II

1K 89 10
                                    

Que asquerosa sensación. Matt lleva tres días sin hablarme. Me siento tan sola por no tener a una amiga a quién llamar. O quizás si la tengo, pero no quiero hacerlo. A la única persona que quiero a mi lado es a mi hermano, y si no es con él, prefiero estar sola. Pero cuanto odio estar sola. Círculo vicioso.

No sé la razón por la que Matt se ha enojado conmigo, eso es lo peor. Quiero que alguien me diga tu hermano se enojó por esto, esto y esto y prometo no volver a hacerlo de nuevo. ¿Por qué no puedo convertirme en uno de sus amigos por un momento y escucharlo desahogarse?

Sus amigos.

Jamie.

No me considero una persona impulsiva, pero coloqué mi chaqueta marrón sobre mis hombros, sin meter mis brazos por las mangas, e inicié mi camino hacia la tienda de instrumentos.

Y aquí estoy, frente a la tienda. Ni siquiera sé qué le diré a Jamie, o si él está allí.

-Señorita, ¿se va a bajar o... -dijo el bigotudo taxista.

-Oh si, disculpe.

Entré a la tienda. Ni siquiera estaba el señor mayor de la caja registradora. Tengo que irme, siento como si hubiera llegado aquí en un estado de sonambulismo y me acabara de despertar. Esto es lo más estúpido e impulsivo que he hecho en toda mi vida. Me dirijo a la puerta.

-Buenos días... ¿Meg?. ¿Necesitas algo? Hola -situación bochornosa.

-Lo siento... es decir, si, ¿puedes hablar ahora?

-Eres la única cliente aquí, así que tengo que atenderte -dijo Jamie sonriendo, intentando calmarme. No estoy segura, pero creo que para ese momento ya estaba llorando.

Empezamos hablando en los pequeños cubos que tenían para que los clientes probaran sus instrumentos. Luego Jamie me invitó a tomar un café en un local cercano.

-El asunto es: Matt pensó que tú y Alex, bueno. No creo que siga enojado, quizás solo esta avergonzado. De hecho, el otro día le pidió disculpas a Alex.

¿Qué? Le había pedido disculpas a Alex, ¿y a mi todavía me ignoraba?

Jamie siguió -El peor error de las personas es pensar que otra te está ignorando, porque a veces no nos damos cuenta de que somos nosotros mismos quién está ignorando al otro, ¿me explico?

Existían mejores formas de explicar lo que él había dicho, pero le había entendido a la perfección. Yo no salía de mi cuarto, incluso cuando era la hora del almuerzo me aseguraba de no toparme con Matt. Era yo quién había marcado la distancia.

-Entonces, ¿Matt no te ha dicho nada sobre mí? -pregunté, por un momento sentí que ya no hablaba sobre el problema de aquella noche.

-No, es él mismo de siempre.

Estaba aliviada de que mi hermano no me odiara, pero ahora tenía otra preocupación: mi conversación con Jamie estaba muriendo.

Tomé otro sorbo de café.

-Por cierto, hoy en la noche tocamos. Estoy seguro que Matt no te ha dicho porque no ha podido. ¿Qué tal si vienes?

¡SI!

-Si, por qué no.

Intercambiamos los números de teléfono en plan amistoso y nos despedimos.

Llegué a la casa y fui a la habitación de Matt. Y así fue. Me dijo que había actuado como un imbécil, y que si yo quería salir con Alex, podía hacerlo.

Pasé el resto de la tarde acostada sobre mi cama. Viendo el techo y preguntándome si estaba tan feliz por haber arreglado las cosas con Matt o si era por otra cosa, u otra persona. Ya había oscurecido y eso era señal de que debía empezar a arreglarme. Unos jeans, chaqueta de cuero y el maquillaje de siempre. Lista.

Antes de salir, escribí en la libreta con letra semi-abstracta.

''El peor error de las personas es pensar que otra te está ignorando, porque a veces no nos damos cuenta de que somos nosotros mismos quién está ignorando al otro''

Fui esa noche a verlos tocar, y no fue solo esa noche: fueron muchas noches. Yo tomaba las fotos, y ya no eran solo de Matt. Al terminar el repertorio me quedaba hasta altas horas conversando con los muchachos. Matt ni siquiera se alteraba cuando Alex intentaba alguna movida conmigo, seguramente porque confiaba en él. O porque confiaba en mi.

-Resulta que Matt tendrá una buena noche hoy -dijo Nick -¿recuerdan a la chica del vestido azul en el público?

-No puede ser -agregó Alex.

-Suertudo bastardo -dijo Jamie.

Lo demás es historia.

Regresaríamos todos en el carro de Jamie. Nunca había estado con ellos sin que estuviera Matt presente, pero todo seguía siendo lo mismo. A la final, Matt y yo éramos ovejas del mismo ganado, así que me verían como a otro amigo más. Primero dejamos a Alex, luego a Nick. Jamie y yo quedamos solos. Conversamos sobre las cosas que salen a flote con el hablemos de ti. Cómo conoció a Matt. Lo que yo pienso estudiar en la universidad (suponiendo que asista a una). El tipo de cosas que te hacen sentir que conoces a alguien.

-Debe ser difícil no salir de bares con una chica bajo el brazo -dije cuando cruzamos en mi calle.

-No del todo, es cuestión de suerte.

-Matt encontró el final del arcoíris -dije. Se detuvo frente a mi casa.

-¿Tú crees? Yo tengo a una chica mil veces más hermosa sentada en mi asiento del copiloto, resulté siendo yo el suertudo.

Eso había sido inesperado ¿Qué se suponía que tenía que hacer ahora? Cierto, bajarme. Pero antes de que pudiera hacerlo, él se había acercado a mí. O yo me había acercado a él. Estábamos tan cerca que nuestros perfumes se habían convertido en un solo olor. Sus labios se posaron sobre los míos y sentí como mi cuerpo cada vez me pertenecía menos. Susurró mi nombre sobre mis labios y sentí que todo el universo había conspirado para darme tal nombre que sonara tan perfecto pronunciado por él. Habíamos dejado de besarnos, pero todavía apoyábamos la frente en la del otro.

-La suerte no está del lado de Matt esta noche -dijo - y no estará de nuestro lado cuando él se entere de esto.

Volví a besarlo -Buenas noches, Jamie.

La despedida es tan dulce pena, que diré buenas noches hasta que amanezca, dijo Julieta a Romeo en una ocasión.

Me había quedado su olor en la ropa, y dos preguntas en la mente:

¿Cómo había vivido todo este tiempo sin besar sus labios?

¿Cómo viviría los momentos que me faltaban por vivir sin tener sus labios sobre los míos?

Adolescencia FluorescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora