Capítulo 4

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*Narra Alexandra*

En aquellos momentos podía oír el latido de un corazón muy cerca de mí, no estaba segura quién pertenecía, pero sinceramente me relajaba.
Ese sonido me distraía del dolor de sentir todas mis heridas abriéndose lentamente.

– Alexandra – me llamaba una voz distorsionada que no llegaba a reconocer – Sabía que no era buena idea dejarla irse sola...– dijo la voz con arrepentimiento y un tono de tristeza que me dio una pista de quién podría ser.

– Lucí – intenté decir, pero la voz no me salía.

La llamé un par de veces más, pero no obtuve respuesta, solo un sollozo que cada vez se iba haciendo más claro para mis oídos.

Abrí los ojos, siendo cegada levemente por las luces tan fuertes del techo de la habitación donde me encontraba.
Giré un poco la cabeza hacia la derecha y vi a mi mejor amiga llorando, Jude estaba a su lado intentando tranquilizarla.

– Lucí – susurré alargando mi mano, poniéndola sobre la pierna de mi mejor amiga – No seas llorona.

– ¡Alex! – gritó ella, cogiendo mi mano con cuidado – Por el amor de Buda, no me des estos sustos – pidió mientras se secaba las lágrimas.

– ¿Donde esta Paolo? – pregunté mirando a mi mejor amiga.

La cara de preocupación de mi amiga pasó a una expresión picara mientras levantaba una ceja.

– No pienses cosas raras, le quiero dar las gracias por traerme hasta aquí – dije mirando a mi mejor amiga antes de que soltara cualquier estupidez – ¿Cuánto rato llevo durmiendo? – pregunté.

– Aproximadamente una hora y media – contestó Jude mientras miraba su reloj de muñeca.

–  Bueno, como sea – dije mientras me levantaba de la cama en busca de mi ropa.

– No deberías moverte tanto – dijo mi mejor amiga con preocupación – Tus heridas aún no están cerradas del todo...

- No te preocupes mujer – le contesté y sonreí – Además, tengo un hambre que no te imaginas – dije para intentar cambiar de tema, aunque era verdad que tenía hambre – Vamos.

– De paso te compraré algo de ropa, todas las que tienes ya tiene manchas de sangre que no salen – dijo mi mejor amiga yendo detrás de mí y arrastrando al chico de rastas de la mano.

[...]

– Así que se llama Lucian – dije con la boca llena de un extraño pero delicioso dulce japonés al que llamaban mochi – Que nombre tan raro – dije con toda la sinceridad del universo

– Es el sobrino del hombre a que tú conoces como Mr.D – me explicó Jude.

Me quedé callado durante unos segundos mientras masticaba, estaba intentando procesar la información, aparte un poco el plato con dulces que tenía delante y tome agua del vaso que me habían dado, tomé aire y y grité.

– ¿¡Qué!?

– Entrenador Sharp – dijo una voz de adolescente que se acercaba a nosotros.

Mire al adolescente que se nos acercaba y me quedé de piedra al ver al muchacho de pelo morado qué vi en el cementerio, estaba siendo acompañado por Paolo, que al verme sonrió.

– Parece que ya estas mejor – dijo el castaño al llegar frente a nuestra mesa.

Toma aire para calmarme y miré al italiano, dándole las gracias por haberme llevado al hospital y llamar a mi mejor amiga, seguidamente mirar más joven y también le di las gracias, aunque no me entendió y mi mejor amiga tuvo que intervenir para traducir.

– Ella te está dando las gracias por haberle ayudado aquel día en el cementerio – dijo mi mejor amiga con una sonrisa hacia el más joven de todos – También te doy las gracias yo – dijo extendiéndole un dulce.

– No fue nada, aunque me asusto un poco ver tanta sangre...– dijo el muchachito mientras me miraba.

– ¿De verdad eres el sobrino de Mr.D? – pregunté sin esperar respuesta.

– Si, lo es – dijo Paolo – Mr.D se alejó de la familia que tenía...– explicó – Ahora el único Dark que queda esta aquí – dijo mirando al joven de cabello lila.

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⏰ Última actualización: May 08, 2019 ⏰

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Estaré a tu altura Paolo Bianchi  ♠Segunda Temporada♠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora