Held By Brad

¿Bradley?

Detesto cuándo comienzo el colegio en otro lugar, no conozco a nadie y me da como un cosquilleo en la panza todo el rato hasta que me siento segura. La última vez si es que recuerdo bien, una chica bastante más grande que yo quiso golpearme porque me había hecho amiga de su novio el primer día y ella creyó que a mí me gustaba o algo así, fue un mal entendido que por suerte se aclaró, pero nunca más me fíe de nadie después de eso.
Este colegio era enorme, parecía ese hotel él que está en Londres y creo que aparece en una de las películas de Harry Potter. Por suerte habían casilleros, porque fui a algunos que no tenían y era estresante.
Me senté al final del salón, la profesora se presentó y luego nos hizo presentarnos a nosotros uno por uno. Cuando ya faltaban tres, me tocó a mi, tenía vergüenza porque hasta ahora no había hablado con nadie.

-Me llamo Jay Olsen, tengo 16 años y...¿Tengo que decir algo más?

Mire para todos lados, y todos estaban fijando la vista hacia mí, eso hizo que me encogiera de hombros.

-Muy bien ¿De dónde sos Jay?.-Pregunta la profesora.
-Me mudé hace unos días a Reino Unido.-Respondo.
-Muy bien, siguiente alumno.

Suspiré de alivio, todos dejaron de mirarme y se centraron en el otro chico que también se estaba presentado.

-Bueno, me llamo Bradley William Simpson, tengo 17 años y nací acá en Reino Unido.

Lo miré por un instante, era bastante bajo, tenía el pelo rizado, sus ojos eran color café y llevaba un montón de pulseras puestas, y si prestaba atención en su vestimenta usaba un pantalón negro y una camisa celeste a cuadros. ¡Wow! Me dije a mi misma, era... era, precioso.
El timbre sonó y todos salieron apurados del salón.
-Jay.-Dice la profesora y yo me acerco.
-¿Si?
-Lamento lo de tu madre.

Mi cara cambió por completo. ¿Cómo se había enterado tan rápido de eso?

-Gracias.-Respondo.
-Tu padre le habló bastante a los directores sobre eso, y nos contó que fue una pérdida muy importante en tu vida.

La miro sorprendida.

-Si, está bien, fue hace mucho.
-Entiendo. Bueno, sólo era eso, podes ir.-Me dice levantándose de su silla.

Caminé por el pasillo hasta que vi a Bradley con tres amigos hablando y riendo. Dos eran un poco rubios y bastantes altos, y el otro era bajito como él y tenía el pelo castaño. Me quedé parada viéndolos y admirando lo bonitos que eran.
Estaba tan embobada que no me había dado cuenta de que Bradley me había notado. Agarré un libro de mi mochila con rapidez y comencé a fingir que estaba leyendo.

-Hola.-Me dice una voz bastante gruesa.

Me doy vuelta y era él, lo tenía frente a mis ojos, hablándome.

-Ho...Hola.-Consigo decir.
-Me llamo Bradley, tu eres Jay ¿Cierto? Estamos en el mismo salón.-Explica sonriendo.
-Si, te vi allí.

Bajo la mirada con un poco de vergüenza.

-No pude evitar venir a saludarte, vi que estabas leyendo mi libro favorito y wow, no conozco a nadie que le guste ese libro, pensé que era el único.-Dice mientras toca mi libro y luego suelta una risita.
-Si, amo las historias de terror, podría pasarme horas leyendo.

Lo miro por un instante y luego bajo la mirada nuevamente.

-Vi que todavía no has hablado con nadie, si quieres... no se, puedo darte un Tour por el colegio.

En realidad ya conocía el colegio entero, pero no podía negarme a ir con él así que con un poco de vergüenza y timidez le dije que si.

-Estos son los casilleros, es mi parte favorita porque podes guardar todo lo que quieras... ¿Estoy siendo muy tonto, no?.-Dice bajando la mirada.

En verdad, se veía tan... tan tierno. Pero lo conocí hace diez minutos, ¿Qué estoy diciendo?

-No, te ves bien.-Respondo y él sonríe.

Nuestras miradas se cruzan, no podía evitar no mirarlo.

-Me tengo que ir, perdón, tengo ensayo en media hora y si llego tarde mis amigos me van a matar, si querés otro día nos juntamos, me gustaría.-Dice un poco apurado.

-Si, está bien.

Me saluda con la mano y luego desaparece de mi vista.

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-Hola papá.- Digo ya en casa.
-¿Cómo te fue?.-Pregunta feliz.
-Me fue bien.

Dejo la mochila sobre una silla.

-¿Hiciste amigos?
-No se si podría llamarle así, pero conocí a alguien tan... tan lindo.