Heat

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Los omegas tenían su período de celo una vez cada tres meses, con una duración que iba de tres a cinco días dependiendo de la fisionomía del omega. Un par de días antes de que empezaran se aislaban y sentían el impulso de preparar un nido en un lugar seguro, cuando el celo por fin comenzaba, experimentaban periódicos lapsus de dolor ya que sus cuerpos se preparaban para la concepción, adicional al dolor se despertaba un fuerte deseo sexual. Sus cuerpos comenzaban a expulsar feromonas que atraían a los alfas, el aroma podía variar dependiendo del omega.

La mayoría de los omegas solteros procuraban evitar sus celos con supresores, pero estaba mal visto que continuaran usándolos cuando estaban enlazados con un alfa. Sin embargo, Yuri mantenía un uso constante de ellos ya que su carrera deportiva le impedía llevar la vida de un omega normal. No era raro, sin embargo, que una vez al año dejara a su celo pasar con normalidad; más que por salud, por el placer de hacerlo con Otabek. Usando la debida protección, obviamente. Esa era la manera en como lo habían acordado desde el inicio de su relación y Otabek lo entendía. Él no había decidido convertirse en su compañero para ser quien cortara las alas del hada, al contrario, quería vivir los sueños de Yuri a su lado.

Lo que sí era raro, pensó Otabek, era que Yuri decidiera dejar que fuese éste celo el que iban a compartir, tan cercano al Grand Prix Final ¿Por qué no esperar a que fuese uno de inicios de la siguiente temporada? Aun así, el kazajo trató de no pensar demasiado en ello. Yuri estaba emocionado por la siguiente serie, tanto así que a mediados de la temporada actual ya había comenzado a coreografiar el programa libre de la siguiente, supuso que tal vez quería dedicarse de lleno a eso y por eso había escogido ese momento para presentar su celo, de esa forma tendría libre el resto del año y parte del siguiente.

Aseguró su coche una vez había sacado todas las bolsas del supermercado. El automóvil era usado, pero bonito, no era muy rústico ni muy ostentoso, algo lo suficientemente discreto para moverse por la ciudad.

Subió las escaleras hasta el piso donde vivían. Al entrar dejó las bolsas en el suelo mientras se sacudía la nieve que se había quedado impregnada en su abrigo y lo colgó en el perchero de madera al costado de la entrada.

― ¿Yura? ― llamó y esperó, sin embargo, no hubo respuesta alguna. Se encogió de hombros y golpeó sus botas en la alfombra de entrada antes de dejarlas junto a los zapatos de Yuri. Por supuesto el rubio estaba en casa, aunque Otabek asumió que estaría dormido y, a juzgar por el aroma de la vivienda, su celo aún no había empezado.

Mientras él había tomado la tarea de ir de compras y abastecerse con víveres necesarios, ya que estarían encerrados en casa durante casi toda la semana. Por su parte el rubio había ido a hacer su cita acordada con su médico y a abastecerse con anticonceptivos y algunos supresores para los meses siguientes.

Otabek dejó las llaves en la mesa de sala y se dirigió a la cocina. Sintió un pequeño cosquilleo en su estómago ante la idea de pasar el celo de Yuri en casa, estaba ansioso. Su vida sexual era muy activa, por supuesto, pero el alfa tenía que reconocer que nada podía compararse con el aroma, el calor y la humedad de su omega durante sus celos, anhelándolo con más desesperación y deseo de lo usual. A Otabek le fascinaba pasar horas dentro de Yuri de esa forma.

Iba a hacer la cena, algunos piroshkys con la receta del abuelo de Yuri para consentirlo en esta primera noche. Su calor no debería comenzar hasta el día siguiente o durante la madrugada, así que hoy todavía compartirían una noche casual. Cenarían, verían alguna película o serie en la televisión en compañía de los tres gatos de Yuri y luego se irían a dormir. Probablemente ayudaría al rubio a hacer su nido y se acurrucarían juntos en él, conversando, riendo y besándose hasta quedar dormidos, siendo el aroma de su calor lo que los despertaría por la mañana.

♡ Be With You ♡ x.OtaYuri.x [Omegaverse]Where stories live. Discover now