Introducción

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Estaba tumbado en la cama de mi habitación mientras leía el último capítulo de un libro de fantasía.

Mañana me iría a otra ciudad ya que empezaba la Universidad en una semana. Ya lo tenía todo preparado: las maletas, el piso en el que viviré...

Leía el último párrafo de ese gran libro cuando un sonoro estruendo se oyó en el jardín.

Me levanté alarmado y me asomé a la ventana. Una polvareda se había levantado y tenía los ojos abiertos como platos aún sin poder creer lo que mis ojos estaban viendo.

El polvo empezó poco a poco a desvanecerse permitiéndome ver al causante de semejante alboroto.

Una chica con alas de ángel se estaba sacudiendo la tierra de su ropa. Se acomodó su largo cabello castaño y comenzó a caminar.

De repente el timbre comenzó a sonar. ¿No sería ella?

Bajé las escaleras lentamente y cuando abrí la puerta ella entró como si anduviera por su casa.

Yo era incapaz de articular palabra, estaba completamente embobado observando las brillantes alas de la muchacha.

De pronto, chasqueó los dedos y sus alas desaparecieron.

Ella se sentó en el segundo escalón de las escaleras de madera y clavó sus profundos ojos azules en los míos.

ㅡ Tendré que vivir contigo hasta que pueda volver a mi casa ㅡHabló sin andarse con rodeos.

ㅡ ¿Perdón? ㅡPregunté involuntariamente sin aún asimilar todo lo que estaba pasando.

¿Quién demonios era ella?

ㅡ Por el jardín no te preocupes, lo arreglaré ㅡSiguió hablando con voz firme ignorando por completo la pregunta que le había hecho el chico y sin dar ninguna explicación.

ㅡ ¿Quién eres?

ㅡ Sky.

ㅡ ¿Has caído del cielo? ㅡPregunté de nuevo.

Mi cerebro aún no había asimilado toda aquella información.

¿Desde cuándo llovían personas del cielo? Bueno, en el caso de que a la chica castaña de piel pálida que tenía enfrente en estos instantes la pudiera considerar humana.

ㅡ Sé que ahora te puede resultar complicado de creer pero te lo explicaré cuando llegue el momento ㅡSe levantó y comenzó a subir las escalerasㅡ. Por cierto, ¿tu nombre?

ㅡ Mark.

Ángel Rebelde © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora