23 de abril del 2014, Londres, Inglaterra.
-Papá, ¿me prometes que iremos al parque mañana?.- Dijo la pequeña Elena abrazando a su querido padre.
-Así es pequeña, ahora anda a dormir.- Su padre la recostó en la cama y le dio un beso en la frente.- Buenas noches, princesa.
-Papá..-habló Elena antes de que su padre pudiese salir.- Te quiero.
-Yo también, nena.-Le regaló una media sonrisa y apagó la luz de la habitación y seguido cerró la puerta de la habitación de Elena.
Elena y su padre eran muy unidos, tenían una relación muy cercana, las personas creen que los hijos tienen más cercanía con las madres, pero así no era el caso de Elena. Le contaba todo a su padre, incluso le contó cuando tuvo su primer novio, y aunque no le pareció mucho la idea de que otro niño tuviera la atención de su pequeña hija, la apoyó.
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-Elena, despierta cariño.-Beso su pequeña frente su madre.- Anda nena, tienes que ir al colegio.
-Unos minutos más mami.-hablo adormilada la pequeña Elena mientras se cubría su rostro con la manta.
-No, tienes que ir al colegio, anda despierta.-Destapa su rostro y Elena se talla los ojos con sus pequeñas manos gorditas intentando no quedarse dormida nuevamente.
Elena a su corta edad ya sabía vestirse sola, a pesar de ser aún una niña era muy madura a su edad, se daba cuenta cuando había problemas en casa aunque se lo negaran.
Elena ataba las cintas de su zapatillas cuando la puerta de su habitación se abre mostrando la figura de su padre en la entrada, con una gran sonrisa como cada mañana.
-Buen día, cariño.-Se acerca a su hija y le planta un beso en su frente.
-Buen día papá.-Le sonríe Elena.
-¿Te ayudó?.-observa a Elena atando las cintas de sus zapatillas, ella asiente y su padre se inca a su altura para comenzar a atarle las cintas.
-Papá.-lo llama mirándolo fijamente.
-¿Si linda?.-musita sin aún mirarla, ya que seguía atando las cintas.
-¿Iremos al parque hoy?.-Dije esperanzada a que su padre le confirmara su salida más esperada del día.
-Por supuesto pequeña.-El rostro de Elena se ilumina y una gran sonrisa se forma en sus labios.- Ahora baja, que pronto llegará el autobús escolar.
Su padre se da la media vuelta y antes de poder abrir la puerta se detiene en medio del camino y vuelve a mirar a su hija.
-Adios, lena.-la llamo por el apodo especial, o así lo llamaba Elena.
-Adios, caballero.-Elena sonríe y su padre sale de su habitación.
Lo dejo ir, sin saber Elena que era la última vez que vería a su padre con vida.
