Hola Tristeza.
Me tome un tiempo, no quería escribirte. Pero lo logré. Entendí la lección.
Y la lección es que eres una hija de puta, y por más que quiera no puedo dejarte de lado.
Nadie en el mundo quiere estar triste y agobiado pero lamentablemente todos lo necesitamos para reconocer la alegría.
Oye, te tengo tanto desprecio y me da lástima el hecho de que no conozcas el amor, o la satisfacción, o la felicidad.
Qué pena por ti.
Y sé que nunca te me vas a despegar, sé que estamos unidas y que lo vamos a estar siempre. Pero puedo vivir con eso.
Tristeza, siempre voy a tener amor suficiente para ambas. No importa cuál sea la situación, sé que estarás aquí, conmigo.
Te odio Tristeza, te aborrezco, te temo.
Y eso es lo que me gusta más de ti.
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Hola Tristeza, te escribí una carta.
Ficção GeralHace mucho tiempo, me hice íntima de una amiga muy peculiar. Nunca me dejó sola, me acompañaba a cualquier lugar por más lejano que fuera, compartí experiencias y cosas que nadie más sabe de mí. Hoy, después de mucho, volví a encontrarla, y fue tan...