de fantasía enfermiza habia creado en su mente cuando incluso él vio el cuerpo del amor de su vida apagarse sobre aquella fría cama?
Era un tonto, un estupido por si quiers tener una vaga esperanza.

Debería dejarlo ir” Pensaba mientras se detenía ante la luz roja del semaforo, a su lado habia una mujer mayor, parecia tener dificultad en cargar un par de bolsas que llevaba por lo que Yunho decidió ofrecer su ayuda, tomando las bolsas para asi cruzar la calle, la mujer iba platicando que estaba cerca del lugar a donde iba así que Yunho le siguio sin problema, a fin de cuenta no tenia mucho que hacer y en cierto punto la compañia de esa mujer era mil veces mejor a esos pensamientos, aunque no podia sacarselos de la cabeza.

Eres muy amable—. Habló la mujer mientras abria la puerta de su tienda. El lugar olia a cera de vela, la iluminación era baja y habia diversas figuras que no podia entender pero que sin duda reconocía.  —Puedes dejarlo aquí —. Señaló la mujer al piso, justo al lado de una mesa que habia en una orilla del local. Era una tienda de esotéria, ahora lo reconocía.
Muchas gracias por ayudarme—. Expreso la mujer, tomando asiento en la silla que habia frente a la mesa.

No ha sido nada—. Expresó el moreno, cruzando mirada con la mujer para asi regalar una sonrisa, viendo curioso como la misma sacaba un paquete de cartas.

—¿Sabes? —. Comenzó a hablar, acomodando una serie de cartas frente a ella. —En esta vida las cosas no son una coincidencia, las cosas pasan por algo—. La mujer hizo una señal para que el apuesto hombre tomara asiento frente a ella, y así saco un par de cartas que acomodo frente a él, le hizo la señal de tomar una para asi proseguir con la lectura, una sonrisa se dibujo en los labios de la mujer y Yunho solo podía mostrar una mueca de intriga.

¿Es bueno? —. Cuestionó con cierta preocupación, honestamente no sabía que hacía ahí, siguiendo el juego de la mujer.

Recientemente perdiste a alguien—. A sus palabras los vellos en la piel de Yunho se erizaron, sintio un escalofrío recorrer su cuerpo. —Esa persona ha vuelto a ti—. La mujer miraba la carta de la rueda de la fortuna, apuntandola con su dedo índice. —La vida te ha dado una oportunidad más, un nuevo comienzo, pero no será fácil —. Decía mirando la carta de los amantes y la carta de el carro. —No será para nada fácil fecuperar eso que perdiste, pero debes luchar por ello—. La mujer levanto su mirada a donde el chico, podia leer en su expresión asombro, duda y miedo. —El destino decidio regresarte eso que te quito, te ha dado una oportunidad más, no suele pasar—. La mujer iba recogiendo las cartas. —suele ser cruel, pero a ti te tuvo compasión, así que debes seguir ese camino, ver las señales—.

Yunho alzó su vista luego de ver como desaparecían las cartas, ¿estaba loco por creer en las palabras de la mujer? —Pero, ¿y si no es la misma persona? —. Cuestionó, recibiendo una mueca de negación por parte de la mujer.

Aunque no lo parezca, en el fondo, esa persona sigue siendo la misma, es tu tarea buscarla y hacerle recordar—. La mujer se levanto de la mesa, tomó las bolsas y sacó las cosas que habia comprado. —Muchas veces las cosas no son lo que pensamos, pero el destino se encarga de hacernos saber todo, de guiarnos—. La mujer comenzó a acomodar las flores mientras Yunho se ponía de pie, algo en él se sentía mejor después de escuchsr a la misteriosa dama. —Ahora, sigue tu camino—. Hizo una pausa, girandose a verle. —Sólo recuerda que esta es tu ultima oportunidad, y debes ser cuidadoso en tus actos, no debes hacer enojar al destino porque el jamás
perdona—. Le fue diciendo mientras se aceecaba a la puerta abriendo esta para así hacerle una señal y que Yunho saliera.

La mente del moreno se encontraba más confundida, tenía mucho que pensar.

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⏰ Last updated: Nov 06, 2020 ⏰

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