– ¿Cómo? – pregunté con confusión, mirando como aquel hombre se nos acercaba.
– Bienvenida Japón, señorita Louise Françoise de La Baume Le Blanc de La Vallière – dijo el hombre mientras le cogía la mano a Lucí y le daba un leve beso en ella.
– Jude, creí haberte dicho que me podía llamar Lucí – dijo mi amiga mientras sonreía – Me parece que ya conoces a Alex – sonrió la rubia.
– Hola – dije aún un poco sorprendida.
– Bienvenida usted también, señorita Alexandra Wolder – dijo Jude mientras me cogía la mano.
– Yaaaa – dije apartando la mano rápidamente – ¿Desde cuando estas prometida? – pregunte mientras miraba a mi mejor amiga.
– Dos semanas – contesto Lucí.
–...– me quedé en silencio y tomé aire – ¿Nos podemos ir ya? Odio los hospitales.
– Pero no estas en el hospital – dijo Lucí.
– Pero estamos cerca – conteste mientras caminaba a toda prisa hacia los aparcamientos, realmente los hospitales no eran algo que me entusiasmaran demasiado.
– Señorita, el coche en el que iremos esta en la otra dirección – dijo Jude, cambiando en dirección contraria a mí.
[...]
En aquellos momentos nos encontrábamos en la mansión de Jude Sharp, estamos bebiendo té mientras el propietario de la casa y mi mejor amiga hablaban seriamente sobre cosas del matrimonio y eso, no les prestaba demasiada atención, estaba demasiado ocupada mirando la infinidad de cosas antiguas que habían allí.
– Y yo que creía que Lucí tenia una obsesión por los peluches – murmuré, recordando los más de 120 peluches que tenía mi mejor amiga.
– Yo no estoy obsesionada – replico la teñida.
– Ajá – conteste yo y mi mirada se clavó en un marco de fotos.
En la fotografía se podía ver a Jude con aproximadamente 15 años, un hombre mayor de cabello gris bastante largo, rostro estirado y con una gafas redondas con los cristales negros. Ignore el parecido que tenia con Mr.D y me fije en el niño que el hombre tenia entre sus brazos.
– Es él – susurré, notando de inmediato que se trataba del muchacho con el que me había encontrado en el cementerio.
– ¿Qué pasa Alex? – pregunto Lucí al verme tan concentrada en algo.
– Yo me encontré con ese chico en el cementerio cuando fui a ver a Mr.D – le expliqué.
– ¿Te encontraré con Lucian? – pregunto el chico de rastas.
Asentí con la cabeza y le pedí/rogué que me llevase a hablar con él, me daba curiosidad saber que tenia él que ver con Mr.D.
– Ahora mismo esta en clase, a la hora de entrenamiento de su equipo de fútbol puedo llevarte – anunció.
Asentí con la cabeza y me senté nuevamente en la silla, esperando con impaciencia para poder ir a ver a aquel muchacho de cabello morado.
[...]
Después de que Lucí terminara de comprar toda la ropa que su pobre tarjeta de crédito podía pagar nos dirigimos hacia el instituto Raimon.
No podía evitar intentar tapar las cicatrices de mis brazos cada vez que pasaba junto a un adolescente.
Recuerdo que Lucí me contó que en Japón los suicidios son muy comunes, no quería que nadie pensara algo que no era así que al final convencí a Jude para que me prestase su chaqueta.
– Parezco Superman con esto – dije mientras movía la parte larga de la chaqueta.
– No seas tan infantil – aquel comentario por parte de Lucí me dejó atónita.
– ¿Eso que escucho en todo tono de voz son de celos? – pregunte riendo – Se ve que le gusta de verdad – pensé.
– Chicas, ya hemos llegado – anuncio Jude, mirando el campo de fútbol vacío – Supongo que deben estar en el campo interior.
Jude nos guió hacia el campo interior, mientras íbamos hacia allí un escalofrío recorrió mi cuerpo de pies a cabeza, tenia un raro presentimiento.
– ¿Alexandra? – pregunto una voz muy difícil de olvidar para mi.
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Estaré a tu altura Paolo Bianchi ♠Segunda Temporada♠
FanfictionHan pasado ya diez largos años desde que el equipo japones gano el FFI. Alexadra, ahora con veintidós años decide ir a Japón a visitar la tumba de su ex-entrenador, para honrar su memoria, lo que esta señorita no sabia era que alguien más tuvo la mi...