El peor momento del día es cuando Elena regresa a su casa. Tener que ver el rostro del imbécil de su hermanastro no era una de sus cosas favoritas.
Elena entro a su casa, y notó que todo estaba silencioso, así que supuso que no habría nadie en casa. Quito su chaqueta y la colgó en la entrada, dejó su bolso en el mismo lugar de todos los días y se sentó en el sofá, recargado su cabeza en él y suspirando de cansancio.
-Se fueron de viaje de negocios.-Habló Stefan apareciendo en la sala de estar.
Elena dio un pequeño salto, y miró a Stefan de mala manera.
-Joder, me asustaste.-Toco su pecho intentando recuperar el aliento.
Stefan se quedó mirando a Elena, con una sonrisa en su rostro. Ella lo miraba extrañada, eso no era normal en Stefan.
-¿Q-que te sucede?.-Dijo entrecortadamente, mirando de arriba a abajo a su hermanastro.
-Eres demasiado..-Se detuvo antes de poder terminar la frase. Su rostro se cambio a uno engreído-.. Odiosa.- Dijo burlón.
Elena se limitó a rodar los ojos y volver a recostar su cabeza en el sofá, intentando ignorar la presencia de Stefan.
STEFAN POV's
Ver a Elena, con su cabeza recostada en el sofá, sus lindo cuello a la vista, me hacía volver loco. Aún más con esa camisa de tirantes blanca que le quedaba genial, me dejaba a la vista sus lindos pechos. Sin pensarlo, me di cuenta de que miraba bastante a Elena, de que me volvía loco cada que la miraba, mi única manera de que no se diera cuenta era siendo odioso y engreído con ella. Cada que la miro quiero follarmela, tener su bello cuerpo en mis manos.
-Se fueron de viaje de negocios.-Hablé haciéndola dar un pequeño salto, ya que no había notado mi presencia minutos antes.
-Joder, me asustaste.-Tocó su pecho, mierda, no hagas eso, pensé.
Era realmente hermosa, quería follarmela ahí mismo, de todas las formas, meter mi gran miembro en ella, sentirla, me vuelve totalmente loco.
-¿Q-que te sucede?.-Me miro extraña.
-Eres demasiado..-me detuve bruscamente antes de poder terminar la frase, estaba a punto de decirle que era hermosa, no podría hacerlo.-... Odiosa.
Sus ojos rodaron y volvió a recostar su cabeza en el sofá, sentía que si no la follaba ahora mismo, me volvería aún más loco.
Me acerqué a ella y la tomé de las muñecas y la recosté en el sofá fuertemente, Elena me miraba sorprendida.
-Quiero jugar algo contigo, nena.-Dije cerca de sus labios, sentía la fuerte necesidad de besarla, pero aún no lo haría.
-¿D-de que hablas?-dijo mirándome fijamente aún sorprendida por mi repentino acto.
-No sabes las ganas que tengo de follarte tan duro, de verdad eres hermosa, Elena.- Me acerque esta vez a su oído y susurré.- Quiero que hagas lo que yo te diga, te haré disfrutar, princesa.- Di un pequeño beso en un lóbulo.
Oí como Elena soltó un pequeño jadeo, en ese momento sentí como mi miembro se endurecía. No pude contenerme más y besé sus labios, ferozmente, como si fuera la última vez que los besaría, tal vez si sería la última vez, sólo quería sentir sus labios en ese momento. Nuestras lenguas chocaban, posicione mis brazos a los costados de Elena, nuestras respiraciones eran agitadas, nos faltaba aire pero no queríamos separarnos, tomó de mi camisa y la fue subiendo de a poco, rasguñando mi espalda. Me separé de ella y detuve sus manos.
-Dime daddy.-Susurre encima de sus labios.
-¿Daddy?.-me miro fijamente.
-Te dije que harías lo que yo te dijera, se que quieres follar tanto como yo quiero, cariño.-Planteé un pequeño beso en sus labios.- Dime, por favor daddy.
Elena me miro por un par de segundos y susurro:
-Por favor, daddy.-Solté una pequeña sonrisa, seguido de arrancar su camisa de un tirón.
Esta noche, la haré disfrutar.