CAP. 2 LO VI...

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—"¿Porqué lloras?"-—me preguntó él, volteo a verlo con los ojos llenos de lagrimas, la mirada cansada, fastidiada, dolida, con pura tristeza.

—"Por que...—ya no pude sostenerle la mirada a aquel extraño, sube la mirada a aquel cielo gris del cual caían amargas y gruesas gotas de lluvia— ...duele..."_ deje salir un suspiro, acompañado de un gran sollozo, eso era todo, sobrepase mi punto de inflexión, me quebré, al igual que la lluvia, lagrimas llenas de dolor y amargura corrían libres por mi rostro, ya no podía, dolía, dolía demasiado, creí escuchar a mi corazón romperse a cada sollozo, a cada lagrima, a cada grito desgarrado que salía por mi raspada garganta, simplemente ya no podía soportarlo, fueron ¿qué? horas, días, semanas, no, fue un jodido mes, un puto mes, y todavía dolía como una perra. Entonces deje de sentir las gotas de lluvia sobre mis hinchados ojos, me sorprendió que aun cerrados, las lagrimas seguían escurriendo, los abrí lentamente, aquel extraño estaba parado frente a mi, me vio con una expresión sería en el rostro.

—"Si duele— me empezó a decir, yo solo lo veía como Juan Diego vio a la Virgen María, con un toque de adoración, era hermoso, belleza como la de él no podría existir, era irreal, algo que solo un ángel podría tener, con las facciones cinceladas por un maestro, por un dios, piel bronceada por como los dorados rayos del sol, ojos miel cual oro, de un cegador brillo, unas perfectas cejas delineadas naturales, la nariz, tan recta cual ario, perfecto cabello negro como la noche, azabache, suave y trenzado, formando la más hermosa imagen frente a mi, y me estaba hablando— es por que realmente te importo, por que fue algo que querías y que—me miro directo a los ojos aun diciendo aquellas palabras— de algún modo, valía la pena"— sus ojos, dicen que los ojos de una persona son la ventana al alma, pero yo solo podía ver mi reflejo, en esos perfectos orbes dorados, solo reflejaban seriedad y algo que no supe describir, algo parecido al...amor. O simplemente fue lo que mi imaginación quizo ver.

Acto seguido, solo me tendió el paraguas, el cual estuve dudoso de si aceptar o no, tantos simbolismo cruzaron por mi cabeza, tantas cosas que pudiera significar aquella simple acción, que se yo, solo tengo 16, que podría pensar yo; entonces el solo se dio media vuelta girando sobre sus talones, y se fue caminando, tan sereno como llego, y yo, pues, tenia en la mano un paraguas, que me dio un dios griego, el corazón a mil por hora y en la cabeza una gran pregunta "¿Quien era él?".

—"ESPERA!!—en un intento desesperado por alargar los segundos solo para poder ver su rostro. Volteo a verme por sobre el hombre, alzó las cejas en un claro ademan de que siguiera hablando.—¿Cómo...—dude de mis palabras, más mi determinación era firme—te llamas?– sentía mi cara roja, no sé si de pena o de qué, pero lo que me dejo sorprendido fue aquella blanca y perfecta sonrisa que me dirigió, seguido de las palabras más significativas que me dijeron en mucho tiempo.

—"Tom—con una sonrisa ladeada, me dejo con un suspiro acordado.

—"Esto...—sabía que me arrepentiría de mis siguientes palabras solo con que salieran de mi boca—te volveré a ver?—si, casí podía sentir mi cuerpo entero arder de vergüenza, pero las palabras estaban dichas, ya no podía retractarme. Vi cómo ensanchó su sonrisa, cómo si mis palabras fueran música para sus oídos.

—"Nos encontraremos de nuevo, cuando menos lo esperemos, algún día en un lugar lejano, reconoceré tu cara, No voy a decir adiós mi amigo, porque nos encontraremos de nuevo— creo que jamás creí que alguien citando a Tom Petty sonará tan bien. Me dirigió una mirada divertida, tal vez mi cara era un poema, asintió levemente con la cabeza a manera de despedida y sin más, hizo su camino. Con la cabeza en alto

Después de una larga hora, me digne a pararme de la banca, camine con una estúpida sonrisa tonta, ¿sonrisa?, no se en que momento mis lagrimas dejaron de salir y fueron sustituidas por una sonrisa de idiota enamorado, por que así me sentía, me enamoré de un completo extraño dios griego que conocí en el parque, y que quiero volver a ver. Quien diría que a mis 16 primaveras tendría un amor a primera vista, es increíble, si me vieran mis amigos hay una de dos: 1) se ríen hasta cagarse en los pantalones o 2) loco será lo mas bonito que me dirán.

Y si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora