Capítulo 5

988 103 29
                                    

—¿Y tú quien diablos eres?

—Uh, es un honor, su majestad—tartamudeó mientras hacía una pequeña reverencia hacia la furiosa mujer en frente de él— Mucho gusto, yo-o soy...eh...—balbuceaba el omega sin saber realmente que decir. Se lamentaba no haberse quedado con el beta y el alfa pelinegro, de todas formas lo iban a devolver, pero ahora seguro lo llevarían al calabozo por impostor.

—Él es Louis. Es mi niñero—contestó Gemma en su lugar, mientras pasaba un brazo del ojiazul por sus hombros.

—Gemma, no seas ridícula, nosotros nunca te contrataríamos un omega tan joven y varón para cuidar de ti y lo sabes. Aléjate de ese...jovencito.—respondió, haciendo una ligera mueca de disgusto.

—No, Harry se encarga del asunto de mis sirvientes y el único que podría botarlo es él mismo. Tú no puedes, lo lamento.

—Soy tu madre y la reina de Gaerltown. Por supuesto que puedo. Muestra más respeto, señorita.

—Lo lamento, madre, pero Harry lo ha contratado y él decide lo que se hace en este castillo y pueblo. A este omega sólo podría botarlo mi hermano, nadie más. —gruñó enseñando ligeramente sus pequeños dientes hacia su progenitora.

La omega se sorprendió pero lo disimuló con habilidad, puso una sonrisa fría en su rostro y se inclinó hacia la pequeña.

—Gemma, cuida esos colmillos, muchacha mimada. Discutiremos esto luego, pero te aseguro que tendrás un gran castigo por tal comportamiento. —susurró Anne en el oído de la menor, con una voz aterradoramente suave.

—Está bien, nos vemos.—dijo mientras se alejaba de su progenitora y jaló del brazo de Louis fuera del salón hacia su habitación.

Al llegar a la hermosa recámara, el omega no puedo evitar quedarse embobado.

La habitación vestía paredes que estaban pintadas de un rosa pálido decoradas con pinturas de retratos familiares y paisajes, un estante gigante de coloridos libros al lado de un dosel que dejaba caer sus extremos sobre una cama con sábanas rosadas inundada de muchísimos almohadones, un gran espejo adornado de un marco dorado y finalmente,
un candelabro dorado colgaba del techo alumbrando el ambiente.

—Dios, ahora sí que me gane un gran problema. —soltó la menor mientras se dejaba caer en su cama y escondía el rostro en una almohada.

—Gemma, no puedes hablarle a tu madre de esa manera, ¡Es la reina! Seguro nos cortará la cabeza.

—No puede pedir mi cabeza, mi padre me adora, primero pide su cabeza antes que la mía. Sin embargo, lamentablemente no puedo asegurar nada por la tuya. —respondió mientras volteaba y hacía un puchero en su dirección.

—¡Gemma!

—Es broma.—soltó una pequeña risa, sus rizos revolotearon un poco. —Yo no lo permitiría. Y Harry menos, ¿no lo viste? Se salió de sus casillas en medio del salón, ¡menudo alboroto! Mi mamá debe desear tu cabeza más que nada.

—¿A qué te refieres? No tengo idea de qué hablas.—murmuró el omega mientras se ruborizaba y miraba hacia otro lado.

—¡No te hagas el tonto! Todos notaron que actuó de una forma muy inusual e impropia de él. Sin embargo, aún no descifró el porqué de su comportamiento, lo cual no me gusta, pero al menos es obvio que le has agradado, así que, ¡lo tenemos de nuestro lado! —sonrió la ojiverde y levantó su palma derecha hacia el omega, esperando que el otro le corresponda.

El omega no puedo evitar soltar una pequeña sonrisa en su rostro y corresponder a su acción.

Estarían bien.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 18, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Heaven gift | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora