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Ni en sus peores pesadillas, ni en susmejores sueños, ni en su pensamiento más perverso AJ podría haberimaginado que estaría de esa forma con un hombre, más aún, que esehombre sería el mismo que se había propuesto hacerlas de prepotentey sobervio frente a él. Ahora una fina capa de sudor bañaba sufrente, pero esa boca, esas mamadas le gustaban tanto que se habíaatrevido a sostener el cabello rojizo del mayor. Deliciosa, lasensación que daba la lengua impropia era exquísita. No queríaponerse a pensar en cuantas felaciones había hecho antes, pero enese instante sí agradecia la manera en la cual atendía su miembro,¿su miembro?, su verga mejor dicho. Las eróticas chupadas del mayorlo estaban volviendo loco, loco al punto de dejar de pensarclaramente y de ocupar mentalmente palabras subidas de tono al nivelmás burdo, más soez y picante.


Comenzó a sentir que el clímax estabacerca, era su primera vez por lo cual todo era nuevo, intenso,difentente. KiSeop le soltó por un instante, escupiendo en la glandepara aferrarse nuevamente a su pene, así como los bebés lo hacen alos biberones. Chupaba con fuerza, mamaba con una intencidadperfecta, y no conforme con ello, a ratos dejaba su tallo paraconcentrarse en lamer sus testículos y metérselos por completo enla boca.


—¡NO PARES! —Pidió el Gato, empujando al mayor contra su intimidad y haciéndolo atragantarse unas cuantas veces.


Cuandoestuvo a punto de acabar, sujetó al pelirrojo de ambos lados de sucabeza, metiéndose de lleno en su cabidad bucal y dejándo que lalefa corriese hasta la garganta del contrario. Esa había sido lamejor corrida de su vida hasta el momento, porque bien sabía que deahora en lo que seguía, iban a haber muchas mejores, más intensas,calientes.


KiSeoptenía la boca llena, la sustancia blanquecina bajaba por ambascomisuras de sus labios, pero él no se asqueaba, por el contrario,después de tragar lo que tenía dentro, sacó la lengua y lamió congula los restos de semen que manchaban su rostro. Además, no saciadoaún, volvió a pasar su sinhueso por el miembro de JaeSeop, dejandola glande roja y brillante.


—Oh... tu sabor es muy rico. —Comentó el pelirrojo sonriendo de lado.

—¿Crees que hemos terminado? —La voz de AJ sonó ronca, lléndose encima del mayor, comenzó a besarlo sintiendo el sabor de su propia semilla de labios ajenos. Besó con proeza, con ganas y como si de esos labios dependiera su existencia.}


Notenía idea de cómo podía hacer las cosas más fáciles para elmayor, pero estando en esas, no iba a desaprovechar su oportunidad.Sí, era gay, le gustaba el pesado cerebrito que jamás habríaimaginado tener de esa forma. Además, daba unas mamadas tan buenasque de solo pensar en eso, su miembro nuevamente se endurecía,listo, preparado para contraatacar el buen orgasmo que Ki le habíasacado.


Fueel mismo KiSeop quien le indicó un par de cosas antes de comenzar,fue así como JaeSeop metió dos de sus dedos, gruesos y largos, enla boca del pálido y le obligó a lamerlos como si de su pene setratara. Lo ansiaba, quería estar dentro de él, pero tambiénansiaba disfrutarlo. Arrancándole el pantalón, rompió el bóxer deél en dos. Escupiendo en su cavidad, pasó primero la lengua,degustando su entrada y metiendo la punta hacia dentro. Los gemidosdel mayor se avivaron cuando el Gato comenzó a dar caricias tambiénen su miembro. Lo penetraba con la lengua y lo masturbaba al mismotiempo.


Sinmás espera, volvió a pedir al contrario que mojara sus dedos.Primero fue uno el que entró, la contracción del ano fue inmediataal invasor. Qué bien se sentía eso. Movió el dígito de adentrohacia afuera, empujando cada vez más para prepararlo. Besando suespalda, metió un nuevo dedo y escuchó un grito de total placer departe de KiSeop, al parecer había acertado en su punto mássensible.


Una y otra vez, los gemidos y jadeos del pelirrojo llenaban la habitación con petición de más. AJ sentía su miembro hecho de roca, como si fuese a explotar en cualquier momento gracias al placer del mayor. Cuando pensó que KiSeop estaba listo, quitó sus dedos reemplazándolos con su pene, metiéndose con entusiasmo en la ajustada cavidad. Lo tenía cogido de los hombros con la zurda, mientras que la diestra la dirigió de lleno al cuerpo del chico. Sus tetillas, el contorno de sus músculos marcados, su pene, sus testículos, piernas. Ensuciándoles de lubricante salido por el pene de KiSeop, para dárselo en la boca y hacerlo gemir más y más. 


— Eres muy grueso, Jae... ah, para un poco, oh. —¿Parar? Si KiSeop creía que eso era posible realmente estaba loco. Bastó que dijese eso para que el Gato lo hiciera poner el rostro contra las sábanas y tomase sus caderas comenzando a bombear con todo entusiasmo. 


Lo estaba reclamando, llevando a cabo todo lo que había imaginado hacer desde hace tiempo. Quizá lo que había deseado hacer desde que le había sorprendido follando en el baño. 


El contoneo era quemante, sentía que en cualquier momento se iba a venir nuevamente, pero lo primero era cobrarse un orgasmo para el mayor. Quería verlo, besarlo, morderlo. Hacerlo suyo de todas las formas posibles y que ese acto sexual no terminara nunca. Salió con rezongo del pelirrojo, volteándolo para abrir sus piernas y subirlo sobre sus muslos. Sentado, empalado con su verga, comenzó a besar sus labios carnosos con exigencia. Un amante rudo, al que en ese momento nada más que el placer de ambos le importaba. Tomó a KiSeop por la espalda y le ayudó a que se moviera a sentones sobre él, era lo mejor. 


Estaban totalmente mojados, calientes hasta la médula, pero con tantas ganas que ni siquiera habían notado que el efecto del alcohol se había disipado hace rato. 


— Tu culito es tan rico, quisiera que esto no acabara.—Confesó el gato, moviéndose al borde de un nuevo orgasmo. Apurando al pelirrojo, tomó con fuerza su pene y empezó a jalarlo de la misma manera que antes, acariciando la glande y poniendo toda su masculinidad en hacerlo explotar de gusto.


Cuando el semen salió disparado, fueron ambos quienes se corrieron simultáneamente. JaeSeop había llenado el interior del pelirrojo, y este había dejado su esperma entre los torsos de ambos. Jae no se aguantó, cogió un poco de la lefa y la llevó a su boca, saboreando el semen del chico que aún mantenía apretado su miembro. Después de manchar sus labios, se acercó a besar al mayor dándole unos pequeños movimientos más.


— No sé qué hemos hecho, pero me ha encantado.—Dijo KiSeop sonriendo, volviendo a besar al moreno que lo mantenía abrazado. 

— Creo que lo que hemos hecho es obvio, Lee. Me gusta tu cuerpo, es delicioso, cremoso, y tienes un culo que me ha hecho perder la cabeza y aceptar que no soy lo que pensaba. 

— ¿Qué quiere decir eso?

— Que un estúpido pedante, me ha calentado al punto de no poder contenerme, y que te seguiré follando aún no quieras ¿de acuerdo? —Anunció con autoridad, dándole una nalgada.

— ¿Te gusta esto? —Cuestionó contrayendo las paredes del culo, mordiéndose los labios mientras el pene algo flácido de Jae se apretaba en el interior.

— Me vas a volver loco.

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⏰ Última actualización: Apr 02, 2017 ⏰

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Inside of Me [Oneshot - 2Seop]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora