Capítulo 4.

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Estrictamente necesario leer las notas finales!!!!

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—¿Está bien Gingka?— preguntó la castaña. Hacía ya varios días que el pelirrojo estaba muy raro, más bien desde, que habían visto a Kyoya salir corriendo y volver a verlo más hasta ahora.

—No lo sabemos, Madoka— respondió Kenta viendo también al pelirrojo, el cual estaba viendo su Bey con atención, cuando la verdad estaba pensado en algo que ni siquiera tenía que ver con el Beyblade.

—¿Tendrá algo que ver con Kyoya?— preguntó de nuevo la chica.

—Bueno, la verdad no lo sé— habló Benkei—Pero según él, vio algo raro en Kyoya antes de irse...

—¿No te dijo que fue?

—No quiere hacerlo, él sólo espera el momento en el que Kyoya regrese para preguntarle directamente— todos veían raro a Gingka, quien se había levantado y comenzó a caminar alejándose, incómodo de tantas miradas.

—Necesito saber si lo que vi eran realmente... Orejas— murmuró el pelirrojo viendo el suelo— Sé que te fuiste por eso, pero...¿Por qué no me lo dijiste, Kyoya?

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—No.— ordenó, con una vena casi saliendo de su frente. Se quedó recostado en el árbol sin interés alguno en ir por él chico, viendo como se movía de un lado a otro— Kyoya, dije que no— repitió al ver que no le hacía caso, nuevamente, éste sólo lo miró y lo ignoró llendo a correr otra vez. Estaba persiguiendo a su aparentemente cosa favorita desde que era gato: una mariposa. Jugaba con ella con sus manos y corría despavorido cuando se alejaba demasiado, sin embargo, ahora estaba tratado de comerla, saltaba tan alto como podía con sus cuatro extremidades y trataba de atraparla con su boca cuando aún estaba volando, por lo que Ryuga tuvo que "intervenir" en su "búsqueda de alimento", pero realmente no tenía ganas de ir por él— ¡KYOYA! ¡TE DIJE QUE NO SE COME!— ante el extruendoso regañó recibido, bajó las orejas intimidado por el grito, aunque también molesto, y dejó de tratar de comerse al pobre insecto. Después de un rato, aparentemente el chico ya no estaba interesado en comerla, pues comenzó ahora a jugar con una lagartija, trataba de tomarla en sus manos, al tocarla y hacerla correr asustada, Kyoya saltaba y se alejaba un poco, como si de verdad le tuviera miedo cuando se movía con rapidez hacia él, pero luego de unos segundos de observarla fijamente, él volvía a molestarla.

Ryuga alzó la vista hacia el cielo, estaba tornándose de un naranja muy opaco, pues había nubes de lluvia en horizonte. Suspiró con pesadez volviendo a bajar la vista hacia el chico, últimamente estaba en modo terremoto, esté o no en "modo felino", cuidar a Kyoya se había vuelto algo divertido y a la vez cansado, era como si de verdad estuviera a cargo de un animal real, un cachorro curioso, con la excepción de que éste podía hablar, caminar en dos piernas, obedecía más rápido y... Podía besarlo.

Otra semana había pasado, y con esta ya iban dos desde que comenzó va convivir con Kyoya las 24 horas...

Con respecto a su "relación" realmente no tenían algo completamente definido; ambos se conocían, no era completos extraños, pero aún así era raro tratar de llevar un clase extraña de relación, pues Kyoya seguía a veces sin quererlo, Ryuga no era muy comunicador o sentimental, además, con los cambios de personalidad de Kyoya era todo muy confuso, un Kyoya no quería y el otro quería de más, era extraño, como estar con dos personas al mismo tiempo, sin embargo era divertido los momentos en los que podía ir y robarle un beso a Kyoya cuando estaba desprevenido, pues se ponía tan rojo que era adorable, y aparte salía corriendo y se quedaba lo más alejado por unos minutos para calamar sus nervios. Sinceramente Ryuga no sabía cuál Kyoya le gustaba más, si el muy sumiso, Tsudere, bipolar del Kyoya normal, o el atrevimiento y deseo carnal que tenía el Kyoya "felino".

Kyoya-Neko [Ryuga x Kyoya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora